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Clara Escobar, directora de Afic, advirtió que fraudes electrónicos, como el phishing, crecen pese a reducción del fraude tradicional
En Colombia, el fraude financiero es una amenaza que crece al ritmo de la digitalización. Según el Informe de Amenazas Cibernéticas de 2023, los ataques al sistema financiero aumentaron 40% en el último año, con modalidades cada vez más sofisticadas como el phishing, el smishing y el fraude de identidad.
Este panorama encendió las alarmas en el sector, en el que la combinación de avances tecnológicos y una población con baja educación financiera ha creado un terreno fértil para los ciberdelincuentes.
Para enfrentar esta crisis, las entidades financieras están adoptando tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la autenticación biométrica, mientras redoblan esfuerzos en campañas de educación financiera. Clara Escobar, directora ejecutiva de la Asociación de Compañías de Financiamiento, Afic, habló de las estrategias que están implementando desde el sector para enfrentar esta problemática.
El fraude en el sector financiero colombiano sigue siendo un desafío importante. En los últimos años, ha evolucionado, especialmente con el auge de los fraudes digitales. Aunque el fraude tradicional ha disminuido, las modalidades electrónicas, como el phishing, la suplantación de identidad y los ataques a plataformas de pago en línea, han crecido exponencialmente. Esto ha llevado a las entidades financieras a reforzar sus sistemas de seguridad y a innovar constantemente.
La digitalización acelerada y el uso masivo de plataformas móviles han hecho que las infraestructuras financieras sean más vulnerables. Además, muchos usuarios no son plenamente conscientes de los riesgos asociados con la tecnología, lo que amplifica las oportunidades para los atacantes. La falta de educación financiera sigue siendo un factor crítico.
El phishing, el smishing y los fraudes en redes sociales son especialmente preocupantes. En el pasado, estas prácticas se limitaban a simples suplantaciones de identidad, pero hoy los atacantes emplean malware y técnicas avanzadas para interceptar transacciones electrónicas o suplantar aplicaciones legítimas.
La inteligencia artificial ha mejorado la detección temprana de fraudes al analizar grandes volúmenes de datos y patrones de comportamiento. Mientras que la autenticación biométrica ha reducido los accesos no autorizados, aunque estas tecnologías todavía están en evolución y necesitan ser más accesibles y precisas para lograr un impacto masivo.
Muchas entidades han implementado campañas de educación financiera centradas en la seguridad digital. Estas incluyen talleres, tutoriales interactivos y mensajes educativos a través de aplicaciones bancarias. Además, se está promoviendo el uso de contraseñas robustas y la activación de alertas de seguridad.
Ambos elementos deben complementarse. Las tecnologías avanzadas son esenciales para prevenir fraudes, pero no reemplazan la necesidad de que los usuarios entiendan cómo proteger su información. Una combinación adecuada de educación y tecnología fortalecerá la confianza en el sistema financiero y reducirá la vulnerabilidad de los consumidores.
Esperamos integrar tecnologías emergentes, como blockchain, para asegurar transacciones, y aumentar la automatización en la detección de fraudes. Además, buscamos expandir los programas de educación financiera, lo que podría reducir considerablemente el fraude de bajo nivel.
La seguridad financiera comienza con cada uno de nosotros. Es fundamental desconfiar de solicitudes sospechosas, no compartir información confidencial y verificar siempre la autenticidad de las plataformas antes de realizar transacciones. La prevención es clave para evitar caer en manos de estafadores.
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