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En temas arancelarios y regulatorios se definieron reglas transparentes y estables para el intercambio comercial
La directora de Amcham destacó que, aún cuando hay temas por mejorar, el TLC abrirá camino para plástico, caucho y autopartes
Uno de los personajes que más sabe sobre la relación comercial y empresarial entre Colombia y Estados Unidos es María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), quien hizo el balance de una década de acuerdo.
¿Cuáles son los beneficios que ha ganado Colombia con el tratado de libre comercio?
Son muchos los beneficios que ha traído el acuerdo comercio, pero si debemos seleccionar tres, resaltaría: estabilidad y reglas claras, acceso a una mayor cobertura y confianza traducida en inversión y turismo. Estabilidad y reglas claras para los negocios, pues el acceso de productos nacionales a ese mercado ya no depende de la voluntad unilateral del Congreso de ese país, como sucedía con el Atpdea, sino que quedó enmarcado en una política comercial que van más allá de los gobiernos.
También ha significado acceso a una mayor cobertura, pues pasamos de tener 5.500 partidas arancelarias con arancel cero hace 10 años a 11.497 hoy y, con ello, se ha reducido la dependencia minero-energética pues los grandes beneficiados con el acuerdo son los productos diferentes a petróleo y minas que hoy representan 60% de las exportaciones. Adicionalmente, ha permitido que estas exportaciones no minero energéticas tengan un crecimiento de 51% entre 2019 y 2021, con exportaciones más allá del café, flores y petróleo. Ahora también vendemos partes e insumos de la industria aérea o espacial, autopartes, metales y sus manufacturas, o maquinaria eléctrica, hasta animales y productos derivados, pescados, azúcares y confites, alimentos procesados, bebidas y tabaco, plásticos y vegetales, entre otros.
Y confianza que se traduce en inversión y turismo. El acuerdo comercial les permite a los empresarios contar con Colombia como un país aliado y estratégico, lo que ha permitido que sea el principal socio en inversiones y turismo. En los 10 años del TLC esto ha representado US$22.384 millones en inversión y cerca de 4,6 millones de viajeros estadounidenses, entre 2012 y 2021. Algo que será muy importante ahora que Estados Unidos ha optado por privilegiar sus relaciones con América Latina y crear mecanismos de integración y desarrollo muy concretos y que darán resultado al corto plazo.
¿Qué opina de los expertos que aseguran que Colombia aún no le saca provecho al acuerdo?
Que hemos avanzado, pero tienen razón. Este es un tratado joven, con apenas 10 años de vigencia y aunque en términos de una relación bicentenaria es poco y que las coyunturas internacionales han sido adversas, aún tenemos un camino por recorrer. Hay que seguir fortaleciendo la productividad nacional, la competitividad con una Política de Desarrollo Productivo que siga mejorando los procesos al interior de las empresas para que cada día estén mejor preparadas para atender las demandas de 500 millones de consumidores, aprovechar la transferencia de conocimiento y tecnología que brindan las empresas de EE.UU. que invierten en el país y que jalonan el crecimiento de nuestras compañías.
Con el TLC el camino apenas está comenzando. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, tenemos afinidad política y cercanía geográfica que son ingredientes fundamentales para hacer negocios. Y tenemos una coyuntura internacional a nuestro favor. Estamos frente a un momento histórico.
¿Qué oportunidades ve en el comercio bilateral que no se han explorado aún y que tienen potencial?
Un análisis que AmCham Colombia preparó para determinar las oportunidades que se vienen a futuro con el acuerdo comercial y teniendo en cuenta el contexto internacional con la crisis de contenedores, la recuperación pospandemia y la crisis entre Rusia y Ucrania muestra que podemos aumentar las exportaciones en el sector agroindustrial, seguir creciendo en café, flores y frutas, pero también en bienes intermedios para incorporarse en cadenas de valor, me refiero a plástico y caucho, maquinaria, productos farmacéuticos, de belleza y perfumes; autopartes, prendas, papel y agroindustriales.
