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El Proyecto de Historia de la Información Económica busca identificar durante las seis últimas décadas (1954-2014) los hechos, noticias y decisiones financieras, empresariales y de política pública que han formado la estructura económica del país.
Sergio Clavijo, excodirector del Banco de la República, funcionario público por muchos años y desde hace 11 años al frente de Anif
En el medio de los economistas dedicados a analizar las coyunturas y los mercados, hay una voz que se escucha con bastante frecuencia. Y no solo porque ha logrado -a través de Anif- adelantarse a muchas de las situaciones adversas para la economía, como la desindustrialización, el impacto negativo de los precios petroleros, el peso de las importaciones en la canasta familiar, entre otros muchos temas neurálgicos, sino porque es una voz respetada, estructurada y muy temida porque suena a pesimismo, a siempre ver el vaso más vacío que lleno.
Se trata de Sergio Clavijo, excodirector del Banco de la República, funcionario público por muchos años y desde hace 11 años al frente de Anif, uno de los dos centros de estudio y pensamiento económico con mayor prestigio en Colombia.
¿Por qué le dicen el ‘niño malo’ de la economía?
No creo. Si uno mira las cifras de los pronósticos que ha hecho Anif en general estamos muy cerca del promedio la cifra de consenso, obviamente la tarea del Gobierno es ser optimista y ellos en general van a estar arriba. Nuestra labor no es dar malas noticias, nuestra labor es leer las cifras y tratar de avizorar qué tipo de políticas económicas deben implementarse rápidamente para sobrellevar de mejor manera el ciclo económico.
¿Cree que vamos a sostener este crecimiento de 3,0%?
Lo primero que habría que decir es que el cierre de 2015 mostró que la economía tiene buen aguante dentro de América Latina, que cae casi a -1%, cerrar con 3,1% es una cifra relativamente buena y aceptable a nivel absoluto para la desaceleración dado la caída de la estantería minera, energética y una situación global muy complicada. Pero, vemos una moderada desaceleración respecto de ese 3,1% de cierre hacia el año anterior y miramos una cifra alrededor 2,5% en 2016.
¿Qué va a motivar este desempeño económico?
Nos preocupa el problema de composición del crecimiento. En lo positivo está un rebote de la industria, que cerró el año anterior en 1,2%, marginalmente mejor de lo que pensábamos gracias a la entrada de Reficar. En el lado menos positivo el agro está creciendo menos por el fenómeno climático porque el café no va a sostener los 14 millones de sacos. Pero nos preocupa el sector construcción se habla mucho de las 4G y si mira el crecimiento del año anterior el sector construcción creció 4%, una cifra muy pobre frente al crecimiento de dos dígitos de 10% o 12% de los tres años anteriores.
Usted fue codirector del Banco de la República ¿cómo ve ese rebrote inflacionario y los importados en la canasta?
Hubo una subestimación de ese llamado mecanismo de transmisión de costos vía el impacto cambiario en dos sentidos, por un lado el país está experimentando con la flotación cambiaria, yo creo que nadie se imaginó que iba a ver una transmisión de costos que llevara a la inflación tan rápida y persistente pero hay que tener en cuenta que no solo tuvieron un ‘pass through’ si no un fenómeno climático entonces se le mezclan ambos elementos y te lleva a una pérdida monumental de la meta de inflación de 3% a 7%.
¿Hay que flexibilizar la regla fiscal?
Cuando la regla fiscal entró, apercolló la inversión en la infraestructura y tumbó el endeudamiento público de 40% a 20% de la próxima década. Esa regla fiscal no tiene ningún sentido si el país lo que requiere es hacer la infraestructura para impulsar las exportaciones del agro. Si la regla fiscal no deja invertir en infraestructura, pues no me sirve; necesitamos una regla fiscal que mire, no el contrabalanceo del precio del petróleo y del crecimiento potencial, si no que mire el nivel de endeudamiento y ese nivel hoy es de 55%, está en un límite y nos van a quitar el grado de inversión como le ocurre al Brasil si llega a 65%.
