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Luis Carlos Reyes, director de la Dian, afirmó que la reforma se alinea con la Constitución de 1991 y cumple con ella en la medida en que será debatida en el Congreso de la República
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El articulado de la reforma incluye gravar las pensiones, la industria extractivista y aumentar la carga a alimentos ultraprocesados
El articulado de la reforma tributaria está en trámite en el Congreso de la República desde el lunes pasado. José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda, radicó el documento con el visto bueno del presidente Gustavo Petro y el director de la Dian, Juan Carlos Reyes y busca recaudar $25 billones en su primer año. Los analistas no han dado espera a su lectura de la formulación de esta política en materia de impuestos. LR consultó a varios durante la semana y logró un compendio de opiniones sobre la iniciativa.
Ignacio Santamaria, socio de Lloreda Camacho, aseguró que la tributaria de Petro debe centrar sus esfuerzos en luchar contra la evasión fiscal y considera que "el propósito de la reforma es loable" por cuanto busca una igualdad tributaria. No obstante, una de las preocupaciones es que se incremente la carga tributaria y afecte la inversión nacional y extranjera.
"Esperamos que el debate legislativo corrija el rumbo de algunas de las propuestas para que en el marco de ese ánimo recaudatorio se materialicen los principios de equidad, eficiencia y progresividad", dijo. Por ejemplo, el experto considera que un impuesto al patrimonio podría afectar la equidad del sistema tributario, "ya que no se fundamenta en las ganancias o utilidades que percibe el contribuyente".
Gravamen a las pensiones
Otro de los temas que ha levantado revuelo sobre el articulado es el gravamen a las pensiones: la nueva reforma tributaria bajará el umbral a 1.790 UVT y los jubilados que reciban mesadas de $10 millones hacia arriba deberán asumir nuevas cargas tributarias. Martín Acero, socio de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU), aseguró que el articulado tiene puntos fuertes, pero otros renglones del documento despiertan preocupación.
"Respeto la decisión de que las personas con mayores ingresos paguen más impuestos, es un principio y está bien. Pero el gravamen a las pensiones puede tener un problema constitucional, porque cuando alguien recibe una pensión es un ahorro que ha hecho a lo largo de su vida laboral", aseguró el abogado.
Las pensiones que estén arriba de $5,6 millones también serán gravadas, siempre y cuando el jubilado reciba ingresos adicionales producto de inversiones, arriendos o sueldos.
Sector extractivo
Otro de los puntos claves son los impuestos a las empresas de extracción. Sobre este punto, los expertos consultados han asegurado que debido a los buenos precios de las industrias extractivistas en el mercado global son una buena fuente de recaudo. "En la medida en que sea temporal puede ser un mecanismo para obtener los recursos adicionales de tributación", dijo Camilo Cortés, socio tributario en Dentons Cárdenas & Cárdenas.
Economía digital
Otros expertos, como Cristina Stiefken, de Cuatrecasas, aseguró que uno de los puntos más preocupantes es la "altísima tributación agregada para las sociedades y sus socios" y agregó que la economía digital va a sentir fuertemente los cambios en materia tributaria, pues el articulado propone una retención en la fuente de 20%.
"Aunque no haya una presencia física en Colombia y no haya una persona desarrollando negocios de la compañía en el país, se presume que hay una presencia significativa en ciertas circunstancias, y en esas circunstancias podría existir la obligación de declarar y pagar renta en Colombia", aseguró sobre el gravamen al sector.
Bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados
La producción e importación de alimentos procesados y bebidas con alto contenido de azúcar será otra de las fuentes de recaudo de la reforma tributaria. El Gobierno prevé recoger $2,11 billones el próximo año con este renglón del proyecto: $1,02 billones vendrán de las bebidas y $1,09 billones de los alimentos.
Las críticas a esta proposición de la reforma están divididas. Mientras unos rescatan la idea loable de proteger la salud al desincentivar el consumo de alimentos altos en grasas saturadas, azúcar, sodio y demás elementos, otros aseguran que se ataca a alimentos básicos que son consumidos por los hogares más vulnerables.
José Miguel Santamaría Uribe, docente universitario, aseguró que primero debe haber una formalización de las tiendas de barrio y los vendedores ambulantes antes de gravar comestibles como las obleas.
Por otro lado, el representante a la Cámara Andrés Calle dijo que “Las familias de escasos recursos no almuerzan jamón, gaseosa y morcilla de paquete. La gente madruga a la plaza de mercado a comprar fruta en cosecha para jugo y todo tipo de carnes”.
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