Entre el optimismo y la incertidumbre

Completamos siete días de paro, lo que tiene a los mercados entre el optimismo y la incertidumbre. El dólar rompiendo máximos históricos de $3.503 con expectativas de buscar $3.550 y curva de TES desplazándose al alza; aún es prematuro para identificar el impacto de estas protestas en cuanto a precios y crecimiento, pero seguramente el PIB se verá afectado (un día de paro le cuesta a la economía en promedio $19.000 millones). Los agentes internacionales han preferido comprar dólares mientras se ve alguna solución al problema, se radicó la reforma tributaria con nuevas medidas que probablemente alivien las protestas, pero que nos costarán otros $3 billones… si seguimos así la calificación peligra y las inversiones partirán.

El tema político es imposible de descifrar en estos mercados, ya no se trata de derecha o izquierda sino de descontento general, la noche ahora es al ritmo de cacerolazos en todos los estratos y si no se dan soluciones concretas prontamente podemos echar a la basura la tarea de los últimos años; la volatilidad seguirá siendo protagonista, siempre bien vista por algunos, pero generando preocupación en otros; de hecho todas las monedas latinoamericanas reflejan ese aumento de volatilidad tal como paso en 2014 luego de que iniciara la crisis petrolera vía compra de opciones y forwards, por ejemplo, el peso chileno ya acumula 13% de devaluación desde que estalló la primera marcha contra el gobierno hasta hoy y a pesar de que no son comparables, en Colombia acumula apenas un 2,56%, lo que nos deja un panorama sombrío para nuestra moneda, que también sufrió el rebalanceo accionario del martes pasado, el cual demando US$250 millones adicionales por la recomposición de portafolios de extranjeros en Colombia que debieron salir con destino a China.

A pesar del buen momento del petróleo que sube antes de la salida a bolsa de Aramco (la petrolera Saudí más grande del planeta) y la estabilidad internacional (con menos “tensiones comerciales” entre EE.UU. y China) desafortunadamente en Latinoamérica se dio el estallido social que tiene a Chile reduciendo expectativas de crecimiento y a Colombia en un limbo, aunque menos grave por ahora, en relación con otros países como Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Líbano, Teherán o Hong Kong.

En estos momentos de alta turbulencia con subidas en las tasas (pérdida de valor de los bonos), creo que es bueno leer la perspectiva internacional del país para no dejarnos llevar por la emoción del momento. Tomar decisiones con pánico nunca será acertado, más cuando Colombia a nivel internacional se mantiene con riesgo país estable e inversionistas extranjeros siguen apostando por compras en algunos bonos colombianos, incluso el banco más grande de Colombia anunció una operación que irá hasta el 9 de diciembre (oferta exclusivamente en el exterior), donde planea realizar una operación de manejo de deuda para la optimización financiera de la estructura de capital y de deuda del banco por unos US$750 millones.

Si bien el anuncio del paro indefinido es otro detonante para que las tasas de los títulos alcancen nuevos máximos del mes, esos niveles podrían ser vistos como oportunidades de compra y en la medida en que las protestas no se tornen más violentas creo que todo debe volver a la normalidad. En conclusión, este podría ser un momento inigualable de compra de cara al próximo año para invertir en Colombia, en un mundo cada vez más escaso de tasas y bancos centrales recortando sus tipos.