Tan solo este año, según lo acordado en la negociación, quedaron sin arancel 997 productos, son bienes agrícolas como harina de maíz, fécula de yuca, preparaciones y conserva de hígado, ron y aguardiente y 973 bienes no agrícolas, de sectores como plásticos; vidrios y sus manufacturas; aluminio; maquinaria eléctrica; cementos; manufacturas diversas; objetos de arte, colección de antigüedades; muebles de madera.
¿Cuáles son los tres principales segmentos económicos que está aprovechando Colombia en EE.UU. en materia de exportación y viceversa?
A pesar de la coyuntura internacional que afectó en esta década los precios de las materias primas, los productos minero-energéticos han sido los que más valor han representado en las exportaciones hacia Estados Unidos, tendencia que se redujo en los últimos dos años producto de la crisis comercial por la pandemia.
Al mirar los productos no minero energéticos, la agroindustria ha liderado las ventas, principalmente por flores y café, pero vienen en crecimiento confecciones con exportaciones en estos 10 años por US$2.510,9 millones; frutas con US$1.943,7 millones; aluminio registró un total de US$1.655,7 millones; y plástico con US$1.593,8 millones.
En materia de importaciones, el 70% de lo que compramos a Estados Unidos son productos que no se fabrican en Colombia y principalmente se trata de materias primas que van a ser parte de las cadenas productivas de la industria nacional. Hablamos de maquinaria y aparatos mecánicos, incluidos computadores por valor, en estos 10 años, de US$19.486,9 millones; material eléctrico, incluidos equipos de sonido, TV y accesorios por US$11.948,4 millones; productos químicos orgánicos por el orden de US$9.545,6 millones; cereales, en su mayoría maíz, por US$9.416,7 millones; y plástico y sus manufacturas (US$7.574,9 millones).
¿A cuánto ascendió la inversión de las empresas estadounidenses en Colombia?
Estados Unidos es el principal inversionista extranjero en Colombia. Desde que entró en vigor el TLC, la inversión ha sido de US$22.384 millones, el 17% de toda la IED que ha llegado al país en esta década. En Colombia hay cerca de 450 empresas de Estados Unidos que generan más de 100 mil puestos de trabajo directos e indirectos, principalmente en sectores como manufactura; minería; financiero y de seguros; servicios profesionales, científicos y técnicos; y comercio al por mayor y menor.
¿Le cambiaría algo al acuerdo de TLC con EE.UU.?
Más que cambiar el acuerdo, pensaría que hay que fortalecerlo, conocer más a fondo sus posibilidades y reforzar el trabajo público-privado para cerrar la brecha en productividad y competitividad; fortalecer la cultura exportadora para que las empresas salgan de la caja de producir sólo para el mercado nacional. Hay que mantener la promoción de los productos colombianos en Estados Unidos y estar atentos a las nuevas oportunidades comerciales que se abren a medida que se mueve la coyuntura internacional. En Colombia la conversación debería estar más enfocada en el aprovechamiento en lugar de plantear revisiones que podrían cerrar espacios para las empresas.
¿A las empresas estadounidenses les preocupa el escenario político que se avecina con las próximas elecciones?
La relación entre Colombia y Estados Unidos es de Estado y no de Gobierno y eso ha quedado demostrado en los 200 años de relación diplomática que hay entre los dos países. Adicionalmente, hay una agenda bilateral sólida en la que se viene trabajando y que no cambiará sustancialmente. Por supuesto que a medida que se acercan las elecciones se genera expectativa, pero sea cual sea el resultado en las urnas, hay confianza en que Colombia mantenga el camino democrático; la libertad de empresa, de comercio, que se mantenga la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, el fortalecimiento de la justicia y la cooperación para cerrar la brecha social y la protección al medio ambiente, así como apoyo para la generación de empleo y la formación laboral pertinente de acuerdo con las nuevas necesidades de talento en las empresas.
Relación entre las exportaciones e importaciones de EE.UU.
De los productos no minero energéticos, la agroindustria lidera las ventas, con flores y café, pero crecen las confecciones con exportaciones en 10 años por US$2.510,9 millones; frutas (US$1.943,7 millones), aluminio (US$1.655,7 millones) y plástico (US$1.593,8 millones). En importaciones, 70% de lo comprado a EE.UU. son productos que no se fabrican en el país y se trata de materias primas para la industria local.
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