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Jgdb y Nugil se quedarán con, al menos, 87% de las acciones de Grupo Nutresa, pero a cambio entregarán su participación en Grupo Sura y en Grupo Argos
Luego de casi año y medio de ocho OPA en el mercado accionario y un arsenal de demandas penales y denuncias legales, el Grupo Gilinski finalmente se quedó con 87% del Grupo Nutresa a cambio de entregar lo que había logrado con Sura a través de las distintas operaciones en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC).
El Grupo Nutresa informó ayer que logró un Memorando de Entendimiento (MOU) para que Jgdb y Nugil, empresas que habían lanzado las Ofertas anteriores y pertenecientes al Grupo Gilinski, adquieran una participación controlante en Nutresa no inferior al 87% de las acciones de la compañía.
Los cuatro puntos clave del Memorando de Entendimiento son: Primero, la adquisición de Jgdb y Nugil de la participación controlante en Grupo Nutresa.
En segundo lugar, el Grupo Nutresa dejará de ser accionista de Grupo de Inversiones Suramericana (Grupo Sura) y de Grupo Argos.
“No hay precedentes cercanos en la historia empresarial de una compra hostil de esta magnitud. Se ha vuelto un caso de estudio muy importante en campos de finanzas”.
Con esto, Nutresa sale de Sura, donde tenía una participación de 13,29%; y de Grupo Argos, donde era dueño de 12,51% del capital accionario.
El tercer punto del acuerdo es que Jgdb, Nugil e IHC Capital Holding LLC ya no serán más accionistas de Grupo de Inversiones Suramericana.
Y finalmente, en cuarto lugar, Grupo Sura y Grupo Argos dejarán de ser accionistas de Grupo Nutresa. Es así como Gilinski logra acabar con el enroque de empresas del conocido el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) que se había consolidado desde 1978.
Gilinski, en operaciones combinadas, invirtió más de US$2.505,64 millones desde la primera OPA, presentada el 10 de noviembre de 2021 por Nutresa, y se quedó con una compañía de más de US$7.000 millones. Es decir que ganó poco menos de US$5.000 millones en este multimillonario negocio.
La jugada resultó ser todo un ardid, puesto que, siempre, todos los analistas especularon que el objeto del deseo del Grupo Gilinski era quedarse con Bancolombia a través de crecer su participación en Sura. Pero al final, su gran objetivo era la empresa de alimentos que compró con sus socios árabes en Nugil.
De hecho, desde el viernes pasado, los Gilinski estuvieron negociando en Abu Dabi la alta gerencia del GEA, quienes hicieron las partes y elaboraron el complejo intercambio accionario.
Nutresa es una empresa valorada en el mercado secundario, local e internacional en US$7.000 millones mientras que Sura vale alrededor de US$5.000 millones, viene en 2022 de vender $17 billones y ganar $882.976 millones.
Jaime Gilinski ya es un banquero, pero ante todo, un gran negociante que no quiso quedarse ni con Bancolombia, ni con Protección, ni con ningún activo financiero, puesto que cree que es uno de los negocios más amenazados en América Latina.
Por otro lado, las empresas y multinacionales de comida son catalogadas como activos de seguridad alimentaria en varios países del mundo, concepto que comparte con sus socios árabes.
Esto quiere decir que, para Gilinski, la comida es mas rentable que los bancos, y esta movida constituye en un cese de hostilidades entre los dos grupos que ya se habían enfrentado en el pasado.
Camilo Martínez, socio director de DLA Piper Martínez Beltrán, fue el hombre de confianza para el Grupo Gilinski, en toda la negociación con el GEA.
El reconocido abogado, líder en litigios y arbitraje nacional e internacional en Colombia, es uno de los más jóvenes de la firma y defiende los intereses del Grupo Gilinski. Pese a su corta edad, tiene amplia experiencia en derecho civil, comercial y administrativo.
Cuanta también con una basta experiencia asesorando a empresas nacionales e internacionales, fondos de capital privado e instituciones financieras en las transacciones más importantes del país.
Es reconocido como un jurista líder en litigios y arbitraje nacional e internacional en Colombia. También tiene una amplia trayectoria en derecho civil, comercial y administrativo, así como en la negociación de acuerdos altamente complejos.
En Nutresa, la empresa en la que empezó la jugada, Gilinski había conseguido 31% de las acciones tras tres set de las famosas OPA.
En el caso de Sura, porcentaje que con el nuevo acuerdo devolvería, había conseguido 38%, sumando un 34,5% a través de las ofertas y 3,5% a través de pequeñas compras en la BVC.
En el caso de la séptima intención de compra por Grupo Argos, el inversionista había solo logrado 11,08% de las especies, evento que en su momento se declaró desierto.
Esta operación parece ser el cierre de esta movida empresarial de meses, calificada como una de las más relevantes en la historia económica reciente del país y que ya es caso de estudio en campos como las finanzas en las empresas, el gobierno corporativo y ciencia jurídica y legal.
