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Tomar un crédito hipotecario o leasing habitacional, y endeudarse en UVR o en pesos, son algunas de las opciones a analizar
Una de las iniciativas más ambiciosas del Gobierno Nacional para la recuperación económica es la asignación, en los próximos dos años, de 200.000 subsidios para la compra de inmuebles nuevos, que se repartirán en partes iguales para viviendas de interés social (VIS) y No VIS. Muchas personas han considerado esta política como un incentivo para adquirir su propia casa, sin embargo, además de hacer cuentas para pagar el crédito, hay otros elementos que se deben considerar.
De acuerdo con Alfredo Barragán, experto en finanzas personales, lo primero que debe hacer una persona que aspira a comprar vivienda es analizar la zona en la que quiere comprar y el tipo de inmueble, con el fin de hacer un presupuesto preliminar. Además, es necesario acceder a un establecimiento de crédito para asegurarse de que, efectivamente, es elegible para financiamiento.
"Para que una persona reciba un crédito debe tener un buen historial crediticio y, en ese sentido, lo primero es conocer el reporte personal. Si la persona tiene un mal reporte debe buscar resolver el problema, para que, al momento de solicitar el préstamo, no tenga dificultad", dijo el experto.
Otro punto que se debe analizar cuando se está pensando en comprar una casa nueva es a qué subsidios se puede acceder. Por ejemplo, quienes estén interesados en una vivienda VIS podrán recibir, además del subsidio a la cuota mensual por siete años, un subsidio a la cuota inicial de hasta 50 salarios mínimos si se accede al subsidio concurrente con las Cajas de Compensación Familiar.
En el caso de las No VIS, en cambio, el subsidio ofrece una cobertura con un valor plano distribuido en los siete primeros años del crédito, que equivale a aproximadamente $438.000 mensuales durante ese periodo de tiempo.
"Analizar la elegibilidad de los subsidios es fundamental, porque al momento en que las personas vayan a solicitar el crédito, su estudio le permitirá una mayor capacidad de endeudamiento", puntualizó Barragán.
El experto, además, señaló que es importante analizar si se solicita el préstamo en pesos o en UVR. Esta última es una unidad cuyo valor cambia según la inflación, por lo que el valor de la cuota y el saldo pueden variar según el comportamiento del IPC.
"Un crédito en UVR es equivalente a tener una deuda indexada a la inflación de forma que su monto y pagos cambian con el índice de precios. Un crédito en UVR tiene la ventaja de tener cuotas más bajas al principio que un crédito en pesos, pero estas suben con el tiempo. Es un buen instrumento para alguien que quiera tomar una deuda a largo plazo y este buscando cuotas pequeñas al inicio de la financiación", explicó Guillermo Alarcón, director de vivienda y leasing de Asobancaria.
Además, también hay que considerar que hay principalmente dos formas de financiar la compra de vivienda: el leasing habitacional, que permite financiar hasta 80% del total; y el crédito hipotecario, con el que se puede financiar hasta 70% del valor del inmueble.
"En el primer caso el inmueble queda a nombre del cliente y se constituye una hipoteca como garantía, en el segundo el inmueble queda a nombre de la entidad pero hay un contrato para que el inmueble pase a nombre del cliente al final de la operación con una opción de compra. Ambas figuras implican el pago de suma mensuales para financiar la vivienda, en un caso se habla de cuotas y en el otro de canon de arrendamiento", anotó Alarcón.
"En términos prácticos ambos mecanismos son parecidos pero en el caso del leasing se suele financiar un porcentaje mayor de la cuota inicial. No obstante al final de la operación se incurre en un costo más alto asociado a pasar el inmueble del banco al cliente. El leasing puede ser una mejor opción para un cliente que no quiere tener la propiedad de modo inmediato y busca un porcentaje de crédito mayor", indicó.
Barragán, además, recordó que es fundamental consultar varias entidades crediticias antes de decantarse por una, pues todas ofrecen condiciones diferentes, en aspectos como la tasa de interés, los trámites que cobran y las pólizas.
Finalmente, también es importante tener en cuenta que independientemente del tipo de préstamo que se tome, la entidad o sus condiciones, la compra de un inmueble implica unos gastos notariales y de registro, que oscilan entre 2% y 2,5% del valor total. Esos gastos, así como los acabados, deben incluirse en el presupuesto.
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