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LR hace una recopilación de las diferentes apuestas que se están haciendo para mejorar la movilidad en el mundo
El renting en Colombia se convirtió en una ventaja competitiva para las empresas. No solo aprovecha las bondades de la normatividad ambiental para generar ahorros a los negocios, sino que también fortalece la competitividad y aporta a la sostenibilidad.
Es posible crear un modelo de negocio alrededor de la sostenibilidad y aumentar la rentabilidad. Parte del secreto radica en transformar la logística y aprovechar las ventajas que otorga el usar camiones eléctricos en Colombia.
De hecho, Renting Colombia, marca pionera en la introducción al país de este tipo de vehículos, ya tiene más de 132 camiones eléctricos fortaleciendo el transporte de carga y mercancía de unas 22 empresas, entre pymes y grandes compañías.
Estas ya generan ahorros mensuales de entre 1,4% y 9,4% en sus costos totales de operación logística.
Ahorros operativos visibles
El cálculo es simple: mientras un camión diesel gasta aproximadamente $12 millones anuales en combustible (y arroja 13 toneladas de CO2 al aire), un camión eléctrico sólo gasta $5 millones en electricidad en el mismo período, con cero emisiones.
Además, en el primer caso, se suman más gastos a la ecuación:
• Mantenimientos preventivos y correctivos.
• Valor de traspasos y otras gestiones de compra y venta.
• Pérdida de valor del automotor.
• Pago de seguros e impuestos.
• Cambio de llantas.
• Cuota inicial e intereses
Sin embargo, si se recurre a Renting Colombia, esta asume todos esos gastos y el cliente solo se encarga de un costo: el pago de un canon mensual. ¿Y cómo se accede a dichos beneficios? Fácil, a través de un contrato de arrendamiento.
La compañía, con más de dos décadas de experiencia en el mercado nacional, ofrece soluciones corporativas de movilidad a corto plazo (desde un día hasta un año) y a largo plazo (contratos de tres a cinco años) mediante el renting de vehículos.
En el primer caso, dispone de vehículos para transporte de carga en todo el país, aunque los camiones eléctricos se ofrecen solo en Medellín y Bogotá por el momento.
Pero, si el arrendamiento se hará por tres o más años, es posible acceder a automotores para transporte de carga seca o refrigerada a nivel nacional, así como a camiones eléctricos en Medellín, Cali, Bogotá, Bucaramanga y, desde el próximo año, Barranquilla.
Procesos que no se detienen
El CO2 generado por los camiones tradicionales obligó a tomar medidas que afectan la disponibilidad de los mismos para los procesos de logística y transporte en las compañías.
Es decir, la contaminación ambiental en Colombia llevó al Gobierno a crear restricciones como el pico y placa y los días sin carro. Y dichas limitaciones reducen la cantidad de horas en las que los automotores pueden usarse para generar ingresos.
No obstante, recientemente entró en vigencia la Ley 1964 (Ley de movilidad eléctrica), que llegó cargada de beneficios para quienes apuesten por la movilidad sostenible.
Camiones eléctricos: del mito a la realidad
Existen una serie de dudas y prejuicios sobre el uso de camiones eléctricos que impiden a muchas empresas decidirse por este tipo de soluciones. La buena noticia es que no pasan de ser mitos.
Mito 1: No tienen suficiente autonomía
Falso. Una sola carga permite utilizar el camión en recorridos hasta de 150 kilómetros.
Mito 2: El proceso de carga es engorroso
Falso. Cada vehículo incluye su cargador, el cual es muy sencillo de conectar a un toma de 220 voltios, presente en casi todas las empresas, para cargarlo cuando se desee.
Mito 3: No son aptos para la geografía local
Falso. El desempeño en pendientes de los camiones eléctricos es hasta un 40% más efectivo que el de los camiones convencionales.
Finalmente, la decisión resulta tan sencilla como comparar los costos operativos de la logística actual de cada negocio con los evidentes ahorros que se logran mediante el modelo del renting. Eso sin contar el aporte a la calidad del aire en Colombia.
De otro lado, al tratarse de tecnologías que evolucionan muy rápido, y contar con la posibilidad de estrenar cada tres o cinco años, las empresas aseguran la renovación de sus tecnologías, con mejores prestaciones, rendimiento y autonomía, para asegurar la competitividad.
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