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Luis Carlos Reyes, director de la Dian, afirmó que la reforma se alinea con la Constitución de 1991 y cumple con ella en la medida en que será debatida en el Congreso de la República
Un mes después de que el Congreso aprobó la conciliación, el presidente de Colombia finalmente sancionó su primer gran proyecto
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, finalmente sancionó ayer, en la Casa de Nariño, la Reforma Tributaria que tiene como objetivo principal destinar los recursos para el gasto social.
El Gobierno recaudará $19,7 billones en 2023 y un promedio de $20 billones en los siguientes tres años, por lo que en total recogerá $80,21 billones hasta 2026.
Las ministra de Salud, Carolina Corcho, había anticipado que un tercio de este recaudo de la Tributaria en 2023 será para la cartera sanitaria y sus puntos principales de trabajo.
Los recursos restantes se destinarán a otros programas sociales que plantea el Gobierno Petro entre los que se incluyen proyectos de lucha contra el hambre y pobreza, para la educación, la protección del medio ambiente, la transición energética, el desarrollo productivo y la sostenibilidad de las finanzas públicas.
El articulado se radicó el 8 de agosto de este año, un día después de la posesión de Petro, y desde entonces fueron más de tres meses de intensos debates en los que se discutieron varios artículos. Estos fueron algunos de los más polémicos:
Impuestos a los hidrocarburos
Sin duda uno de los puntos más polémicos que tuvo la discusión del articulado, ya que más de la mitad del recaudo total ($11,16 billones) provendrán de los nuevos impuestos para las industrias extractivas.
Según Fedesarrollo, la Tasa Efectiva de Tributación de las petroleras subiría hasta 70,3%, pero el Ministerio de Hacienda contradice este cálculo y prevé que será de 46,8%.
La norma establece que las regalías dejarán de ser deducibles e impone sobretasas de renta de 5% o 10% para la extracción de carbón y de 5%, 10% o 15% para el petróleo, según los precios internacionales.
Las empresas pagan una tarifa de renta de 35%, pero con los nuevos tributos, las petroleras tendrán una tasa adicional de 15% en momentos de precios altos, por lo que su impuesto de renta podría llegar a 50%.
En el caso del petróleo, para 2023, la sobretasa será de 5% si el precio es mayor a US$67 por barril; de 10% si el precio supera US$75; y de 15%, si el crudo de referencia Brent es mayor a US$82. “Las sobretasas a los hidrocarburos derivan en una especie de discriminación y faltan al principio de igualdad. Vendrán muchas demandas”, señaló Juan Carlos Rocha, socio director Philippi Prietocarrizosa.
Dividendos
Una de las características de esta reforma Tributaria era que todos los ingresos se debían tratar por igual. Esto quería decir que los dividendos entrarían a la tabla de tarifas marginales de renta que van de 0% a 39%, según los ingresos, pero se les aplicó descuento de 19%, con una tasa máxima de 20% para mantener la progresividad.
De ese modo, el pequeño accionistas no pagaría impuestos adicionales sobre dividendos. Y el tope llegará solo hasta 20%.
Impuestos saludables
Otra novedad de la Tributaria es que las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados también tendrán nuevos impuestos, lo que fue motivo de muchas discusiones en los últimos meses.
Los productores pequeños como panadería y tiendas de barrio no pagarán este impuesto, mientras que a las bebidas azucaradas se les permitirá temporalmente una pequeña dosis adicional de azúcar.
El gremio indicó que el articulado tal cual como está diseñado afecta la actividad empresarial y la inversión. Además alerta por una asfixia en el sector minero y petrolero
Las tarifas se reducen con la reforma tributaria, aunque se elimina el sector de servicios profesionales y se crea el de salud y educación
Si se derogan algunos de los artículos de la ‘ley del libro’, la contribución del sector sería mayor y podría afectar su rentabilidad