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El Proyecto de Historia de la Información Económica busca identificar durante las seis últimas décadas (1954-2014) los hechos, noticias y decisiones financieras, empresariales y de política pública que han formado la estructura económica del país.
A Mauricio Cárdenas le ha tocado bailar, en términos económicos, con las más bellas, pero también con las más feas.
Mauricio Cárdenas Santamaría (1962) es de los muy pocos colombianos que han sido cuatro veces ministro. Es uno de los economistas más influyentes en la hacienda pública y padre y promotor de varias de las reformas tributarias que hoy rigen nuestro destino impositivo.
A Cárdenas le ha tocado bailar, en términos económicos, con las más bellas, pero también con las más feas. De una mini bonanza en los precios de los productos mineroenergéticos de hace dos o tres años, ahora le corresponde sacar la economía colombiana de una evidente pérdida de ritmo. Es un amigo del papel del Estado en la reactivación y no en vano a él se le deben las dos versiones de Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo, Pipe.
¿Qué va a pasar con la economía este segundo semestre?
Cada trimestre va a tener un desempeño mejor al anterior. Espero que los siguientes trimestres tengan un crecimiento que permita lograr el objetivo de 3,5% para el año. La economía está haciendo una transición de un escenario de altos precios del petróleo a un escenario de bajos precios del petróleo y estamos tratando de hacerlo ordenada y fluidamente sin traumatismos.
¿La crisis se ha compensado con la alta devaluación?
El precio del petróleo ha estado en promedio en US$60 por barril de Brent que es exactamente el precio que utilizamos para el plan financiero de este año. No tenemos ningún espacio adicional, el precio del petróleo ha estado donde nosotros pensamos que iba a estar.
¿Además del petróleo, qué otros sectores están en alerta?
Más que sectores, me preocupa el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos. El dato del primer trimestre fue bastante alto, debemos hacer un esfuerzo y crear una estrategia para que el déficit de cuenta corriente mejore.
¿Qué está ocurriendo allí?
Bajaron las exportaciones considerablemente; las exportaciones de petróleo cayeron en 50% en el primer trimestre de 2015 versus el mismo trimestre de 2014 y eso originó un aumento del déficit en cuenta corriente. Las importaciones siguen siendo altas, el déficit pasó de estar en niveles cercanos a 5%, un poco por debajo de 5%, a 7% en el primer trimestre. Nosotros creemos firmemente que una economía como la colombiana puede tener un déficit en cuenta corriente cercano a 5%, pero un déficit de 7% no es deseable.
¿No es más justificable trabajarle a las exportaciones?
El crecimiento de las exportaciones, especialmente las no tradicionales, es un fenómeno que toma tiempo. No podemos esperar maravillas de un mes a otro, pero el efecto combinado de la devaluación; la recuperación de la economía de los Estados Unidos; las políticas que están permitiendo que Bancóldex tenga más capacidad financiera, más capacidad de otorgar créditos en condiciones blandas; que también tengamos una estrategia orientada a traer inversión, a buscar que los tratados de libre comercio se puedan aprovechar al máximo, es una batería de soluciones. Todo eso con el tiempo nos va a dar un dividendo en términos de mayores exportaciones, pero va a tomar un tiempo.
¿Por qué un dólar a $2.600 y una docena de TLC no seducen a los empresarios?
El dólar ha estado en niveles competitivos durante poco tiempo. No es algo que hayamos disfrutado durante años, por el contrario, tuvimos un problema de sobrevaluación largo que hizo que fuera muy difícil competir y eso afectó no solo las exportaciones, sino que estimuló las importaciones en detrimento de la producción nacional. Ahora, con un dólar a $2.600 no solo vamos a poder exportar más, sino que vamos a recuperar nuestra cuenta corriente; vamos a poder sustituir algunas importaciones. El consumidor colombiano en vez de comprar productos importados podrá comprar producto nacional. Esa es una forma muy eficiente de reducir el déficit en la cuenta corriente.
¿Tiene su lado amable la caída en los precios del petróleo?
