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LR analiza las causas del desmoronamiento de una nación que vivió del boom petrolero, pero que ahora clama de hambre.
Los repuestos de los automóviles pueden llegar a valer hasta US$2.000
Los venezolanos ya no tienen cómo moverse por las ciudades de su país. Además del alto costo de los pasajes de bus, que llegaron el mes pasado a 5.000 bolívares (US$0,06, según la tasa no oficial), el sistema del metro que opera en Venezuela funciona a un tercio de su capacidad. Basta con tomar de ejemplo a la capital Caracas, donde la línea 1 del ferrocarril solo tiene 13 trenes en operación de 36 que suelen circular por esa ruta.
Además de la falta de vehículos, las paradas del metro en Caracas también han sido afectadas por fallas eléctricas en su sistema. En marzo, se registraron explosiones en las estaciones de Sabana Grande y Chacaito, que al parecer habrían sido provocadas por “alta fricción en los frenos”, según informaron medios locales.
La alta inseguridad en el metro repercute directamente en el bienestar de un alto número de la población venezolana, pues este es el único medio de transporte que pueden pagar. Actualmente, un tiquete cuesta entre 4 y 36 bolívares.
La asequibilidad de los precios del metro es un contrapunto de los altos costos que manejan los buses. En 2007, un pasaje costaba 0,5 bolívares, cifra que aumentó 400% para 2011, cuando subió a 2,5 bolívares según resoluciones de los Ministerios de Transporte y Comercio para ese entonces. Para 2017, la hiperinflación disparó los precios a 150 bolívares, y un año después, viajar en bus cuesta 5.000 bolívares, cifra que no llega ni a un dólar, según datos de dolartoday.
Además de los elevados costos, el sector automotriz en Venezuela tiene un problema adicional, y es la falta de repuestos para el mantenimiento de los vehículos de transporte público, pues la oferta se ha reducido considerablemente en los últimos años.
“Actualmente se están consiguiendo 20% de los repuestos que se conseguían antes, lo que ha reducido nuestras ventas en 90%”, aseguró la vendedora de Multicar, Zuleny Rodríguez.
Los repuestos que se pueden conseguir también destacan por sus excesivos costos, pues productos como un pedal de freno asciende a 57,2 millones de bolívares (US$706,5), un transformador regulador alcanza 63 millones (US$778,15) y los cauchos de las llantas llegan a 170 millones (US$2.099), según datos de Mercado Libre.
Asimismo, Rodríguez agregó que la parte automotriz está “totalmente paralizada”, pues los vehículos que los concesionarios pueden vender son los que tienen en consignación, pero no hay unidades ensambladas debido a la inactividad de las ensambladoras. La falta de buses en Venezuela ha llevado al origen de las “perreras”, como les llaman a los camiones o camionetas que sustituyen a las líneas privadas que cubren la mayor parte de 90% de las rutas inactivas en Caracas actualmente.
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