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Luis Carlos Reyes, director de la Dian, afirmó que la reforma se alinea con la Constitución de 1991 y cumple con ella en la medida en que será debatida en el Congreso de la República
Con la implementación snacks locales como el Chocoramo pasarían de $2.000 a $2.200 y unas papas Margarita de $5.300 a $5.830
El documento contempla que en el caso de los alimentos ultraprocesados, la base gravable será el precio final de venta, la cual tendría una tarifa de 10%. Mientras que para las bebidas se aplicará de acuerdo al contenido de azúcar en gramos por cada 100 mililitros.
Siendo así, las que tengan entre cuatro y ocho gramos tendrían una tarifa de $18 por cada 100 mililitros y más de ocho gramos $35, mientras que las bebidas con menos de cuatro gramos no tendrían que pagar impuesto adicional.
De cumplirse, el Gobierno espera tener un recaudo de $2,11 billones en 2023, del cual $1,02 billones vengan de los impuestos por bebidas azucaradas y $1,09 billones con los ultraprocesados.
Pero ¿qué productos entran en el listado? Serían más de 20 entre los procesados y las bebidas azucaradas:
Por el lado de alimentos, estarán las papas fritas; los patacones; barquillos, obleas y wafles; harina y polvo comestibles; la carne y despojos comestibles el manjar blanco o dulce de leche; los ponqués y tortas; las galletas dulces (con adición de edulcolorante); los snacks o pasabocas empacados; los embutidos y productos similares de carne o despojos; los helados y postres a base de leche, el arequipe y los chicharrones.
Y en el caso de las bebidas: zumos, néctares de fruta; mezclas en polvo; concentrados; jarabes que después de su mezcla o dilución permiten la obtención de bebidas azucaradas; las bebidas a base de fruta en cualquier concentración, energizantes o saborizadas; bebidas azucaradas, energizantes y saborizadas; bebidas gaseosas o carbonatadas; bebidas deportivas; aguas endulzadas o saborizadas; bebidas a base de malta y en general, cualquier bebida que contenga azucares añadidos o edulcolorantes.
Con la implementación entonces, snacks tradicionales como el Chocoramo pasaría de $2.000 a $2.200; las galletas Oreo en un paquete de 12, pasarían de $8.860 a $9.746; las papas Margarita de $5.300 a $5.830 y siete salchichas Rancheras de $9.170 a $10.087. Mientras que bebidas como el jugo Hit de 500 mililitros llegaría a $2.425 (el precio actual es de $2.250); una Ponymalta llegaría a $4.980 y un RedBull de 473 mililitros de $7.390 a $7.555. El impuesto podría ser asumido por el productor o comprador dependiendo la demanda.
La inflación y las familias de menos ingresos se verían afectados
Un estudio publicado por Raddar mostró que la implementación de estos impuestos a los ultraprocesados y las bebidas azucaradas afectaría, principalmente, a las familias de bajos recursos, pues la ponderación del IPC de los productos que serían gravados con este impuesto se acercaría a 2,36%. En esta medida, el aumento de la inflación en el mismo grupo podría llegar a 2,59%. Los vulnerables y los situados en la ‘clase media’ tendrían una ponderación de 2,35% y 1,81% respectivamente.
Tras su paso por el Congreso, la tributaria mantuvo en esencia la mayor parte de sus artículos, se eliminó el impuesto a iglesias y se modificó el de procesados
Juan Carlos Valencia, socio de Holland & Knight, se refirió a la tributación en Colombia comparada con otros países de la Ocde