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El Proyecto de Historia de la Información Económica busca identificar durante las seis últimas décadas (1954-2014) los hechos, noticias y decisiones financieras, empresariales y de política pública que han formado la estructura económica del país.
Rudolf Hommes Rodríguez es un hombre de carácter fuerte y frentero a quien se le debe la aceleración de la internacionalización de la economía
Más allá de la apertura del mercado local, Hommes ha sido protagonista de varios hechos relevantes para la economía: la reestructuración del sistema financiero, las bases de la telefonía celular, la reforma pensional, la reforma de la salud, algunas privatizaciones bancarias, pero sobre todo sacó adelante la batería de reformas económicas que se desprenden de la Constitución del 91. Y un hecho anecdótico de tiempos pasados. Durante la administración de Virgilio Barco Vargas fue testigo de primera línea de un inimaginable apretón de manos entre los banqueros rivales, José Alejandro Cortés y Luis Carlos Sarmiento.
“Fue en la oficina de la Junta Monetaria y yo estaba con Armando Montenegro. José Alejo estaba parado mirando a la Avenida Jiménez recordando cuando llegó a trabajar con su papá en una pequeña oficina de seguros ubicada a pocos metros del hoy Emisor. Mientras Luis Carlos, miraba para el otro lado de la calle hacia la Carrera Séptima, también recordando cuando recién graduado de la Universidad Nacional y había montado con cinco amigos una oficina de ingenieros civiles, pero que en todo un año nunca le llegó ningún contrato. Esa era la historia de dos ciudades”.
¿Cómo analiza la economía para lo que resta del año?
Este año es muy regular. Crecimiento de 3% o 3,5% máximo a no ser de que pase algo que no podemos prever. Eso es regular. Hay que mirarlo en el contexto mundial pues no todo es culpa nuestra. Pero hay muchas cosas que hacer. En la última década si nos comparamos con Perú y Chile, Colombia se ha quedado rezagado, Perú creció 6% o 7%, Chile más sostenido, mientras nosotros ahí con el ‘nadadito de perro’ siempre. Este 2015 lo veo muy regular y 2016 no me atrevo a decir.
¿Por qué no logramos consolidar un crecimiento?
No tomamos las medidas necesarias y vivimos echándole la culpa a la apertura. Unos dicen que con la apertura nos tiramos todo, mientras que otros plantean que la apertura nunca se hizo. Entonces me pregunto: ¿quién tiene la razón? Aquí no se hacen las reformas a fondo ni se sostienen y nadie las defiende. Tenemos que crecer mucho más y no tenemos la estructura ni las políticas para hacerlo.
¿Cómo ve 2016?
No creo que vaya a pasar algo distinto. A no ser que se den las cosas. El Pipe no lo tengo estudiado, pero bueno por lo menos hay un Pipe y van a gastar la plata en vivienda y van hacer un poco de cosas que a mi me parecen útiles. Hay que fomentar la demanda, es decir, yo estaba muy contento con la financiación de carreteras, ahora le atravesaron el palo ese de impedir la venta de Isagen que me parece un acto irresponsable de mucha gente.
¿Por qué vender Isagen?
Si no lo hacen no pasa nada, pero si venden Isagen habrá dinero para las carreteras. Es como el blanco y el negro, y nos quedamos en lo negro por eso no crecemos.
¿Le preocupa el rebrote inflacionario?
Me preocupa la devaluación porque no se puede ignorar que es inflacionaria. En el Banco de la República salieron con una cantidad de teorías que supuestamente van a pasar en el segundo semestre donde se van a equilibrar los precios. Hay que esperar a ver. Creo que va a haber más inflación este año y el principal culpable de la devaluación”.
¿Por el peso de los importados en la canasta?
No han reaccionado los precios de finca raíz pero van a reaccionar. Uno no puede tener una devaluación de 30% y no pasar nada.
¿Qué va a pasar en ese contexto con la discusión del salario mínimo?
Eso siempre es una farsa. Salen los sindicatos diciendo que hay que crecer tres puntos por encima de la inflación, después sale Hacienda diciendo que lo razonable sería subirlos menos que la inflación; después aparecen los razonables y dicen inflación más productividad. La productividad hace años que no crece y siempre le meten un punto más a ese salario.
¿Pero qué va a pasar con los salarios?
Si estamos medio desacelerados y subimos el salario mínimo más, pues se agrava la situación.
Hace un año, la tasa de cambio era $1.900 y vendíamos petróleo a US$90. Hoy vendemos petróleo a US$60, pero el cambio está a US$2.500 no cree que compensa…
Compensa en pesos una parte, pero si se caen las importaciones, es vender el mismo petróleo a la mitad de precio o al 60% eso es una caída violenta en cualquier economía y no se compensaría.
¿Ha sido la apertura el hecho económico más importante?
No. Con la reforma constitucional del 91 de cambió la economía. Sacamos no se cuántas leyes, logramos el estatuto cambiario, reformamos el sector financiero, reformamos el crédito público. En ese periodo salieron como 19 leyes muy importantes, eso lo pudimos hacer porque el Congreso estaba temeroso porque lo iban a revocar, entonces quería demostrar eficiencia. Y yo dije que era un Congreso admirable; se burlan de mi por haber dicho eso, pero todas esas leyes que se hicieron en la reforma fueron trascendentales.
¿Si fuera ministro de Hacienda que haría?
Renegociaría o le pediría al ministro de Minas que renegocie los contratos petroleros porque ahora no están invirtiendo nadie, porque no da. Lo segundo es darle todo vapor a las obras públicas.
¿Y en el agro qué haría?
Desarrollar la altillanura. Allá tenemos millones de hectáreas productivas y están sentados en una discusión bizantina que si campesinos o si empresarios, cuando los dos podrían estar allí con programas diferentes, unidos o separados. Hay para todos.
El Ministro de Hacienda que quiso ser alcalde Bogotá
Rudolf Hommes Rodríguez es un bogotano nacido el 6 de diciembre de 1943. Estudió administración de empresas y economía en la Universidad de Massachusetts Amherst y en la Universidad Estatal de Sacramento.
Fue ministro de Hacienda del gobierno de César Gaviria entre 1990 y 1994, y posteriormente rector de la Universidad de los Andes entre 1995 y 1997. Su personalidad única y su reconocimiento nacional lo llevó a tomar la decisión de retirarse de la rectoría para lanzarse a la Alcaldía de Bogotá en 1997, una idea que salió y que lo llevó nuevamente al campo de las finanzas, los negocios y la economía. Sacó en la contienda unos 30.000 votos.
Ha sido uno de los líderes de opinión más influyentes desde hace más de un cuarto de siglo y pertenece a varias de las juntas directivas de las compañías más importantes de Colombia.
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