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Luis Carlos Reyes, director de la Dian, afirmó que la reforma se alinea con la Constitución de 1991 y cumple con ella en la medida en que será debatida en el Congreso de la República
Un mantra tatuado en la piel discursiva del Gobierno dice que la mejor reforma tributaria es hacer pagar impuestos a los que hoy los evaden. Para tal propósito, se propone fortalecer el catálogo de delitos tributarios, creando nuevos tipos, aumentando las penas e impidiendo que, como sucede hoy, el pago de lo adeudado extinga la acción penal.
Aunque inicialmente esta iniciativa no fue incluida en el Proyecto de reforma tributaria, se nos ha informado que, en el desarrollo de los debates legislativos, se propondrá un articulado para tales efectos.
Aunque es legítimo el propósito de combatir a quienes de manera reprochable desconocen el deber constitucional de contribuir, creer que la solución consiste en convertir todas las infracciones administrativas en delitos es, a la vez, inocente y peligroso.
Es inocente porque se parte de la ilusión de confiar en que endureciendo las penas se va a acabar con el crimen. Por otro lado, se ignora el mapa normativo existente, que ya brinda herramientas efectivas con un esquema que combina, en términos de Juan David Bazzani, delitos tributarios directos e indirectos.
Igualmente, se desconoce el esfuerzo y los resultados alcanzados, con base en esa normativa, por la Fiscalía.
Es peligroso porque se cambia un paradigma erróneo por uno tóxico. Hoy, bajo el esquema persuasivo de los delitos, en donde el pago de la deuda extingue la acción penal, la Fiscalía se ha convertido en el chepito de la
Dian, lo cual evidencia un sesgo en la concepción del aparato penal y su finalidad. La propuesta actual plantea un modelo completamente represivo, en donde lo que se busca es llevar implacablemente a la cárcel a quien “evada” su obligación tributaria, incluso cuando se pague la deuda. Es paradójico que el Gobierno que logra incluir por primera vez en una reforma un artículo para que la tributación considere el enfoque de género, impulse un propósito tan poco maternal , y tan patriarcalmente violento desde lo lacaniano .
Un estudio de la entidad asegura que la tasa efectiva de tributación de las empresas subiría en 13,4 puntos porcentuales a 61,3%
Según José Ignacio López, director de investigaciones económicas, el recaudo seguiría recayendo principalmente en las empresas