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Diana Cantillo, directora ejecutiva de la Corporación Empresarial del Oriente del Atlántico.
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Directora ejecutiva de la Corporación Empresarial del Oriente del Atlántico
El Atlántico ha demostrado un crecimiento económico significativo, con un Producto Interno Bruto, PIB, que alcanzó $63,7 billones en 2022, creciendo un 9,3% frente a 2021, superando la media nacional. Este desempeño resalta el potencial del Atlántico como motor de desarrollo en la Región Caribe.
Sin embargo, este crecimiento debe estar acompañado por una apuesta decidida por la innovación. Aunque el Atlántico se posiciona como el Departamento más innovador de la Región Caribe, aún enfrenta retos importantes. Se hace imperante fomentar un entorno que promueva la producción de conocimiento, tecnología y permita la sofisticación de negocios en todos los sectores.
La educación juega un papel fundamental en este proceso. La formación de talento humano es esencial para atraer y mantener inversiones en el Atlántico. Aunque la región destaca en investigación y desarrollo, es crucial mejorar la formación técnica y superior para que el talento local pueda responder a las demandas del mercado global.
Estudios recientes de Meisel, A. y Granger, A. en capital humano en la región muestran que debemos invertir en mejorar la tasa de docentes con posgrado, la cual se encuentra por debajo del promedio nacional. Son desafíos que deben abordarse con políticas educativas robustas que promuevan una mayor calidad y cobertura en la educación, asegurando que más estudiantes accedan a una formación integral. Son ellos quienes en un futuro cercano harán parte de los equipos de trabajo de las empresas que invierten en el Atlántico.
Y es que el Atlántico sigue siendo favorito en atracción de inversión nacional y extranjera en la región Caribe. En los próximos dos años se invertirán cerca de US$600 millones en el territorio en proyectos que impulsan los agronegocios, las industrias de alimentos y bebidas, las energías renovables, y la metalmecánica. Son empresas que traerán nuevos conocimientos, intercambio y uso de nuevas tecnologías y apoyará la transformación y generación de valor agregado en muchos productos para su exportación, transformando la economía local.
El Atlántico tiene una posición única para consolidarse como líder en innovación y competitividad. Vamos por buen camino, pero debemos seguir apostando por una educación de calidad y un ecosistema innovador que atraiga más empresas que impulsen el desarrollo económico y social.
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