No tiene nada de amable. Creo que cada momento tiene su faceta; cada coyuntura tiene lecturas diferentes. En la lectura actual se puede ver que con la caída de los precios del petróleo hay oportunidades. La industria y el agro tiene un mayor dinamismo, pueden ser más competitivos y se estimularán factores que generen el crecimiento de los próximos años. Por supuesto, el auge petrolero nos dio una capacidad fiscal que antes no teníamos para hacer una gran cantidad de inversiones en lo social, en la infraestructura, pero también tuvo su efecto negativo sobre la agricultura y la industria. Ahora estamos un poco a la inversa.
A ningún ministro en la historia reciente le había tocado un rebrote inflacionario…
La inflación está en 4,4% la diferencia frente a la meta fijada es muy pequeña. Creo firmemente que la inflación está en un proceso de convergencia hacia el rango entre 2% y 4%. No está entre mis principales preocupaciones.
¿Los importados están pesando en la inflación?
Para medir el efecto de la devaluación del peso sobre la inflación es muy importante tener en cuenta qué tan abierta es una economía. Y la economía colombiana es relativamente cerrada desde el punto de vista del peso que tienen las exportaciones y las importaciones. Por eso el traslado de la devaluación hacia la inflación es relativamente bajo, no me preocupa significativamente el impacto de la devaluación sobre la inflación, creo que la inflación se puede controlar y puede estar dentro del rango de 2% a 4% a finales de este año o a comienzos del próximo año.
¿Qué le responde al exministro Restrepo sobre la realidad del déficit?
Me parece paradójico que haya dicho que no haya claridad sobre las cifras fiscales y al mismo tiempo decir que no había leído el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Pienso que debe leer el Marco Fiscal de Mediano Plazo y si tiene alguna duda, alguna inquietud, algún tema que considere que no está suficientemente claro, pues con mucho gusto expandimos sobre ese punto. Pero alguien no puede decir que no conoce las cifras fiscales o que no le parecen claras y al mismo tiempo afirmar que no se ha leído el marco fiscal de mediano plazo.
¿Qué le responde al excodirector Kalmanovitz sobre la rigidez de la regla fiscal?
Creo que la regla fiscal nos da un margen de maniobra suficiente para administrar la caída de los precios del petróleo con un déficit más alto este año de 3% del PIB y 6,6% el nuevo año. Esos niveles son suficientemente altos. Considero que la regla fiscal nos permite tener un déficit que es más alto, pero excedernos sería un inconveniente.
¿Qué le responde al exministro Zuluaga sobre el fracaso de las últimas reformas tributarias?
No se puede decir que la reforma tributaria de 2012 fue dañina cuando alivió la carga laboral a las empresas; se redujeron significativamente los impuestos a la nómina y eso ha tenido un efecto positivo sobre la generación de empleo formal. Fue un gran alivio para la competitividad del sector empresarial. Y la reforma de 2014 mantuvo impuestos que ya existían como el impuesto a la riqueza que aportaba más o menos $5 billones. Y la sobretasa del Cree que se introdujo es una forma parcial de enfrentar la caída de los ingresos petroleros. Pero los aumentos de impuestos solamente están resolviendo un tercio del problema de la caída de ingresos petroleros y el otro tercio lo estamos enfrentando con menor gasto. El tercer tercio, el mayor déficit que nos permite la regla fiscal, ósea, tenemos una forma muy pragmática muy balanceada de enfrentar la disminución de ingresos petroleros.
El exministro Carrasquilla le aconseja trabajar más la informalidad…
No podría estar más de acuerdo. Me parece que el núcleo del problema económico en materia fiscal, laboral y competitiva tiene que ver con los altos niveles de informalidad en nuestra economía. Esa es una preocupación central y por eso en la reforma de 2012 redujimos 50% los impuestos a la nómina para formalizar más el empleo y eso nos ha dado muy buenos resultados.
¿Cómo va a lidiar el tema cafetero?
