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En un mundo tan competitivo, volátil, incierto, ambiguo y complejo como el actual, las organizaciones dependen de su capacidad de adaptación para ser exitosas. Para sobrevivir tienen que ser capaces de transformarse a sí mismas a la misma velocidad que se transforma el entorno, y para sobresalir tienen que hacerlo aún más rápido.
De esta manera, las empresas que son capaces de desarrollar ventajas competitivas sostenibles mediante el desarrollo de nuevas estrategias y modelos de negocio, lo logran mediante la utilización eficiente de los recursos tangibles e intangibles gracias a la calidad de su talento humano.
Sin embargo, y según la información del último censo y del Observatorio Laboral del Ministerio de Educación Nacional, de los profesionales graduados en Colombia en los últimos 45 años, solo alrededor de 15% ha cursado un programa de posgrado. Y la mayoría ha cursado un programa de especialización (aún en la actualidad, 75% de los estudiantes de posgrado en Colombia están cursando un programa de especialización).
Esto, con los agravantes no solo de que los programas de especialización son diseñados para enseñar a sus estudiantes las herramientas disciplinares necesarias para hacer su trabajo en las organizaciones, pero no para desarrollar las habilidades requeridas por los ejecutivos de hoy: habilidades de descubrimiento de oportunidades (prospectiva, pensamiento emprendedor, creatividad, innovación, etc…) y habilidades de liderazgo (persuasión, influencia, motivación, etc…), sino de que estos no tienen convalidación como educación formal a nivel internacional.
Por lo anterior, y ante la necesidad de contar con recurso humano más calificado en las empresas para dar respuesta a las exigencias crecientes de mercados y la concientización de los profesionales acerca de las posibilidades laborales que se generan a partir de una formación más avanzada, cabe esperar que la dinámica de crecimiento de la demanda por maestrías de profundización en administración seguirá aumentando, parcialmente a expensas de las especializaciones, acercándonos a estándares internacionales.
Por ejemplo, en los Estados Unidos 66% de los títulos de maestría en las diferentes áreas de administración -otorgados durante el periodo 2006-2008- fueron de MBA (frente a 34% para Colombia en 2016), porcentaje que va en aumento. Y es que 77% de los nuevos aspirantes a ingresar a maestrías en diferentes áreas de administración quiere hacer un MBA, en donde se otorgan más de 100.000 de estos títulos al año. Esto, a pesar de haber llegado a cierto grado de saturación, ya que 70% de los gerentes generales y presidentes de empresa cuenta con el título (frente a 30% en Colombia, según estudios recientes).
Adicionalmente, y según el US Census Bureau, en la actualidad en los Estados Unidos, 31% de las personas tiene pregrado y 8% de las personas una maestría, de las cuales una de cada cuatro tiene un MBA, por lo que el porcentaje de la población con este estudio es cercano a 2%.
Pero este no es el caso en los mercados emergentes, incluido Colombia, en donde la penetración del MBA es aún muy baja: entre 0,2% y 0,4% dependiendo de los datos utilizados.
De todo lo anterior, podemos concluir que si bien el nivel de preparación académica de los ejecutivos en Colombia sigue siendo bajo frente a estándares internacionales, el crecimiento registrado recientemente muestra un alto interés por una mejor capacitación, buscando mayor competitividad como fuerza laboral en un entorno más globalizado en el que los ejecutivos pueden aspirar a trabajar en cualquier parte del mundo.
Roberto De la Vega Vallejo
Director de Posgrados del Cesa
La firma QS Quacquarelli Symonds pone en primer lugar de los mejores MBA los que tienen la Universidad de Stanford en EE.UU.
Esta modalidad ocupa un espacio importante en estudiantes que quieren adelantar su proceso de formación profesional.
Según el Snies hay 6.220 posgrados activos en diferentes universidades en el país.