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Hoy se celebran las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Kamala Harris o Donald Trump va a asumir varios retos en medio de un panorama complicado para el país
En algunos estados clave, como Winsconsin, Michigan y Arizona, la ventaja es de al menos 1% para uno u otro aspirante
Este 5 de noviembre, Estados Unidos enfrenta una de las elecciones presidenciales más polarizadas y reñidas de su historia reciente. Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata del Partido Demócrata, y Donald Trump, candidato del Partido Republicano y expresidente, han centrado la atención de la nación con propuestas que reflejan visiones marcadamente distintas del futuro del país.
El panorama de las encuestas ha mantenido en tensión a los analistas y votantes por igual. Según un análisis conjunto de The New York Times y Siena College, la contienda ha sido extremadamente ajustada, con Harris alcanzando 49% de apoyo y Trump, 48%, lo que refleja una carrera casi empatada.
En otra encuesta de The Wall Street Journal, Trump aparece con una ligera ventaja de 48% sobre 46% de Harris, destacando la naturaleza cerrada de la competencia en varios estados clave.
La campaña de Harris ha sido impulsada en gran parte por su historial como vicepresidenta, buscando ganar el apoyo de los sectores más progresistas del Partido Demócrata.
La candidata ha subrayado temas como la igualdad de género, la acción climática y la reforma migratoria, consolidando su mensaje alrededor de una visión de inclusión y unidad nacional.
En contraste, Trump ha basado su campaña en promesas de endurecimiento de políticas migratorias, una revisión de acuerdos comerciales y un enfoque en la seguridad y la economía, apelando a su base conservadora.
Los debates presidenciales se han convertido en eventos clave de la carrera. En el primer debate, Harris logró una buena recepción, con 63% de los espectadores considerando que fue la ganadora, en comparación con 37% para Trump, según encuestas posteriores al debate.
El apoyo financiero y la influencia de figuras destacadas también han jugado un papel importante en esta elección. Por ejemplo, el magnate tecnológico Elon Musk ha realizado donaciones significativas a la campaña de Trump, aportando al menos US$132 millones, lo que ha permitido al republicano aumentar su visibilidad en medios y reforzar su campaña.
El docente e investigador de la facultad de relaciones internacionales y estudios políticos en la Universidad Militar de Nueva Granada, Gabriel Clavijo, dijo que es innegable que un apoyo económico sea necesario, el de Musk ha sido muy novedoso y le puede causar ventajas a Trump. Sin embargo, añadió que puede ser muy controversial.
“Esta propuesta de dar US$1 millón a cada votante o cada colectivo que vote en algunos círculos académicos o políticos se ha tomado como un fenómeno muy conocido en Colombia que es el clientelismo”, expresó el docente.
Las encuestas en los estados clave, aquellos que tradicionalmente inclinan la balanza electoral, han sido particularmente reñidas. En Nevada, Carolina del Norte y Pensilvania tanto Harris como Trump tienen 48% de apoyo.
Por otro lado, en Wisconsin y Michigan, Harris tiene una ligera ventaja con 49% frente a 48% de Trump. Y en Georgia y Arizona presentan a Harris con 49% y Trump con 47%. Estos estados son considerados clave y en juego por su capacidad de cambiar de partido en cada elección, lo que los convierte en puntos estratégicos.
“Al final de cuentas quien elige realmente al presidente de Estados Unidos son los Colegios Electorales.En esa medida creo que Trump podría tener ventaja”, dijo el internacionalista. Añadió que la ventaja se debería a su poder e influencia.
En términos de política comercial, Trump ha prometido imponer aranceles a las importaciones de automóviles de Europa y México, buscando incentivar la producción local y reducir el déficit comercial.
Estas propuestas han sido bien recibidas por su base. Harris, en cambio, ha enfocado sus políticas comerciales hacia la cooperación internacional, aunque priorizando el fortalecimiento de la economía interna y derechos laborales.
Los últimos sondeos en estados como Pensilvania, Michigan y Georgia muestran una ventaja de menos de 1% para uno u otro candidato, lo que resalta la volatilidad del escenario electoral. En estos estados clave, cualquier cambio en la participación o en la inclinación de los votantes indecisos podría ser decisivo.
La poca diferencia entre Harris y Trump en estos territorios subraya la importancia del voto de último momento, especialmente en suburbios y entre los votantes independientes.
Además, Harris ha propuesto un aumento en el límite de “compras gratuitas” de US$950 a US$1.500, y ha abogado por la inclusión de la comunidad Lgbtq+, temas que han generado respaldo en sectores progresistas y controversia en otros.
Trump ha utilizado estos temas para contrastar su enfoque, criticando las políticas de inclusión social promovidas por Harris como una desviación de los “valores tradicionales”.
El resultado de esta elección no solo determinará el rumbo de la política estadounidense para los próximos años, sino que también será un reflejo de las divisiones sociales y culturales que persisten en el país.
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