Nunca antes el ingreso de las familias cafeteras había estado tan alto, tenemos muy buenos precios, un dólar competitivo, la carga ha estado alrededor de $670.000, la producción de este año va para 13 millones de sacos, de manera que el ingreso que están recibiendo las familias cafeteras es el más alto que han tenido históricamente por eso no vemos justificadas las solicitudes revivir el PIC.
¿Es amigo de las conclusiones de Echavarría en la Misión Cafetera?
Las conclusiones se politizaron pero es un trabajo serio; las recomendaciones seguramente van a ser parte de una discusión de corto y mediano plazo en los próximos años para ir enriqueciendo la política cafetera y su institucionalidad. Yo creo que quienes piensan que ese trabajo se puede echar a la basura se equivocan, creo que en ese trabajo hay ideas interesantes que seguramente tomaran su tiempo en madurar.
¿Qué va a pasar con el convenio en 2016?
El convenio entre el Gobierno y la Federación se vence el próximo año y muy seguramente va a ser tema de discusión en los próximos seis meses. Primero tenemos que llegar a consensos al interior de la institucionalidad, pues en primer lugar creo que el gremio debe designar su gerente.
¿Las conclusiones de la Comisión Tributaria se tendrán en cuenta?
La comisión esta terminando de preparar su propuesta con respecto a las entidades sin animo de lucro y nosotros tenemos una enorme expectativa con esa propuesta y la queremos convertir en Ley de la República con la menor brevedad posible. Nos tomamos muy enserio el trabajo de la comisión y lo que estoy absolutamente seguro es que ese trabajo va irse convirtiendo en decisiones.
¿Irán a un proyecto de ley?
Obviamente lo tenemos que analizar y evaluar, pero van a ser insumo para las decisiones en el país y no solo del Ejecutivo, también tendrán que informar al Legislativo. Las recomendaciones que espero recibir muy pronto sobre el tema de las entidades sin animo de lucro son fundamentales. Vamos a empezar con el tema de las entidades sin animo de lucro por eso le dije a la comisión que le diera prioridad a este tema. El Gobierno procesara las recomendaciones y las convertirá en un proyecto de ley para la siguiente legislatura.
¿Hasta cuándo quiere estar en el Ministerio de Hacienda?
Yo soy un economista que me siento absolutamente comprometido, a gusto y dedicado a esta función de ministro de Hacienda. Y mientras el presidente Santos lo quiera estaré comprometido trabajando. Ojalá hasta el fin de su mandato.
Ya ha sido cuatro veces ministro. ¿Si fuera el Presidente qué haría?
El modelo y la visión de país que tiene el presidente Santos reflejan muy bien una filosofía que comparto plenamente. Me identifico con ser muy conservador en el manejo de los asuntos macro económicos. Buscar siempre baja inflación, bajo déficit fiscal, condiciones macroeconómicas estables. La antítesis del populismo, pero al mismo tiempo combina esa visión responsable en lo macroeconómico con una visión muy progresista con la que busca reducir las desigualdades. No tenerle miedo a la palabra redistribución a favor de los más vulnerables, de los mas pobres, ir cerrando brechas pero sin los excesos asociados al populismo.
Perfil de un tecnócrata presidenciable
El actual ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, ha ocupado dentro de otros cargos de relevancia la dirección de la cartera de Minas y Energía en 2008, la de Transporte en 1998 y la de Desarrollo Económico en 1994. Cárdenas es economista y magíster de la Universidad de Los Andes; institución donde por más de 23 años ha sido docente de pregrado y posgrado. El bogotano es doctor de la Universidad de California y realizó sus estudios gracias a la beca “Lauchlin Currie” del Banco de la República. El ministro, quien ahora está encargado de cubrir el hueco fiscal de los ingresos petroleros, es un apasionado de la economía colombiana, razón por la cual ha producido más de una docena de libros del tema y ha ocupado cargos como la gerencia de la Empresa de Energía de Bogotá, la dirección de Fedesarrollo y la dirección del Departamento Nacional de Planeación.
Miguel Urrutia es una de las autoridades monetarias de mayor respeto en la región.
Roberto Junguito es un optimista confeso que solo ve buen futuro para el país.