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Tokio 2020, los Juegos Olímpicos más costosos de la historia, los primeros sin público y en pandemia
Las reglas de la vestimenta en competencias deportivas se empiezan a cuestionar con las decisiones que están tomando las deportistas olímpicas
La vestimenta de los deportistas en los Juegos Olímpicos ha llamado la atención, tanto por los diseños que representan la identidad de cada país como por las marcas que los patrocinan, pero en especial se ha puesto en la mesa de discusión la ropa que usan las mujeres.
Esto se ha generado principalmente por dos sucesos específicos, el primero, que cada jugadora del equipo femenino de balonmano de playa de Noruega fue multada con cerca de US$177 por la Federación Europea de Balonmano (EHF) ya que e decidieron usar pantalonetas y no bikini durante su prueba contra España, alegando que esa prenda era incomoda y las sexualizaba.
Para la federación fue un falta al reglamento, pero otras personas apoyaron a a las deportistas como el ministro de Deportes del país y la cantante Pink, quien se ofreció a pagar la sanción.
Por otro lado, las gimnastas de Alemania decidieron usar un uniforme que cubre desde el cuello a los tobillos para sentirse mejor compitiendo, “decidimos que este es el leotardo más cómodo para hoy”, dijo Elisabeth Seitz, una de las atletas. En este caso no recibieron ninguna multa y lo que buscan es que hayan más opciones para que las mujeres decidan que usar.
La marca GK Elite ha fabricado uniformes de diferentes encuentros como olimpiadas y campeonatos mundiales, y es uno de los principales fabricante de trajes deportivos para gimnastas, y sobre los atuendos enterizos para gimnastas rítmicas dijo que habían recibido pocas solicitudes las cuales provenían de “países en los que se exige un mayor recato por razones culturales y religiosas”.
La gimnasta Simone Biles antes de haberse retirado de la competencia, vestía una marca centrada en diseños deportivos para mujeres, Athleta, con quien decidió firmar el patrocinio al identificarse con las ideas que la marca representa, como el crecimiento de las niñas, y que están “comprometidos con la diversidad y la inclusión, lo cual es muy importante para mí. Representa todo en lo que creo. Pensé que era hora de un cambio” dijo Biles, después de que por seis años, su marca predilecta fue Nike, empresa que entraba en el mercado de atletas femeninas con figuras como Serena Williams. El papel de Nike en los olímpicos llevaba varios años en los que diseñaba los tops deportivos y pantalones cortos.
Ahora las prendas interiores y pijamas de las mujeres de la delegación estadounidense fueron creadas por Skims, la marca de Kim Kardashian, la colección se realizó para que las deportistas inspiren a niñas y jóvenes, “incluidas mis propias hijas, y les muestren que todo es posible si trabajas lo suficiente” aseguró Kardashian.
Por parte de otras propuestas en la vestimenta olímpica, la marca Telfar Clemens ha diseñado prendas que además de ser veganas son de género neutral, que se acopla al cuerpo de cada deportista sin importar si es hombre o mujer. A diferencia de la ropa de Bélgica que en la inauguración tenía un diseño muy diferente entre sus mujeres y hombres.
La marca ha sido la encargada de diseñar los atuendos de la delegación colombiana desde 2004 y aún siguen sorprendiendo con las propuestas
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