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El Proyecto de Historia de la Información Económica busca identificar durante las seis últimas décadas (1954-2014) los hechos, noticias y decisiones financieras, empresariales y de política pública que han formado la estructura económica del país.
José Antonio Ocampo fue ministro de Hacienda, ministro de Agricultura, director del DNP y de la Cepal
Esta semana tendrá lugar la cita más importante de la banca: la Convención número 50. Allí, con los principales actores del sector en un solo auditorio, estará el profesor de la Universidad de Columbia, José Antonio Ocampo, quien fue ministro de Hacienda, ministro de Agricultura, director del DNP y de la Cepal, quien presentará su libro “Historia del sistema financiero colombiano”. En este, luego de hacer un recuento a través de cuatro periodos establecidos por reformas, concluye, entre otras cosas, que Colombia todavía no supera la crisis de la Unidad de Poder Adquisitivo Constante (Upac) y que el sector se enfrenta al reto de consolidar un auge sin terminar en una crisis.
¿Cómo definiría el libro?
Este libro es en gran medida una interpretación de las distintas etapas del desarrollo financiero colombiano a partir de la reforma desarrollista que tiene lugar en el año 51. Aunque tiene un poco también de precedentes porque la banca pública se crea con el Banco Agrícola Hipotecario, después la Caja Agraria y el Banco Central Hipotecario, entre los 20 y los 30.
¿Cuáles son esos periodos?
La primera va desde la reforma de 1951 hasta la reforma que tiene lugar en 1974, al comienzo de la administración López Michelsen. Después de pensarlo bastante decidí no terminar ese periodo con la creación de la Upac, decidí que no porque la Upac tenía elementos del viejo modelo y aunque usaba una nueva entidad especializada como el vehículo principal, contenía múltiples regulaciones que se parecían más al viejo modelo que al nuevo. Su gran ventaja fue que por primera vez se estableció un título de ahorro que tenía un rendimiento positivo.
Los dos siguientes periodos los organicé entorno a ciclos de reforma-auge-crisis. Entonces, un primer periodo comienza con la reforma de 1974, que se acentúa con la del 79 y sobre todo del 80 y termina con la crisis financiera que se inicia en el 82 y que tiene su mejor momento en el 86 cuando se oficializa el Banco de Colombia.
La tercera comienza con la reforma de 1990 y termina en otra crisis que es muy fuerte y que se inicia en el año 98.
Y el cuarto periodo es, hasta ahora, uno esencialmente de auge que se inicia en el año 2004, simplemente porque en 2004 se recupera el Producto Interno Bruto por habitante del año 97, debido a la crisis.
Estas son las grandes etapas, pero uno también lo puede ver como dos fases: una de fuerte intervencionismo estatal, que es del 51 al 74, y otra que es una fase de mayor liberalización, pero esa liberalización se ve incrustada por la crisis porque en crisis el Gobierno tiene que entrar a intervenir a las entidades.
Con esas reconstrucción, ¿qué grandes conclusiones sacó del sistema bancario?
Esto como un todo tiene varias características comunes: en primer lugar, en relación con los debates que existen sobre el desarrollo financiero, está la constatación de que la fase de intervencionismo estatal sí fue una fase de profundización financiera. Lo digo porque el libro de Carlos Caballero y Miguel Urrutia sobre el sector financiero, tiende a negar que esa etapa haya sido de desarrollo financiero y lo que yo digo es que sí hubo desarrollo, aunque organizado de una manera muy diferente al actual.
La segunda es que los ciclos de auge están muy asociados al financiamiento externo y terminan en crisis cuando este se interrumpe súbitamente. Eso ocurre básicamente en tres momentos de la historia: con la crisis de la gran depresión, al comienzo de los años 30; también con la crisis latinoamericana de la deuda a comienzo de los años 80; y con la crisis asiática a fines de los 90. No obstante, no todos los auges de financiamiento han terminado en crisis, el de fines de los 60 y comienzo de los 70 no terminó en crisis y tampoco hubo una con la bonanza cafetera de los años 50. Y por último, el auge actual: en los últimos cinco años el aumento del financiamiento externo ha sido muy grande y queda la duda de si va a haber alguna crisis asociada a este aumento de financiamiento.
Lo otro interesante tiene que ver con la concentración del sector. Lo que muestra el libro es que durante un larguísimo periodo, casi medio siglo, hay reducción de la concentración del sector -se inicia en los 50 y termina a mediados de los 90- y es muy claro que con las reformas de comienzos de los 90 termina habiendo, sobre todo en la crisis de fin de siglo, una gran concentración que se consolida con la creación de grupos financieros que es la realidad actual del sector, entonces el sector hoy está posiblemente más concentrado que jamás en la historia. Esto da lugar a una discusión de regulación.
¿Qué hay que tener en la mira en términos de regulación?
Yo diría que hay tres temas de regulación importantes: uno, que tiene que ver con cómo evitar que los auges asociados al endeudamiento externo terminen en crisis, eso es el tema más importante. Lo segundo, cómo se maneja una altísima concentración del sector que tenemos hoy en día. Y tercero, como los grupos financieros han comenzado a invertir en el exterior, cómo se manejan esas redes financieras externas de los principales grupos.
Luego de esta radiografía y al compararnos con otros países de la región, ¿qué retos hay?
Las distintas comparaciones que yo hago muestran que los líderes en desarrollo financiero en América Latina son Brasil y Chile, pero el tercer lugar lo ocupa Colombia. Es un lugar que ha venido consolidando gradualmente y clarísimamente en los últimos diez años. Hay otros temas que yo estrictamente no analizo, pero que son muy importantes, como el desarrollo del mercado de bonos y accionario que en realidad solo despegan en los últimos 10 años. Y también una conclusión muy importante y un gran reto que se observa es que Colombia no ha superado todavía la crisis hipotecaria de fines del siglo XX. La crisis del sistema Upac no está superada plenamente y el desarrollo del mercado hipotecario no ha logrado compensar ese colapso. El reto de largo plazo es la reconstrucción plena del crédito hipotecario.
Hay otro, en el cual en realidad hay bastante avance, que es el tema de inclusión financiera. El tercer reto es el de consolidar el desarrollo financiero sin crisis, pues los tres auges de la banca privada han terminado en crisis: el de los años 20, el de fines de 70 y comienzos de los 80 y el de los 90. Entonces evitar que eso pase es una tarea de la regulación y la Superintendencia Financiera.
El economista moderno más importante del país
José Antonio Ocampo es el economista colombiano más importante en la actualidad. Ha ocupado cargos como la dirección del Departamento Nacional de Planeación, fue Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y desde el lado del alto Gobierno fue ministro de Hacienda y Crédito Público y de Agricultura.
También fue director de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo), profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes y de la Universidad Nacional de Colombia, y profesor visitante de las universidades de Cambridge, Yale y Oxford. Actualmente es profesor de la Universidad de Columbia. Ocampo obtuvo su título en economía y sociología en la Universidad de Notre Dame y posteriormente realizó un doctorado en economía en la Universidad de Yale.
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