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Cada vez más las empresas definen estrategias para tener una operación más sostenible, las ideas van desde el reciclaje hasta el cuidado del agua
Este tipo de bonos se emiten en el mercado de capitales y cualquier inversionista puede adquirirlos, aunque hay emisiones puntuales para apoyar a cierto tipo de proyectos
Atendiendo el llamado para frenar el acelerado cambio climático y sus nefastas consecuencias, el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional lanzaron hace un poco más de 15 años los bonos verdes, con el fin de promover proyectos amigables con el medio ambiente. El fin era buscar financiación para modelos de desarrollo y crecimiento bajos en emisiones de carbono y adaptables al cambio del clima.
Los bonos verdes son un instrumento de deuda ofrecido en el mercado financiero a un plazo fijo, por lo general, con una tasa de interés también fija. El emisor puede ser una empresa privada, una entidad gubernamental o mixta. La diferencia del bono verde a los bonos normales es el compromiso por parte del emisor a destinar lo recaudado a proyectos sostenibles o que contribuyan directamente a minimizar los daños del cambio climático.
Este tipo de bonos se usa para financiar operaciones o activos relacionados con energía renovable, eficiencia energética, manejo sostenible de residuos, uso sostenible de la tierra (agricultura y reforestación), conservación de la biodiversidad, transporte público y manejo sostenible de recursos hídricos.
Son atractivos como inversión puesto que gran parte de estos tienen calificación AAA, muy poco riesgo y pagan entre 1,5 y 3 puntos por encima de indicadores como inflación (dependiendo del bono). Para los proyectos es positivo porque permite conseguir recursos de una forma rápida y sin necesidad de tener grandes activos para respaldar la inversión.
“Los bonos verdes presentan oportunidades de diversificación y ampliación de la base inversionista, aportan diferenciación entre empresas del mismo sector y mejoran la imagen corporativa y la reputación del emisor”, dijo David Pacheco, director de Sostenibilidad de Bbva Colombia.
Pueden ser emitidos por cualquier entidad con calificación crediticia como banca comercial, de desarrollo, corporativos, gobiernos nacionales y locales. Las carteras de crédito también pueden ser usadas como activos verdes, es decir, se pueden comerciar en el mercado secundario. Los bonos verdes en Colombia son ofrecidos por bancos como Bbva, Bancolombia, Banco de Bogotá, Banco Finandina, Mibanco, Bancoldex, Bancamía, Banco W, entre otros y empresas como Celsia. También existen bonos soberanos del Gobierno Nacional de Colombia de esta categoría.
“Estos bonos pueden emitirse en el mercado de capitales y cualquier inversionista puede adquirirlos. Incluso, hay casos en los que los bonos tienen un comprador específico”, explica Cipriano López, vicepresidente de Innovación y Sostenibilidad de Bancolombia.
El inversionista interesado se debe acercar a su comisionista de confianza, quien le mostrará la oferta de bonos verdes que tiene a su disposición y las características de cada una de ellas. Para acceder como proyecto ambiental en busca de financiación, también se deben acercar a los bancos y consultar los requisitos.
Las condiciones a tener en cuenta para los proyectos
Entre las condiciones que debe cumplir el proyecto beneficiado o estructurado bajo la modalidad de un bono verde, destacan: la necesidad de alinearse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, medir los impactos ambientales y/o sociales, asegurar la trazabilidad, cumplir los requisitos del emisor y presentar resultados e informes. Una vez hecha la solicitud, el emisor del bono realizará un proceso de evaluación, en el cual se compromete a informar con transparencia de los objetivos de sostenibilidad del proyecto y de los criterios a sus inversores.
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