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Entre las fallas que enfrentan los sistemas en la región están el alto desempleo e informalidad y la baja participación laboral femenina
Los próximos meses serán de mucha importancia para los sistemas pensionales de varios países de Latinoamérica, una región en donde los modelos de seguridad social se han visto enfrentados a estructuras del mercado laboral adversas para su desarrollo y su sostenibilidad.
Entre las fallas que enfrentan están el alto desempleo e informalidad, baja participación laboral femenina y un cambio tecnológico inminente que deja por fuera parte de la fuerza laboral. Además, desde la demografía, en todos los países de la región está aumentando la expectativa de vida y se está reduciendo la tasa de natalidad.
Según un reciente estudio del Banco de Desarrollo de América Latina, en 2018 solo 31% de la población entre 25 y 54 años son asalariados con derecho a beneficios de seguridad social, siendo Uruguay el país con el indicador más alto (51%) y Guatemala el país con el indicador más bajo (15%); Colombia se encontraba en alrededor de 25%, lo que demuestra la magnitud del problema.
En Chile, considerado como el mejor país en materia de pensiones en Latinoamérica, con un índice de 68,7% y una tasa de cobertura individual obligatoria de 88%, la reforma pensional comienza a tomar vuelo. El objetivo es destinar cuatro puntos adicionales de cotización con cargo al empleador a un sistema de ahorro general que permita llevar un registro individual para destinar a la pensión del contribuyente. Además, se propone crear una nueva política que busque sancionar “gravemente el no pago de cotizaciones previsionales”.
Por su parte, el Congreso de México aprobó una reforma estructural al sistema de pensiones. Entre los principales cambios se encuentran la imposición de un tope máximo a las comisiones que cobran las afores, de 0,54%, y un aumento de las cuotas para la seguridad social de 6,5% a 15% del salario base de cotización. Además, se reduce de 1.250 semanas a 1.000 semanas el requisito para una pensión mínima.
Para el docente de la Facultad de Ciencias Económicas y administrativas de la Javeriana, Guillermo Sinisterra, las soluciones al tema pensional en la región giran alrededor de la combinación de un grupo de ingredientes.
Según indicó el experto, en Latinoamérica reducir la informalidad laboral, disminuir el desempleo, aumentar el porcentaje de los aportes hechos por los empleados, cobrar impuestos a los pensionados, diversificación de inversiones por parte de los fondos de pensiones, aumentar las edades de jubilación o planear un sistema tributario que permita subsidiar a perpetuidad parte de los aportes que se deben dar a los adultos mayores, están entre las opciones mas propuestas.
“La forma ideal de mejorar las cifras es aumentando la formalidad laboral e impulsando a muchos inactivos a participar, principalmente mujeres. En promedio la informalidad laboral en la región se calculaba en 2018 en 55%, dados los altos costos de formalizar a la totalidad de los trabajadores”, agregó.
El panorama pensional en colombia
“Desde Asofondos se ha manifestado la necesidad de consolidar un sistema más sostenible, solidario y justo”, indicó el presidente del fondo de pensiones y cesantías Porvenir, Miguel Largacha, quien agregó que el pago de pensiones representa el gasto más alto dentro del Presupuesto General de la Nación. Además, recalcó que en el Régimen de Prima Media “no hay ahorro y las pensiones de los jubilados se pagan directamente con la plata de las cotizaciones que realizan los trabajadores activos”.
A esta le siguió la de Skandia (9,24%), Porvenir (8,22%) y Protección (8,09%). Todos estuvieron por encima de la mínima (4,76%)
Debido a que el capital político se gastaría en la tributaria y la laboral; esta última buscando mejorar problemas de informalidad