MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
En la última década, el Huila ha logrado desplazar a Antioquia como el departamento con mayor área cultivada de café en el país.
Gracias a las condiciones climáticas naturales de las regiones cafeteras del país, en muchos casos con una altitud que puede superar los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y al proceso de producción local, Colombia cultiva un café 100% de la especie arábica que ha permitido convertir al país en el tercer productor del mundo y el primero de café suave.
Sin embargo, males estructurales del sector como la baja productividad y rentabilidad por hectárea, la falta de un relevo generacional, la escasez de innovación o las extremas condiciones climáticas han llevado a los cafeteros a dejar atrás las épocas de bonanzas para enfrentar durante las últimas décadas crisis continuas.
“Para paliar la grave crisis que se viene presentando con los precios del café se planteó la posibilidad de que no siga cotizando en la Bolsa de Nueva York. Es el resultado de la angustia que viven los caficultores por cuenta de la especulación. Por más esfuerzos que hagan los caficultores en ser más productivos y tener cultivos jóvenes, puede haber una ola especulativa que lleva el precio a la baja”, indicó Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Las duras consecuencias de estos problemas estructurales le han pasado factura a las hectáreas sembradas de café en todo el país, especialmente, a algunos emblemáticos departamentos cafeteros como Valle, que perdió 21.390 hectáreas en la última década, al pasar de 82.500 en 2007 a 61.100 en 2017. Por su parte, Quindío se quedó sin la siembra de otras 19.540 ha. en ese periodo al reducir su área cultivada de 43.300 a 23.760 hace dos años; y Caldas perdió 18.730 hectáreas al bajar de 87.700 a 68.970 en esos años.
Al contrario, la producción departamental de café en Huila, Cauca y Nariño ha experimentado un incremento considerable en la última década, al elevar sus áreas cultivadas con café en 49.700, 25.500 y 10.770 hectáreas, respectivamente. También destaca el comportamiento positivo de otras regiones cafeteras como Santander o Tolima, que aumentaron su siembra en los últimos 10 años en 9.000 y 8.570 hectáreas.
“En Huila, Cauca y Nariño se pueden concentrar hoy en día cerca de la mitad de los cafeteros del país. La disponibilidad de mano de obra sumado al desarrollo de tierras y agricultores nuevos fueron encontrando en el desarrollo de esta actividad en pequeñas parcelas una oportunidad de vida. Hace 20 años, eran departamentos con poblaciones rurales en más de 50%, con abundante mano de obra, estados de pobreza y una tierra que no tenía mucho valor. Adicionalmente, por razones del conflicto armado no se adquirían en pequeñas propiedades. También durante muchos años el café de esa zona ha valido más que el de la central”, manifestó Guillermo Trujillo, exsecretario de la Federación Nacional de Cafeteros.
El mapa cafetero del país se ha reconfigurado hasta tal punto que en tan solo una década el departamento del Huila logró desplazar a Antioquía en la producción nacional de café para encabezar la lista de departamentos con mayor producción del grano en Colombia. Si bien en 2008 los mayores productores eran Antioquia (14,69%), Tolima (11,69%) y Huila (11,66%), en la actualidad los huilenses acaparan 16,73% del total, seguidos por los antioqueños con 13,79% del mercado y los tolimenses (12,70%).
Según Trujillo, uno de los problemas de Antioquia fue que se convirtió en una zona vieja que ha migrado a otros cultivos o otros sectores. Por ejemplo, “hay lugares que antes eran cafeteros que ahora se convirtieron en sitios turísticos y donde hubo plantas de café ahora hay piscinas”.
En total, en 2017 la caficultura local llegó a 903.950 hectáreas de cultivos, su nivel más bajo desde 2013 cuando alcanzó la cifra récord de 974.010, y según cifras de la FNC, a septiembre de 2018 iba por 877.000 hectáreas sembradas.
En el país hay actualmente unas 541.000 familias caficultoras que están asentadas en 22 departamentos de Colombia, de los que 15 tienen comité departamental. Todas ellas produjeron el año pasado la cifra de 13,6 millones de sacos, lo que representó una caída de 4,5% frente el mismo periodo del año anterior.
Principalmente, esta disminución se dio como consecuencia a un fenómeno de La Niña débil que se registró el año pasado y que tuvo incidencia en los cafetales, en su mayoría, en los departamentos con cosecha principal el segundo semestre del año.
Auge de las exportaciones
Al contrario, las exportaciones del grano en los mercados internacionales han crecido 15% en la última década al pasar 11 millones de sacos en 2008 a a 12,8 millones en 2018. A pesar de ello, hay que precisar que el año pasado las ventas externas del café suave de Colombia se redujeron 1,8% frente al mismo periodo del año anterior.
Por su parte, en 2008 la Federación registró ventas de café suave por US$2.162 millones frente a los despachos de 2018 que sumaron US$2.614, lo que representa un incremento de 20,9%. Sin embargo, hay que destacar que el valor de las exportaciones del país del año pasado se redujo 10,6% frente a 2017 que fueron de US$2.926 millones.
Para Gustavo Gómez, director ejecutivo de Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport), que representa más de 65% de las exportaciones de café del país, el aumento de las ventas externas del grano colombiano se debe a que está muy bien posicionado en el mundo y a la incursión de cada vez más exportadores y jugadores nacionales.
“Por lo general, el consumo de café es bastante pequeño en el mercado local, además de que normalmente no es de calidad. Estos terminan en mercados internacionales donde se pagan mejor. Los principales compradores son Estados Unidos, Japón y la Unión Europea”, explicó el experto.
Además, Colombia destaca por tener una gran variedad de cafés especiales que están diferenciados de acuerdo con su origen, forma de cultivo y beneficios. La oferta está representada en cafés especiales orgánicos, solubles, liofilizados, tostados y molidos, además en extractos y esencias de café. De acuerdo con la Federación, estos pretenden posicionar al café colombiano en altos segmentos que agreguen valor a los productores.
Ahora, la queja repetida del sector ha sido que para ganar más competitividad frente al resto de competidores internacionales, como es el caso del gigante de la región, Brasil, el sector cafetero tiene que generar programas de mejoramiento productivo que permitan disminuir los costos de la producción a través de diferentes innovaciones tecnológicas.
El ministro de Agricultura, Andrés Valencia, dijo que el Gobierno tiene la meta de llevar la renovación anual de cafetales a 100.000 hectáreas, de modo que se aumente la productividad de 18,7 a 22 sacos por hectárea en 2024.
Las características que distinguen al café colombiano en el mundo
El café colombiano se caracteriza por ser una bebida con una taza limpia, con acidez y cuerpo medio/alto, aroma pronunciado y completo. Se cultiva en las diferentes vertientes de las tres ramas de la Cordillera de los Andes y en la Sierra Nevada de Santa Marta, que recorren la totalidad del país desde la costa caribeña, al Norte, hasta la frontera de Colombia con Ecuador, al Sur. Por otro lado, las principales variedades que se siembran son: Típica, Borbón, Maragogipe, Tabi, Caturra y la Variedad Castillo.
El presidente de Banagrario, Francisco Mejía Sendoya, destacó que la entidad seguirá apoyando a los caficultores en esta situación.
Los cafés especiales en los tiempos de crisis son una de las maneras de convertir en éxito una amenaza del mercado
Este es el total de todos los países exportadores según ICO