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La persona interesada en una tarjeta debe tener en cuenta condiciones como costos, características, formas de facturación y plazos
Según el Banco BBVA, una tarjeta de crédito es un medio de pago para que el consumidor obtenga dinero "que todavía no se encuentra en su cuenta bancaria" y que se deberá devolver a la entidad bajo los términos fijados. Además, cada ciudadano con este tipo de tarjetas tiene un límite de crédito, también acordado con el banco, y las sumas pueden devolverse a cuotas.
Aunque su definición es fácil, un plástico de este tipo trae consigo bastante responsabilidad: la capacidad de crédito puede ser un dolor de cabeza si usted, como consumidor, excede su capacidad de pago. Por ello, debe tener en cuenta que su uso con cautela puede sacarlo de apuros en algunas situaciones en que necesita pagar algún bien o servicio, pero un mal manejo desestabiliza sus finanzas por completo.
En primer lugar, y antes de adquirir la tarjeta, la persona interesada debe tener en cuenta todas las condiciones: costos, características, formas de facturación y plazos. "Por ejemplo, saber cuánto es el interés de las tarjetas de crédito permitirá elegir entre un abanico de opciones de mercado, eligiendo entre bancos, franquicias y categorías", asegura Bancolombia.
Cada tarjeta tiene costos variables que debe tener en cuenta antes de su adquisición. Asimismo, se debe tener presente el interés mensual que el banco cobrará por las compras a través del crédito de la tarjeta: así se puede planificar el plan de pagos según las capacidades de los consumidores financieros. Es importante también tener en cuenta el valor de la cuota de manejo.
Un consejo importante a tener en cuenta es siempre calcular los intereses de las compras con estos plásticos. "Para la mayoría de las tarjetas de crédito, si no se quiere pagar intereses, hay la opción de diferir las compras a una sola cuota. Se tiene hasta 45 días según el calendario de la tarjeta para pagar el mismo precio del producto que compró", agrega Bancolombia.
Luego de este plazo, las cuotas serán diferidas y el usuario deberá asumir intereses por cada compra hecha con la tarjeta de crédito.
Wilson Triana, experto y consultor en banca y seguros, afirma que "el panorama económico no es alentador y es recomendable para los hogares tener mucha cautela, prudencia y responsabilidad con el endeudamiento, especialmente con las tarjetas de crédito. Son atractivas y de fácil uso, pero es la modalidad de crédito más costosa en tasas de interés".
En ese sentido, es recomendable ser sumamente cauteloso con la adquisición de una tarjeta de crédito, pues la tasa de usura para noviembre de este año será de 38,67%, dato que eleva el costo de las compras a través de este mecanismos.
Esa cautela financiera debe agudizarse más en tiempos de alta inflación, pues la tasa de usura está relacionada con el IPC y el alza de tasas del Banco de la República para controlar el encarecimiento del costo de vida.
Según Triana, el cierre de año se avecina y con él hay que cuidar el bolsillo de las compras por impulso, auspiciadas especialmente por productos financieros como las tarjetas de crédito: las adquisiciones sin planificar y poco pensadas pueden ser un dolor de cabeza para iniciar 2023.
"Lo recomendable, apretar el gasto para resguardarse de lo que trae el próximo año, procurar no tener más de una tarjeta de crédito en el bolsillo, las compras llevarlas en lo posible a 30 días", asegura el experto.
Estas tienen una numeración, fecha de caducidad y un código de verificación o CVV que solo son válidos para una sola transacción
Clara Escobar, directora de Afic, advirtió que fraudes electrónicos, como el phishing, crecen pese a reducción del fraude tradicional