Cambios en la contabilidad y en el ejercicio de los contadores públicos

Los cambios socioeconómicos, tecnológicos y organizacionales están impulsando transformaciones significativas en la contabilidad. Por ello, estos cambios retan a los contadores públicos en su ejercicio profesional, de cara a mantener su vigencia como profesión liberal, de alto riesgo social y comprometida con el interés público general.

El primer cambio que quisiera resaltar es que la contabilidad ya no se circunscribe solamente a la producción de información financiera que atiende a la dinámica de la partida doble y a la representación por medio de los estados financieros (activos, pasivos, patrimonio, ingresos y gastos).

Por ejemplo, la representación de los impactos sociales y ambientales de la actuación de la empresa, así como el reconocimiento de riesgos y oportunidades en materia de sostenibilidad, reclaman valoraciones no monetarias que no se expresan adecuadamente en un estado de situación financiera o un estado de resultados.

Por ello, los informes de sostenibilidad se expanden cada vez más como un instrumento para rendir cuentas por parte de las empresas. El segundo cambio se relaciona e interactúa con el primero. En un mundo interconectado, globalizado y digitalizado, las actividades de la empresa y el resultado de su gestión no se circunscriben a sus límites organizacionales legales.

El desempeño de la actividad empresarial, así como sus impactos, riesgos y oportunidades, se extienden a toda su cadena de valor (directa e indirecta), a diversas organizaciones, jurisdicciones y ecosistemas, implicando no solo recursos financieros, sino la capacidad de generar valor fruto de la articulación entre el capital social, intelectual, humano y natural que de alguna forma utiliza la empresa.

En este sentido, se requieren nuevos informes que tengan la capacidad de dar cuenta de la forma en que se crea, transforma, conserva o destruye el valor. Esto da origen a la producción y divulgación de informes integrados. Finalmente, el tercer cambio, que es una consecuencia lógica y operativa de los dos primeros, es que la contabilidad y los contadores públicos no se preocupan simplemente por medir las utilidades empresariales y el valor del patrimonio empresarial.

La contabilidad del futuro se ocupará de medir el desempeño de personas y organizaciones, así como de diseñar y operar instrumentos técnicos para estimar el valor financiero, el valor económico, el valor social y el valor público que generan los diversos tipos de organizaciones.

Por ello, la actividad de los contadores públicos trasciende el registro operativo de transacciones financieras y tributarias, y debe focalizarse en la utilización y análisis de los datos para producir Indicadores Clave del Desempeño e Informes de Valor. Todas estas formas de indicadores, mediciones e informes deben estar revestidas de confianza.

Ello implica juicio profesional, evaluación y aseguramiento para equilibrar intereses contrapuestos y conseguir que las expectativas que generen tales indicadores e informes en los grupos de interés no sean infundadas. De allí la salvaguarda del interés público por parte de los contadores públicos. ¿Habrá futuro para los contadores? Yo estoy convencido de que sí.