¿Usted está de acuerdo con la venta de 10% de Ecopetrol?
En este momento no. Insistimos a la administración Uribe saliente y a la administración Santos entrante, que era el momento de haber vendido Isagen con un mejor precio y Ecopetrol. En ese momento el 10% de Ecopetrol valía US$12.500 millones, recuerde que Isagen solo se vendió por US$2.000 millones si se hubieran hecho en ese momento hubiéramos podido financiar totalmente la infraestructura del país.
¿Por qué pasó eso?
Perdimos casi seis años dentro de 2008 y 2015 para hacer la misma venta de Isagen, me parece que hay mucha politiquería al rededor de eso, la propia administración Uribe que impulso la venga de Isagen en su primer tramo, que preparó la banca de inversión para hacer la venta total ahora cita el ministro Cárdenas a una absurda moción de censura para un tema que ellos mismos habían impulsado entonces. Bajémosle a la politiquería barata dejemos el House of Cards fuera de Colombia y concentrémonos en lo que se necesita que es una profesionalización de la economía.
¿Cree que realmente el dividendo de la paz será de 1,2 puntos de crecimiento en el PIB?
El estudio que nosotros hemos hecho es que Colombia solo podría cobrar esos dividendos si pudiera reducir a la mitad su gasto en fuerza pública, que mal contados es 0,4% del PIB y eso se mantiene. Se requiere disminuirlo. Infortunadamente como la automatización del conflicto puede llevar, como en Centro América, a que mucho narcotraficante logre crear su propia empresa y vengan a delinquir a las ciudades, hay que bajar al componente militar y subir al componente policivo y en ese sentido no hay dividendo de paz para cobrar. Las ganancias de dividendos de la paz se van a ver dentro de cinco años cuando haya un desescalamiento del conflicto. Si hoy estamos creciendo a 3,5% en promedio pasaríamos a crecer 4,5% o 5% que es lo que avizoramos.
¿Más impuestos a la vista?
En 2012 entregamos un libro al propio presidente Santos donde se desglosaba el grueso de lo que hoy la Comisión de Expertos acaba de recomendar, es decir, fundamentalmente la piedra angular de esa reforma es subir el IVA en esa época nosotros hablamos de subir de 16% a 18%. En 2014 se aprobó una errada reforma tributaria que llevo la tributación de las grandes empresas a 53% y el recaudo no se ha incrementado de forma sustantiva por que la masa de gravamen grande tiene que ver con el consumo.
¿Cuál cree que debe ser la tendencia de las tasas?
De aquí a junio resta por incrementar el interés a 7% que sería su techo y después de junio, por la desaceleración económica, la mejora climática, un abaratamiento de los precios en los alimentos y un freno al consumo, debería frenar la tasa en 7%. La mala noticia es que como comentamos la inflación no bajaría de 5% o 5,5% este año y aún las expectativas de inflación para el cierre de 2017 están hablando de unas expectativas desancladas de 4% y eso debe ser materia de preocupación para el Banco de la República.
Sergio Clavijo es el ‘niño malo’ de la economía
El economista Sergio Clavijo ha sido llamado el ‘niño malo’ de la economía por sus críticas constantes a la situación económica del país. Este economista de la Universidad de los Andes tiene una amplia experiencia en el sector público lo que le ha permitido cuestionar muchas de las políticas de ministros, presidentes, gerentes y funcionarios del Gobierno. Fue codirector del Banco de la República además de liderar el equipo de investigaciones económicas del Emisor, en el Ministerio de Hacienda ha desempeñado varios cargos entre estos el de viceministro técnico. Presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras desde febrero de 2005.
La opinión
Catalina Tobón
Gerente de estrategia e inversión de old mutual
“La confianza del consumidor sigue generando ruido porque se encuentra en mínimos de hace 12 años principalmente por la percepción que se tiene de la situación económica”.
Miguel Urrutia es una de las autoridades monetarias de mayor respeto en la región.
Roberto Junguito es un optimista confeso que solo ve buen futuro para el país.