Las remesas se han convertido en uno de los ejes de la entrada de divisas al país

Uno de los ejes de la ‘dolarización silenciosa’ se centra en las remesas, que, según el Banco de la República, son entendidas como las transferencias corrientes hechas por emigrantes desde el exterior a su país de origen; pueden ser en dinero y/o en especie y “hacen parte de las transferencias registradas en la balanza de pagos de Colombia”.

Durante el primer trimestre de este año las remesas sumaron US$2.045,6 millones, lo cual representa una variación de 4,93% si se tiene en cuenta que la llegada de dólares a Colombia en forma de remesas llegó a US$1.949 millones en el mismo periodo del año pasado. Valle, Antioquia y Cundinamarca son las mayores regiones receptoras, con US$509, US$340 y US$336 millones, respectivamente.

El año pasado marcó un récord por el número de divisas que enviaron los trabajadores colombianos desde otros países. Los ingresos fueron calculados por el Emisor por encima de US$8.597 millones y Valle (US$2.309 millones), Antioquia (US$1.517 millones) y Cundinamarca (US$1.432) fueron las regiones líderes en la recepción de las divisas. Raúl Ávila, docente de la Universidad Nacional, aseguró que las remesas son, en otras palabras, “el envío de dineros en moneda extranjera hacia el mercado nacional bajo un marco legal”. El experto afirmó que coyunturalmente se trata de un entorno interesante para las divisas que envían los trabajadores por cuanto que la tasa cambiaria por encima de $4.300 establece unos patrones favorables para las ciudadanos que reciben remesas.

“Los giros son hechos por personas que viven en el extranjero y las divisas llegan a familiares o son destinados para negocios. Una tasa cambiaria del peso con respecto al dólar que está encima de $4.000, significa que acá reciben más pesos colombianos por cada dólar que envían”, aseguró Ávila.

Por cada US$100 que envían los colombianos residentes en el extranjero reciben hoy entre 15% y 30% más que hace un año, beneficio que depende del comportamiento de la tasa de cambio en un día determinado.

“En algunos departamentos como Antioquia tienen un peso porcentual muy interesante al valor agregado de movimiento de ingresos y divisas a nivel nacional”, destacó el docente.

De esta manera, el mercado nacional sacaría partido de esta relación entre el dólar y el peso, pues la economía colombiana tiene más movimiento en materia de consumo, y posibilidades de ahorro y de inversión, gracias a las remesas que arriban a la nación. “Son recursos que pueden servir a pequeños negocios, micro empresas y se volvió beneficioso porque entran a circular dentro de la economía”, dijo. El experto, sin embargo, destacó que el alza en el precio del dólar tiene daños colaterales, pues el tejido productivo del país se apalanca en insumos, materias primas y maquinaria que llegan del extranjero y generan un encarecimiento de los bienes. Además, los viajes hacia el extranjero se ven afectados, y el alza también impacta a la inflación.

David Cubides, director de investigaciones económicas de Alianza, destacó que el aumento de las remesas obedece a una recuperación económica de los países donde residen los colombianos que laboran en el exterior. “Las remesas del exterior apalancan el consumo doméstico y, por tanto, ayudan a que la economía mantenga una dinámica positiva”, destacó Cubides. Los expertos coinciden en que la recuperación económica tras el golpe que asestó la pandemia a la estabilidad mundial es un buen escenario para la llegada de divisas foráneas traducidas en remesas.

“La recuperación de la economía y de empleos en algunos países europeos y en Estados Unidos, lugares de donde viene el mayor giro de divisas, es un escenario favorable. La pandemia hizo que muchas personas perdieran sus empleos por los confinamientos”, destacó Ávila. Otros expertos como Juan Camilo Pardo, analista económico de Corficolombiana, destacan que las remesas podrían no alcanzar las sumas históricas de los años anteriores, pues el panorama económico internacional está en vilo por cuenta de las presiones inflacionarias que trajo consigo 2022, provocadas por factores como la guerra entre Rusia y Ucrania.

Ávila destacó también que la bonanza de las remesas dependerá de los cambios internacionales, pues en el horizonte se ve un riesgo de recesión económica global, nuevos rebrotes de covid-19 y una caída del empleo y del crecimiento económico en todo el globo, con el aumento de las tasas de interés.