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Los primeros años de los niños son el mejor momento para enseñar fórmulas que puedan servir en su futuro, o incluso para fomentar en ellos las importancia del ahorro y el valor de las cosas.
Entre los tres a los cinco años, es una de las etapas más importantes del ser humano para aprender habilidades nuevas y tener un crecimiento personal. Y en la actualidad, enseñanzas como la inteligencia emocional o financiera, se han convertido en factores claves para el futuro de las nuevas generaciones, puesto que durante décadas, nunca fueron parte de la enseñanza en el hogar, los colegios o las universidades. Esto ha llevado a muchos a no entender cuando se les habla de tasas de interés, ingresos, egresos, impuestos, ahorros o fondos de emergencia, entre otros tantos conceptos.
Desde mi experiencia en el sector educación debemos preparar desde muy temprano tanto a los padres como a los niños para fomentar el manejo de finanzas personales que puedan administrar adecuadamente su dinero, inculcarles el valor y el papel que cumple dentro de la economía y las finanzas personales. Para de esta manera fomentar en ellos que puedan desarrollar su propios emprendimientos y potencializarse como los empresarios del futuro. Desde Cartagena International School desarrollamos un método de trabajo se basa en el premiado currículo de The Biz Nation, el cual ha permitido seguir planes de clase basados en aprendizaje experiencial y una innovadora metodología fundamentada en la neurociencia la cual genera que, de forma divertida, se puedan aprender complejos conceptos financieros.
Por otro lado debemos tener en cuenta dentro del aprendizaje las finanzas de los escolares es el aprovechamiento de la asimilación de conceptos de acuerdo a su cerebro ya que con esto aprovechamos al niño como un ser constituido por múltiples capacidades interconectadas y complementarias. Bajo estas premisas, llevamos adelante estrategias de una educación más práctica, en la que ponemos desafíos lúdicos a los estudiantes que los ayude a comprender situaciones financieras de la vida real.
Otra avance en la educación financiera de los niños es el relacionamiento de los padres con las finanzas de sus hijos y el manejo de la economía desde el hogar y en diferentes situaciones como: el trabajo que desempeñan o su misma empresa. Desde la esta institución desarrolló un programa de neuropadres, en el que a través de diferentes prácticas y charlas, se busca alinear la educación del hogar con la del aula para hacer un trabajo más articulado. Esto, ayuda a los padres a entender acerca de programación neolingüística, cerebro triádico y otras estrategias de neurociencia, para que puedan continuar el proceso de formación de educación financiera en diferentes espacios.
Considero que, se podría mejorar las pruebas estandarizadas porque pienso que un estudiante no se puede medir de esa forma, sin embargo, si ya existen este tipo de pruebas para graduarse del colegio, entonces deberían también evaluar conocimiento verdaderamente necesario y útil para la vida presente y futura de los estudiantes, como por ejemplo la inteligencia financiera, ya que puedo garantizar que eso sería mucho más útil que aprender a memorizar una fórmula que con un solo clic se puede llegar a resolver.
Desde mi óptica considero que el mayor problema de las sociedades latinoamericanas es que ni en los hogares, ni en las instituciones educativas era de valor enseñar sobre el comportamiento y los hábitos que se debían tener en relación con el dinero, por lo tanto, muchas generaciones crecieron cometiendo los mismos errores en sus finanzas personales.