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En el año anterior, los negocios creados por mujeres se redujeron 12% en Colombia. Pese al impacto, 278.302 empresas fueron creadas por emprendedoras
Es necesario contemplar intervenciones a nivel individual, familiar y social para aliviar la sobrecarga de trabajo e impulsar las aportaciones de las mujeres empresarias
La actual coyuntura ha hecho más evidentes algunas realidades que antes se pasaban por alto. Una de ellas es el aporte de la mujer al mundo laboral y a la sociedad. Durante las primeras fases de la pandemia las mujeres empresarias o que trabajaban en organizaciones afrontaron los mismos retos que los varones: tuvieron que cambiar su lugar de trabajo a la casa.
Sin embargo, esta confluencia de ámbitos -laboral y familiar o personal- en un mismo lugar físico, no significó lo mismo para unos y otras. Ellas asumieron, como lo hacen normalmente, el cuidado de la casa y de otros, pero bajo circunstancias más difíciles: con niños que debían atender durante su jornada escolar, que coincidía con la laboral, sin posibles ayudas externas de familiares o terceros. Asimismo, asumieron las actividades domésticas con un agravante: al permanecer en la casa más tiempo y con más personas, el trabajo aumentó. En un estudio realizado por el Centro de Investigación: Cultura, Trabajo, Cuidado del Inalde Business School, en mayo de 2020 las mujeres reportaron mayor carga laboral y dificultad para integrar trabajo y vida familiar que los varones.
Otro dato significativo de esta investigación muestra la capacidad de adaptación de las mujeres, pues ellas estaban significativamente en desventaja frente a los varones por falta de acceso a tecnología (computador, dispositivos móviles, entre otros) y a un espacio propicio en la casa para realizar esas tareas de manera adecuada. Sin embargo, ellas continuaron con su doble carga laboral y de cuidado, mostrando flexibilidad y resiliencia. Esta realidad deja una gran enseñanza: las tareas de cuidado ante la dificultad de realizarlas y su impacto en el bienestar propio y de las demás personas adquieren un alto nivel de relevancia. Es probable que un resultado de este aprendizaje sea considerar mejor y expresar mayor agradecimiento ante todo lo que implica el cuidado del hogar.
Esta capacidad de superar los obstáculos que trajo consigo la nueva dinámica diaria en la casa también se vio reflejada en las empresarias de las pequeñas, medianas y grandes organizaciones en Colombia. En medio de la pandemia, y al igual que los varones, las mujeres enfrentaron los problemas que una reducción del PIB del 6,8% en 2020, especialmente con un desempeño negativo del sector comercio. No obstante, sus modos pueden pasar desapercibidos. Por ejemplo, algunas mujeres que trabajan en empresas familiares en Colombia, y que entrevistamos entre mayo y octubre de 2020, expresaron que una de las maneras en que las mujeres apoyan la innovación en sus organizaciones consiste en estructurar e idear estrategias de innovación. Son el polo a tierra de proyectos que gracias a su aporte se consolidan como realidades. Es una tarea escondida pero indispensable si se quiere que las sugerencias no se queden simplemente en ideas. Estos planes pueden ir desde apoyar en la comercialización de un producto de desinfección que no podría terminarse sin el estudio a fondo de las diferentes posibilidades, hasta el impulso de relacionamiento de cadenas de producción y operación que disminuya el costo de medicinas e instrumentos para afrontar la pandemia. De igual manera, las entrevistas determinaron que la principal razón que impulsa a estas mujeres a llevar a sus empresas adelante es la preocupación de hacer sostenible un ingreso para sus familias y las personas que colaboran en ellas. En este aspecto pareciera que las mujeres se diferenciaran de los varones: para ellos, según las investigaciones, este no es el primer motivo.
Sin embargo, aunque las actuales circunstancias evidencien este panorama, no podemos permitir que algo excepcional se convierta en permanente. Es necesario contemplar intervenciones a nivel individual, familiar y social para aliviar la sobrecarga de trabajo y apoyar las aportaciones de las mujeres empresarias.
Una posible desde el ámbito individual es preguntarnos cuánto contribuimos a las tareas de cuidado diarias, especialmente si se es varón.
Los negocios creados por mujeres se redujeron 12% en Colombia en 2020. Pese al impacto, 278.302 empresas fueron creadas por emprendedoras.
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En enero de 2021, el Dane reportó que la a tasa de desempleo en las mujeres fue de 22,7%, la de los hombres de 13,4%.