Entre papel de caña de azúcar y tinta de soya, así se renueva La República

Lo invito a que mire y toque el papel que tiene en sus manos. ¿Se le hace diferente al que lee todos los días? ¿Le nota un color más amarillo? ¿Siente que es más suave y que la hoja es más gruesa? Pues bien, hoy, por primera vez, el Diario La República se imprimió en un papel proveniente de la caña de azúcar. Así tal cual. Fue fabricado con bagazo, un residuo de la producción de azúcar y otros derivados. Con ese bagazo, Carvajal Pulpa y Papel fabrica el material que tiene en sus manos: un papel elaborado 100% con residuos agroindustriales.

Sin duda, una apuesta gigantesca por el medio ambiente en el Día del Medio Ambiente que se celebra este 5 de junio. Sin embargo, el interés frente al uso del bagazo de caña de azúcar para la fabricación de papel no es nuevo y data de hace casi 140 años. De acuerdo con un artículo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), publicado en 1954, “hacia 1884 ya se tienen noticias de un cargamento de caña de azúcar embarcado a Francia desde la isla de Martinica y destinado a la fabricación de papel. En los años 60 y 70 se registraron diversos casos en Estados Unidos de que el bagazo se usaba para fabricar papel de diario”.

Con los ires y venires de la historia, Colombia es hoy uno de los cuatro países que fabrica papeles a partir de bagazo de caña, junto a Argentina, India y Brasil. Sin embargo, Carvajal Pulpa y Papel es la única empresa que ha desarrollado la tecnología para producir solo con este residuo, pues otras compañías deben siempre combinar la materia prima con fibras maderables para dar las propiedades requeridas en el papel.

Pero, ¿cuál es la gran ventaja de utilizar el bagazo de caña para elaborar este papel? Al emplear como materia prima un subproducto agroindustrial, no se compite por el uso de suelo ni se limita la producción de azúcar o sus derivados. La caña de azúcar, además, se considera una fuente renovable en cortos periodos, con ciclos de cultivo de 12 meses aproximadamente.

Otra ventaja es que este papel forma parte de la línea de productos sin químicos blanqueadores bajo la marca Earth Pact, lo que hace que sea aún más sostenible. Su producción requiere menor consumo de energía, vapor y agua, lo que contribuye a la reducción de emisiones de carbono de 400 kilogramos por cada tonelada de papel producido, en comparación con la misma cantidad de papel blanco que sí ha pasado por un proceso de blanqueamiento.

Los papeles y cartulinas Earth Pact, caracterizados por un tono crema natural estable, se usan para la fabricación de libros, revistas, etiquetas, impresos, productos escolares, fotocopias, papelería comercial, empaques plegadizos y hoy en la impresión del diario La República.

Esta no es la única apuesta del primer periódico económico, financiero y empresarial de Colombia, y el más antiguo en Iberoamérica, pues desde hace varios años, sus tintas son ecológicas, ya que están fabricadas con derivados de la soya. Esto hace que la tinta sea biodegradable, es decir que puede descomponerse en elementos químicos naturales, en otras palabras, que no contamina.

Además, el uso de este tipo de tintas produce menos contaminación del aire y menos riesgos para la salud.

Con este caso de sostenibilidad empresarial, le damos la introducción a nuestra ancla especial sobre el tema, donde compartimos con usted las buenas prácticas que las compañías están implementando para aportar al medio ambiente, como lo hace La República hoy, con su primera edición impresa en papel elaborado con bagazo de caña.