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Luis Carlos Reyes, director de la Dian, afirmó que la reforma se alinea con la Constitución de 1991 y cumple con ella en la medida en que será debatida en el Congreso de la República
Tanto los ponentes como los técnicos del ministerio de Hacienda siempre apuntaron a que el recaudo no bajara de entre los $19 billones y $20 billones
En la tarde del jueves, la Cámara de Representantes aprobó la conciliación de la reforma tributaria y con eso el texto quedó a solo una firma del presidente Petro para convertirse en Ley de la República.
Si bien el texto no tuvo muchas modificaciones más allá de lo que se había aprobado en primera instancia en el Senado, pues los artículos derogados fueron el impuesto a las iglesias y la tasa diferencia de renta a las MiPyme, sí hubo un cambio considerable en el recaudo.
Tanto los ponentes como los técnicos del ministerio de Hacienda siempre apuntaron a que el recaudo no bajara de entre los $19 billones y $20 billones, principalmente, por las necesidades de caja que tiene el país a corto plazo para sus gastos sociales como para cumplir con la regla fiscal.
No fue por otra razón que al ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, le pareció irresponsable las propuestas de algunos sectores políticos, como las que buscaban tarifas de renta diferenciadas y más exenciones para las empresas.
Así las cosas, se espera que la reforma tributaria recaude en su primer año, es decir 2023, $19,73 billones. Más de $11 billones de esa cifra (más de la mitad), vendría del impuesto al subsuelo (es decir a todo lo que tiene que ver con la explotación de este) y $4 billones de las empresas.
En ambas categorías, con el tiempo, habría un efecto contrario, pues mientras que con los años los impuestos al subsuelo irían disminuyendo paulatinamente, tanto el impuesto a las empresas, como el recaudo bruto aumentarían.
Según lo conocido por LR esto se debe ya que muchos impuestos comenzarían a regir hasta 2024 o 2025 y, por ende, su aporte al recaudo total permite que se le pueda quitar carga al sector de facto más afectado, el cual es el de los hidrocarburos.
Por ejemplo, el impuesto al carbono solo tendría un recaudo positivo hasta 2026, cuando sería de $70.000 millones. Es el mismo caso de los ambientales, que pasaría de recaudar $86.000 millones en 2023, a $338.000 millones en 2026.
Los gravámenes dirigidos a los impuestos saludables, alimentos ultraprocesados y a las bebidas azucaradas no pondrían ni $1 en 2023, pero para 2024 ya sumarían más de $5,7 billones, hasta los casi $8 billones en 2026.
Con solo una pequeña disminución en 2025, que pasa de un recaudo de $20,78 billones en 2024 a $20,32 billones, se espera que para 2026, año en el que terminaría su mandato el presidente Petro, la Ley haya recaudado más de $21,07 billones.
Igualmente un grupo de legisladores siguen insistiendo en que el recaudo del articulado no sume $25 billones sino $16 billones
De pasar el proyecto como está contemplado, hay utilidades que hoy son no gravadas y quedarán sujetas al impuesto sobre la renta