MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Luis Carlos Reyes, director de la Dian, afirmó que la reforma se alinea con la Constitución de 1991 y cumple con ella en la medida en que será debatida en el Congreso de la República
César Cermeño, socio de DLA Piper Martínez Beltrán, destacó que modificar las ganancias ocasionales es un punto preocupante
Como sucede tras el paso por el Congreso, se espera que la reforma que radicó el Ministerio de Hacienda sufra algunas transformaciones. El socio de DLA Piper Martínez Beltrán, César Cermeño, destacó los puntos polémicos, entre los que están el impuesto a las ganancias ocasionales.
¿Qué tanto éxito tendrá la reforma tributaria al ser discutida en el Congreso?
Es usual que los Proyectos de Ley que nacen bajo la iniciativa de cada Gobierno sufran de profundas modificaciones en su trámite legislativo, incluso en escenarios en donde el Congreso apoya mayoritariamente al Ejecutivo. Por esto, no es sorprendente que la Ley que resulte siendo sancionada no coincida con el Proyecto de Ley radicado por el Gobierno y que algunas de las iniciativas sean reconsideradas, replanteadas e incluso eliminadas en el trámite legislativo.
¿Cuál punto de la reforma es más proclive a cambiar en el paso por el Legislativo?
Puede ser la inclusión de amnistías tributarias. El Gobierno ha manifestado que buscará que no se incluya amnistías tributarias, sin embargo, históricamente si los proyectos de Ley de iniciativa gubernamental no las incluyen, los congresistas sí las promueven activamente. Será interesante observar si finalmente prima la posición del Gobierno, o si, como ha sucedido, se imponen los intereses de los congresistas.
¿Qué es lo que más le inquieta de la reforma?
Los puntos que más debate están generando en la academia hacen referencia a la eliminación de la deducibilidad de las regalías, las nuevas exigencias a las Zonas Francas y las modificaciones a los tratamientos a las ganancias ocasionales y de los dividendos. También preocupan algunos aspectos señalados por el Gobierno que no están plasmados en la reforma.
En primer lugar, la modificación a los delitos tributarios, que se ha manifestado que se incluirá posteriormente en el trámite legislativo. También preocupa que se van a “renegociar” los contratos de estabilidad jurídica, pues no se pueden irrespetar ni modificar los compromisos del Estado. Y finalmente, los tributos pigouvianos que sí están incluidos en la reforma y merecen un debate aparte. Estos son aquellos que se buscan no tanto para aumentar el recaudo, sino lograr un efecto social positivo, como los dirigidos a atacar el consumo de ciertas bebidas y alimentos.
¿Cuál podría ser el impacto de los cambios de tributación sobre las ganancias ocasionales?
Con esta alta tributación de ganancias ocasionales se están desincentivando operaciones como las de venta de vivienda y de acciones y, paradójicamente, el resultado puede ser que en lugar de aumentar el recaudo, los contribuyentes busquen esquemas para evadir por la alta carga de tributación, como sucedía antes de 2012. Entonces al final el resultado va a ser que en lugar de aumentar el recaudo, va a disminuir.
La reforma que todavía no está escrita
Columna por: César Cermeño, Socio en DLA Piper Martínez Beltrán
Un mantra tatuado en la piel discursiva del Gobierno dice que la mejor reforma tributaria es hacer pagar impuestos a los que hoy los evaden. Para tal propósito, se propone fortalecer el catálogo de delitos tributarios, creando nuevos tipos, aumentando las penas e impidiendo que, como sucede hoy, el pago de lo adeudado extinga la acción penal.
Aunque inicialmente esta iniciativa no fue incluida en el Proyecto de reforma tributaria, se nos ha informado que, en el desarrollo de los debates legislativos, se propondrá un articulado para tales efectos.
Aunque es legítimo el propósito de combatir a quienes de manera reprochable desconocen el deber constitucional de contribuir, creer que la solución consiste en convertir todas las infracciones administrativas en delitos es, a la vez, inocente y peligroso.
Es inocente porque se parte de la ilusión de confiar en que endureciendo las penas se va a acabar con el crimen. Por otro lado, se ignora el mapa normativo existente, que ya brinda herramientas efectivas con un esquema que combina, en términos de Juan David Bazzani, delitos tributarios directos e indirectos. Igualmente, se desconoce el esfuerzo y los resultados alcanzados, con base en esa normativa, por la Fiscalía en su Dirección Especializada contra Delitos Fiscales.
Es peligroso porque se cambia un paradigma erróneo por uno tóxico. Hoy, bajo el esquema persuasivo de los delitos, en donde el pago de la deuda extingue la acción penal, la Fiscalía se ha convertido en el chepito de la Dian, lo cual evidencia un sesgo en la concepción del aparato penal y su finalidad.
La propuesta actual plantea un modelo completamente represivo, en donde lo que se busca es llevar implacablemente a la cárcel a quien “evada” su obligación tributaria, incluso cuando se pague la deuda.
Es paradójico que el Gobierno que logra incluir por primera vez en una reforma un artículo para que la tributación considere el enfoque de género, impulse un propósito tan poco maternal , y tan patriarcalmente violento desde lo lacaniano.
Un estudio de la entidad asegura que la tasa efectiva de tributación de las empresas subiría en 13,4 puntos porcentuales a 61,3%
Según José Ignacio López, director de investigaciones económicas, el recaudo seguiría recayendo principalmente en las empresas