MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Consultamos a centros de pensamientos, escuelas de Economía de las universidades y a entidades PRO dónde están las oportunidades el próximo año
Director de Libertank
Colombia no es un país fácil para quienes apuestan por generar riqueza. La economía enfrenta un entorno de desconfianza, inseguridad y reglas de juego inestables, agravado por un gobierno que insiste en reformas que parecen diseñadas para desincentivar la inversión. Sin embargo, incluso en este panorama adverso, hay sectores que podrían dinamizar el crecimiento, siempre y cuando se les permita operar con mayor libertad.
Tres sectores destacan por su potencial: la agroindustria, la construcción, y las energías renovables. No obstante, en cada uno persisten barreras creadas por políticas públicas mal diseñadas y la ausencia de un entorno verdaderamente favorable al mercado.
Colombia cuenta con un agro diverso y competitivo, con productos como flores, aguacate hass y cacao que conquistan mercados internacionales. Este sector además de tener el potencial de generar riqueza, también puede mejorar la calidad de vida en las zonas rurales. Pero detrás de estas oportunidades se esconden amenazas. La inseguridad en el campo y los altos costos logísticos dificultan que los productores puedan competir en condiciones favorables. Además, la reforma laboral de ser aprobada podría convertirse en un golpe mortal para sectores como el floricultor, altamente intensivo en mano de obra. Incrementar drásticamente los costos laborales pone en riesgo los empleos que se busca proteger. Para que la agricultura sea un motor económico se necesita fomentar la tecnificación, mejorar la seguridad en las zonas rurales y garantizar un marco normativo que no obstaculice la competitividad de nuestros productores.
La construcción tiene el potencial de ser uno de los principales dinamizadores de la economía en 2025. Con la paulatina reducción de las tasas de interés proyectada para el próximo año, el sector contará con mejores condiciones para impulsar la vivienda. Esto podría generar un efecto multiplicador en el empleo y en el consumo, permitiendo que más familias accedan a un hogar propio. Sin embargo, este sector también enfrenta barreras estructurales. En un país con bajísimas tasas de ahorro, los subsidios se han convertido en una herramienta omnipresente que ha distorsionado el mercado. Las familias han perdido incentivos para ahorrar, sabiendo que pueden depender del Estado, mientras el sector privado también opera bajo la sombra de esta dependencia. Los subsidios deben ser un apoyo transitorio, no una base estructural. Para liberar el potencial del sector, es necesario fomentar una cultura del ahorro y crear incentivos que permitan a las familias acumular capital propio. Esto no solo fortalecería el mercado inmobiliario, sino que también reduciría la vulnerabilidad del sector ante cambios en las políticas estatales.
Con recursos naturales envidiables, Colombia tiene todo para posicionarse como líder regional en energías renovables. La Guajira, en particular, ofrece condiciones ideales para el desarrollo de parques eólicos, con vientos de alta velocidad que están entre los mejores de la región. Estos proyectos no solo diversificarían la matriz energética, sino que también generarían empleo en una de las zonas más vulnerables del país, atrayendo además inversión extranjera. Pero la realidad frena todo este potencial. Los parques eólicos están paralizados por una combinación de trabas burocráticas, manipulación política de las comunidades locales para bloquear proyectos, y una falta de seguridad física que hace inviable cualquier avance significativo. A esto se suma la inseguridad jurídica y tributaria, que ha convertido a Colombia en un destino poco atractivo para los grandes capitales que este sector necesita.
Es hora de liberar a estos sectores de las cadenas de la incertidumbre, la inseguridad y la dependencia estatal. Colombia tiene con qué, pero el crecimiento no será posible sin reglas claras, incentivos a la inversión y un entorno donde los productores puedan prosperar sin obstáculos innecesarios. El futuro está ahí, esperando, pero solo se construirá si damos el paso hacia una economía más libre, competitiva y abierta.
Alejandro Garavito Carrascal, coordinador del Grupo de Estudios Fiscales y Equidad de la Universidad Nacioanl, prevé que Colombia crezca 2,8% en 2025
Jesús Dulce, director de Futuro del Empleo y Desarrollo Económico de Probogotá, destacó a los proyectos del metro de Bogotá y la puesta en marcha del dorado max
El decano de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno de Eafit, César Tamayo, dijo que las actividades que impulsarán el país son: construcción, comercio y agricultura