El Acueducto Metropolitano está cambiando la historia para miles de bumangueses

En el año 2015 los Estados Miembros de las Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible como un llamado a la acción para erradicar la pobreza, la desigualdad y el hambre. Esto, sin duda alguna, planteó la necesidad de definir y concretar una serie de acciones encaminadas a lograr una transformación social, ambiental y económica.

Concretamente, en el ámbito de agua y saneamiento básico, son innumerables los retos que se presentan. Podemos ver cómo las personas que viven en estados vulnerables tienen una probabilidad dos veces mayor de carecer de saneamiento básico y aproximadamente cuatro veces mayor de carecer de servicios de agua potable. Esta problemática, se acrecienta cuando las fuentes hídricas no tienen la capacidad de suplir la demanda que tienen los territorios para su desarrollo y bienestar.

Sin embargo, en el caso específico de Bucaramanga y su área metropolitana, la situación era distinta; la falta de acceso de agua potable para algunos sectores específicos no se atribuía, necesariamente, a la ausencia de fuentes hídricas y a las limitaciones técnicas y legales; en muchos casos, era consecuencia de la desarticulación entre comunidad, municipio y empresa de servicios públicos, producto de la cual, múltiples sectores de la ciudad quedaron en el olvido. Esto, sumado al crecimiento desordenado de las poblaciones asentadas en los bordes urbanos, dio origen a una problemática muy delicada en la que miles de ciudadanos se encuentran inmersos hoy: la carencia del líquido vital.

Hoy la realidad es otra. Si bien es cierto aún falta mucho por hacer, se ha establecido de manera clara y real, una hoja de ruta en la que el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (AMB), asumiendo su rol de articulador, y comprometido con garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos, ha conseguido llegar a lugares donde nadie nunca había llegado, identificando oportunidades en la prestación y desarrollando acciones concretas que permitan suplir las necesidades de agua, encaminadas al cumplimiento del objetivo de acceso universal al agua potable.

Un ejemplo de este propósito, es el Programa De Santurbán a Casa; una unión de esfuerzos y voluntades entre el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, el Municipio de Bucaramanga y el AMB, con el que se busca mejorar las condiciones de vida de los habitantes de estos sectores que se desarrollaron de manera informal y que, por la ausencia de infraestructura de espacio público y servicios, son de difícil gestión.

El proyecto De Santurbán a Casa, se ha convertido en un agente de cambio hacia la dignificación y humanización del servicio, en el que se proyecta una inversión cercana a los $35.000 millones, que mediante soluciones diferenciales de agua y saneamiento básico se beneficiarán cerca de 14.000 familias.

Según la Organización de Naciones Unidas, cerca de 60% de la población vivirá en ciudades antes de 2050. Para garantizar el desarrollo sostenible de los centros urbanos, se requiere asegurar la conservación y preservación de la “infraestructura verde” en la que se encuentra la estructura ecológica principal y, por supuesto, sus fuentes hídricas. Es clara la importancia del agua para la existencia de la vida misma, y es por este motivo que el acceso al agua potable es uno de los ODS. Pero no es posible hablar de acceso al agua potable si no se hace una adecuada protección y conservación de las fuentes hídricas; de allí el marcado interés del AMB por conservar y preservar el páramo y el bosque alto andino.

Es así, como desde el año 1968 el AMB ha adquirido cerca de 12.300 hectáreas de tierra aledañas a las fuentes hídricas con el único propósito de garantizar que en estas zonas no se desarrollen otro tipo de actividades económicas que pongan en riesgo la armonía natural de estos territorios.

El Agua es un ingrediente fundamental para el ser humano. Por eso, el AMB ha encaminado sus esfuerzos en suministrar agua potable a todos aquellos que por décadas estuvieron sin respuesta, de esta manera se han obtenido resultados históricos que han permitido reducir la pobreza hídrica en algunos sectores del área metropolitana. Con el respaldo de una empresa sólida, con la capacidad técnica y el apoyo de los municipios y sus ciudadanos, el AMB está cada día más cerca de convertir a todos los hogares de Bucaramanga y su área metropolitana en territorios de bienestar.