Zonas Francas: oasis de inversión extranjera

Han pasado seis décadas desde que se estableció el Régimen de Zonas Francas en Colombia. En un principio, su creación atendió la imperiosa necesidad de facilitar el comercio y la importación de insumos necesarios para la manufactura de bienes, tanto para los mercados internacionales como para el consumo doméstico, ya que las economías latinoamericanas se encontraban bajo un modelo de sustitución de importaciones.

Hoy en día Colombia se encuentra en el radar de inversionistas de talla mundial, puesto que cuenta con el potencial necesario para ingresar a las cadenas globales de valor: es la tercera población más grande en América Latina, cuenta con una de las fuerzas laborales más jóvenes y mejor educadas a nivel mundial y una ubicación geográfica estratégica, en el centro del continente, cerca de Estados Unidos, México, Brasil, el Canal de Panamá y Chile, lo que facilita su inserción a los principales mercados y acorta las líneas de suministro. Las zonas francas (ZF) potencializan estos atractivos y al estar regidas bajo un cuerpo normativo especial en materia tributaria, aduanera, cambiaria, de comercio exterior y de inversión de capitales otorgan múltiples beneficios, lo que a su vez fortalece el tejido empresarial e impulsa la competitividad del país y la región.

A lo largo del camino recorrido, las ZF se han convertido en importantes promotoras de la generación de empleos y la creación de empresas lo que ha impactado, y me animo a decir, seguirá impactando positivamente el desarrollo económico del país y la calidad de vida de todos los colombianos. En Colombia contamos con un total de 120 zonas francas aprobadas en 22 departamentos, de las cuales 79 son ZFPE y 41 permanentes, con una inversión acumulada desde el 2007 al 2020 que asciende a los $48 billones.

Con mucho orgullo, las ZF han generado 136.000 empleos directos, no obstante, el impacto en materia de empleo es superior puesto que también incentivan la generación de economías a escala. A enero de 2021, las exportaciones de mercancías desde las zonas francas colombianas generaron US$203,2 millones FOB a pesar del contexto de crisis provocado por la pandemia del covid-19. En materia de inversión de nuevos capitales extranjeros, según datos de la Andi, con corte al 2018, 22% de la inversión total en zona franca fue de origen extranjero y la decisión de inversión en el país dependió directamente de la existencia de este mecanismo, esto lo único que demuestra es que existe una posibilidad de crecimiento latente.

Con la expedición del Decreto 278 de 2021 se abre una ventana de atracción al inversionista que es sumamente alentadora para el sector, pues apunta a la repotenciación del aparato productivo. Es necesario destacar que la actualización de un nuevo régimen de zonas francas generará una inyección de competitividad importante para Colombia puesto que promueve la creación de proyectos orientados principalmente a la sofisticación de la producción y simplifica los requisitos para acceder al régimen, generando una mayor estabilidad jurídica, lo que atrae la inversión, apalanca la reactivación económica del país y nos posiciona como una plataforma de comercio exterior.

Desde Zona Franca de Occidente consideramos que las expectativas de crecimiento son esperanzadoras y reafirmamos nuestro compromiso con el país en materia de atracción de inversión extranjera para superar entre todos los efectos económicos de la crisis del 2020.