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El Gobierno radicó una nueva reforma tributaria con la que busca generar $12 billones para complear el Presupuesto General de la Nación
La exposición de motivos dice que este régimen especial no ha servido para reducir la informalidad, según lo expuesto a través de documento
El Régimen Simple de Tributación, RST, fue instaurado con el objetivo de aumentar la formalidad empresarial y laboral en Colombia, facilitando la tributación para micro y pequeñas empresas al basarse en los ingresos en lugar de la renta líquida.
Sin embargo, el RST no ha logrado cumplir plenamente con estos fines, según lo expuesto por el Gobierno a través del documento en el que se establecen las normas de financiamiento para el Presupuesto General de la Nación. Por lo que, buscan eliminarlo con la reforma.
La evidencia sugiere que el régimen es mayormente adoptado por empresas que ya estaban formalizadas, con 55% de los contribuyentes que migraron desde el régimen ordinario al momento de su implementación, y aproximadamente 65% en 2023 y 2024. Por lo que afirma desde el Gobierno que el RST no ha tenido éxito en atraer a las empresas informales.
Además, en el documento aseguran que el régimen presenta fallas en cuanto a los incentivos para la formalización. Al centrarse en los ingresos, el régimen no motiva a las empresas a implementar prácticas como la facturación electrónica o la emisión de nómina electrónica, las cuales podrían fomentar una mayor formalización. Esta falta de incentivos reduce el impacto del RST en la formalización del entorno empresarial.
Otra de las razones que encontraron fue que el sistema también ha provocado distorsiones en la tributación. Al gravar los impuestos sobre los ingresos, las empresas con elevados ingresos pero bajos márgenes de rentabilidad podrían pagar más impuestos que aquellas con ingresos menores pero alta rentabilidad. Esto se debe a que el RST no ajusta el impuesto según las características individuales de cada empresa, lo que resulta en una carga fiscal desproporcionada, según el documento.
Además, se afirma que el RST incentiva la fragmentación de las empresas, ya que les permite dividirse para mantenerse dentro de los límites y evitar tarifas más altas. Según el Gobierno, esto afecta negativamente la recaudación tributaria.
Para abordar estas deficiencias, el Gobierno ha propuesto eliminar el RST a partir del año gravable 2025. La transición implicará que personas naturales y jurídicas se desplacen a regímenes tradicionales de tributación, complementados con un esquema de tarifas marginales para el impuesto sobre la renta.
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