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La decisión de las juntas directivas y las propuestas que hay para recomprar acciones se realizarán en una semana clave para las empresas del GEA y el Grupo Gilinski
Esta será una semana clave para las compañías del Grupo Empresarial Antioqueño y para el Grupo Gilinski, no solo porque se terminará de definir el paquete de los planes de recompra de acciones, sino porque también entre el jueves y el viernes están citadas tres asambleas extraordinarias que podrían definir el futuro de la Junta Directiva del Grupo Nutresa.
Los líos jurídicos entre ambos conglomerados se profundizaron la semana pasada, después de que unas medidas cautelares emitidas por Carlos Mantilla, superintendente delegado de procedimientos mercantiles de la Superintendencia de Sociedades, le prohibiera a los representantes legales del Grupo Argos y el Grupo Sura votar en la elección de la Junta de Nutresa, hasta que contaran con la autorización expresa de su Asamblea de Accionistas.
La decisión se tomó tras una demanda que presentó la firma Campbelltown, ligada a Jaime Gilinski, en la que argumentó que los representantes legales de las empresas del GEA estaban incursos en un conflicto de interés cuando votaron en la Asamblea de Accionistas del Nutresa del 1 de julio de 2022.
Para Gilinski, las participaciones accionarias cruzadas que tienen las compañías del GEA generan un conflicto de interés, además del hecho de que en su momento dos candidatos que propuso el Grupo Sura para la junta de Nutresa son primos hermanos de dos directores que estaban en la compañía que hoy dirige Gonzalo Pérez.
Las medidas cautelares ‘pusieron a correr’ a los representantes del GEA, después de que se citara a una Asamblea de la multilatina de alimentos para el 11 de abril. La reunión se hará, de manera extraordinaria, luego de que en la reunión pasada de accionistas se votara por cambiar los estatutos legales y ampliar el periodo de la actual Junta Directiva.
El banquero caleño no quedó satisfecho con esta decisión y solicitó una nueva reunión de Nutresa para escoger otra Junta, por lo que los representantes legales de Sura y Argos ahora necesitan de la aprobación de su Asamblea para votar en esa reunión. De no hacerse, quedaría el camino libre para que Gilinski escoja la Junta de la multilatina de alimentos.
“Si Gilinski logra el control de las Juntas Directivas de Grupo Sura o de Grupo Nutresa podría lograr el eventual control del actual GEA. Cualquier evento que lo acerque a esto es decisivo”, dijo Andrés Duarte Pérez, director de Renta Variable de Corficolombiana.
Por esta razón, el Grupo Argos y el Grupo Sura convocaron a reuniones extraordinarias para decidir sobre los potenciales conflictos de interés y les permita participar en la Asamblea de Nutresa del 11 de abril. La compañía que dirige Jorge Mario Velásquez citó la Asamblea extraordinaria para el jueves a las 9 de la mañana, mientras que Grupo Sura convocó la suya para el viernes a las 8 de la mañana.
En este último caso, hay un hecho que profundiza la división entre el GEA y el Grupo Gilinski y es que este último decidió citar otra Asamblea de Sura para ese mismo día, pero a las 7:55 de la mañana, con el objetivo de nombrar una Junta Directiva de la empresa.
“Estamos en la etapa legal. Y las juntas y asambleas se vuelven espacios de debate y discusión de los nuevos horizontes. Las compras hostiles traen consigo una estrategia de cambio organizacional y estructural: por eso toma años la implementación de los nuevos horizontes”, explicó Diego Palencia, VP de investigaciones de Solidus Capital.
Para Palencia, hasta ahora se está viendo el inicio del proceso y “faltan muchos pasos y muchos años para comenzar a ver resultados”. En medio de ese proceso, las empresas del GEA también tendrán que resolver las propuestas de recompra de acciones que llevarán a las Asambleas de Accionistas, en un intento por ayudar a recuperar los precios que tienen en la Bolsa de Valores de Colombia.
Esta semana también será decisivo para eso, después de que Cementos Argos fuera la primera compañía en aprobar una propuesta en este sentido el viernes pasado.
La Asamblea de Accionistas de la cementera aprobó un paquete de readquisición por $250.000 millones. Durante esta semana, decisiones en ese sentido serán tomadas.
“Las compras hostiles traen consigo una estrategia de cambio organizacional y estructural: por eso toma años la implementación de los nuevos horizontes”.
“Si Gilinski logra el control de las Juntas Directivas de Grupo Sura o de Grupo Nutresa podría lograr el eventual control del GEA. Cualquier evento que lo acerque a esto es decisivo”.
Por ejemplo, la Asamblea de Celsia analizará la propuesta de recomprar acciones por $300.000 millones.
“Hay muy baja liquidez en el mercado, y los precios han llegado a unos niveles que nos preocupan, entonces queremos darle una herramienta de liquidez y de soporte a nuestros accionistas”, le explicó en su momento Ricardo Sierra, presidente de la compañía, a LR. La reunión será el 29 de marzo.
Y, aparte de la pelea por el futuro de las Juntas Directivas, tanto Argos como Sura ya tenían convocadas sus Asambleas Ordinarias para el jueves y el viernes, en donde también está la propuesta para recomprar acciones.
En el caso de la primera, propuso un nuevo programa de recompra por un monto que podría ir hasta los $500.000 millones, con el fin de darle continuidad a una autorización que había recibido en 2020 y que vence este mes. “Con estas iniciativas de readquisición buscamos reafirmar la confianza en el plan de negocios y la estrategia”, destacó Velásquez, de Grupo Argos.
En el caso de Sura, se someterá a votación la posibilidad de readquirir acciones hasta por $300.000 millones, en un plazo de hasta tresaños.
Con la decisión de la Superintendencia de Sociedades, continúa el laberinto jurídico entre las decisiones que han tomado el GEA y el Grupo Gilinski. Luego de conocerse las medidas cautelares, el Grupo Nutresa presentó un incidente de nulidad y radicó una solicitud de aclaración a la decisión del órgano de control.
Previamente, los apoderados de Grupo Argos y Grupo Sura presentaron una recusación, por separado, contra el superintendente delegado Mantilla, al considerar que había mostrado que tenía una “previa opinión” sobre el hecho que ahora investiga.
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