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Silvia Medina, presidenta de la Cámara de Comercio de Santa Marta para el Magdalena, comparte una radiografía del tejido empresarial
Con cerca de 28.699 empresas activas al cierre de 2023, el tejido empresarial de Santa Marta y Magdalena es uno de los más grandes de la región Caribe colombiana. Sin embargo, en los últimos dos años la dinámica de aperturas y cierres ha sido fluctuante y con altibajos en su comportamiento.
Esto se evidencia el hecho de que, si bien las renovaciones mercantiles crecieron un 4% ese año, las cancelaciones también lo hicieron en un 10,8%. Así, el número de empresas activas en la región en 2023 bajó en comparación con las cifras de 2022, cuando había 29.079.
Silvia Medina, presidenta de la Cámara de Comercio de Santa Marta para el Magdalena, compartió su visión acerca de la actualidad del tejido empresarial en la ciudad y la región.
Ha mostrado un panorama fluctuante. Los indicadores de creación y cierre de empresas reflejan un comportamiento creciente, siendo el cierre de empresas el que representa la mayor proporción. Este aumento se atribuye a las unidades productivas inactivas, que eventualmente abandonan el mercado después de un período de inactividad.
La mayoría de las empresas del tejido empresarial samario son microempresas (97,8%), concentradas en los sectores de comercio (36,3%), alojamiento y servicios de comida (22,8%) y actividades de servicio administrativo (6,58%).
Este panorama no solo subraya la importancia de estos sectores para la generación de empleo en la ciudad, sino que también plantea desafíos significativos para la sostenibilidad a largo plazo de estas microempresas, que son esenciales para el desarrollo económico local.
A pesar de la convergencia entre la salida y la creación de empresas en la ciudad, la dinámica empresarial muestra un notable impulso en las pequeñas y medianas empresas. El año pasado, estas representaban 1,6% y 0,5% del total. Este año, su participación ha aumentado a 2,6% y 0,7%. Esto sugiere un fortalecimiento en el sector empresarial, lo cual es positivo para la economía de la ciudad.
Con empresas de mayor tamaño, esperamos una mayor generación de empleo, un entorno empresarial más competitivo y un crecimiento sostenido en los próximos años. Además, este crecimiento puede atraer más inversiones y fomentar un clima favorable para nuevos negocios, creando un ciclo positivo para la economía local.
El tejido empresarial, en gran medida compuesto por microempresas, enfrenta varios desafíos críticos. La baja tasa de supervivencia empresarial en Magdalena revela que solo 23 de cada 100 empresas creadas hace cinco años continúan en operación en la actualidad. Este dato refleja la fragilidad de muchas de estas microempresas frente a un entorno empresarial que demanda adaptabilidad y resiliencia.
Además, a estos desafíos se suman problemas significativos como el acceso limitado al crédito, que restringe la capacidad de inversión y expansión; la escasa implementación de infraestructura en tecnologías de la información y comunicación (TIC), que limita la competitividad y eficiencia operativa; y la resistencia al cambio, que impide la innovación y adaptación a nuevas tendencias del mercado.
Es crucial que las instituciones públicas y privadas de la ciudad proporcionen formación adecuada y apoyo integral para abordar estos desafíos. Esto podría incluir programas de capacitación en gestión empresarial, facilidades para el acceso a financiamiento, y estrategias para la adopción de nuevas tecnologías. Solo con un apoyo sólido y coordinado se podrá ayudar a las microempresas a superar estas barreras y fomentar un crecimiento robusto y sostenible en el tejido empresarial de la región.
En palabras de Medina, “la economía samaria evidencia una alta competitividad y vocación en áreas relacionadas con el turismo y la logística, gracias a su ubicación geográfica favorable y a sus características naturales, que la convierten en uno de los destinos más apetecidos tanto para visitar como para invertir”.
La directiva agregó que la ciudad cuenta con importantes apuestas productivas en palma, café, mango y banano. “Estos productos se producen en la ciudad y en las zonas rurales circundantes con mayor facilidad que en otras regiones, brindando así una ventaja competitiva significativa para las empresas que operan en el área”, comentó.
Por último, Medina indicó que la ciudad no solo proporciona un entorno favorable para la inversión en sectores productivos clave, sino que también ofrece ventajas significativas en logística y transporte. “La infraestructura portuaria y las redes de transporte permiten una conectividad eficiente, facilitando el acceso a mercados nacionales e internacionales. Esto representa una ventaja competitiva crucial para las empresas que buscan expandir sus operaciones y aprovechar el potencial de crecimiento en estas áreas”, concluyó.
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