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Entre las razones, el vehículo se devalúa rápidamente y, si se le suman gastos como el Soat, seguros, e impuestos, no es rentable
Ya han pasado cuatro semanas desde que se implementó la nueva reglamentación de pico y placa en Bogotá, que ahora opera diariamente de 6:00 a.m. a 9:00 p.m. intercalando la prohibición para movilizar el vehículo de acuerdo con la coincidencia de la fecha calendario con la placa par o impar.
Durante este tiempo, las opiniones frente a la efectividad de la medida han sido diversas, aunque lo que sí es común es la inquietud que se genera sobre si comprar un carro puede resultar mejor que pagar el ‘Pico y Placa Solidario’.
Expertos consultados señalan que incurrir en el gasto del vehículo, aunque pueda parecer la mejor opción, no resulta serla realmente, no solo porque al final el precio del vehículo será mayor que el del pago por circulación, sino porque los automóviles son bienes que se deprecian en el tiempo.
Para ilustrarlo, La República realizó un ejercicio práctico y asesorado por el experto en movilidad, Darío Hidalgo, tanto para el caso de compra como para el de pago de la medida, tomando como referencia para ambas situaciones el auto usado más vendido del país, un Chevrolet Spark.
Según el simulador del portal de la Alcaldía que contiene las nuevas medidas de movilidad, para esta referencia, que tiene un cilindraje menor a 1.500, es modelo superior al año 2012, y tiene un avalúo menor a $50 millones, el costo del pico y placa solidario tiene un valor anual de $4,13 millones. Al cabo de cinco años, teniendo en cuenta el incremento anual supuesto por una inflación que se mantenga a 5%, el total por el pago de la medida sería de $22,83 millones en dicho periodo.
“Pagar por circular es mejor en costos financieros que comprar un carro, aún si es barato y usado, ya que un usado necesita mantenimiento creciente año tras año. La clave parece estar en que un auto se deprecia en el orden de 10% anual y, aunque se venda a los cinco años, será un valor muy inferior al de compra”, explicó Hidalgo.
Siguiendo con el ejemplo presentado, en el caso de querer comprar un Chevrolet Spark de las características ya mencionadas, este puede encontrarse usado en alrededor de $25 millones. Al simular la compra en uno de los créditos de vehículo de un banco con las mejores tasas, la cuota mensual quedaría en $551.574, más el pago de un seguro mensual exigido por la entidad ($30.000). Así, en 12 meses, la cuota quedaría en $6,62 millones y el seguro en $360.000.
Pero a esto hay que sumarle anualmente otros gastos como el impuesto de 1,5% del vehículo, que para el ejemplo sería de $375.000; el Soat ($368.800); y $228.596 de la revisión técnico-mecánica, aunque cabe resaltar que esta solo es obligatoria a partir del sexto año desde la matrícula. En consecuencia, al sumar todos los valores anuales generados, cada año se pagaría por el automóvil $7,72 millones (sin contar la revisión).
Como en el caso del pago del Pico y Placa Solidario, en la compra de un vehículo también es necesario calcular el resultado final basado en el aumento de la inflación, por lo que, al final de los cinco años, comprar el vehículo nuevo implicaría un gasto de $38,88 millones.
Para Alfredo Barragán, economista y especialista en banca de la Universidad de Los Andes, por estos gastos adicionales que tienen que ser tenidos en cuenta al momento de comprar un vehículo, y la incertidumbre que se genera sobre si la siguiente administración de la ciudad va a cambiar la medida de pico y placa, es mejor pagar la medida actual.
“Es posible que la medida cambie con una nueva Alcaldía, pero si la reglamentación cambia lo que cambiaría es el pago de poder circular en pico y placa y no necesariamente el de adquirir el carro, opción que además tiene más elementos a tener en consideración”, agregó frente al tema Diego Silva Ardila, profesor del programa de Gestión y Desarrollo Urbano de la Universidad del Rosario.
Otra de las razones que los expertos citan como desventaja en la opción de adquirir un vehículo es el tema de la depreciación; y desde el momento mismo en que un carro sale del concesionario (en el caso de ser nuevo) cae notoriamente su valor. Según los cálculos para el ejemplo en mención, si el Chevrolet Spark costó $25 millones, luego de cinco años este podría venderse, si mucho, en $8,2 millones.
Por eso, Barragán destaca que es muy importante hacer bien las cuentas y optimizar el vehículo el día que no se tiene placas y optimizar gastos el día que se tiene. Además, anota que la planificación es importante; “hay que pensar en apoyar a la ciudad, familiarizarse con otros medios de transporte o apoyarse de amigos”.
Las dudas de la medida
Más allá de si pagar el ‘Pico y Placa Solidario’ o si comprar un auto nuevo, las dudas sobre la eficiencia de la medida siguen siendo una constante en los temas de movilidad en las grandes ciudades.
“En general pico y placa es una medida eficiente cuando la oferta de automotores, o stock de carros disponibles en una ciudad, es fijo. Pero como el stock no es fijo, ni en el mediano ni en el largo plazo, la gente tiende a ajustar sus preferencias, se mueven en taxi o Uber, y posteriormente compran un carro más pequeño o viejo, y terminan incentivando el peor de los males que es un aumento del parque automotor”, argumentó Silva.
En este sentido señala que se debe pensar rápidamente una medida que mejore las variables de cambio climático y “no necesariamente priorice la movilidad individual o restringida, dado que esa no es la solución. Y es que el modelo actual no está funcionando para eso”.
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