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Las Small Caps por tradición no han gozado de muy buena reputación en el mercado.
El comportamiento positivo del mercado accionario colombiano que se observó en la primera mitad del año se ha acentuado en varios de los principales nombres de mayor capitalización bursátil. Con esto, el potencial de valorización fundamental se ha reducido y las recomendaciones de los analistas se han tornado más conservadoras. Ante esta situación, los inversionistas se enfrentan a una búsqueda implacable de valor para sus portafolios, para lo que se sugiere considerar las bondades que ofrecen las acciones de baja capitalización, más conocidas como “Small Caps”.
Las Small Caps por tradición no han gozado de muy buena reputación en el mercado, sin desconocer que algunos agentes sofisticados las incluyen en sus inversiones. Pero entonces, ¿cuáles son las bondades de las Small Caps?
En primera instancia, la diversificación es un criterio que no puede faltar. En tal sentido, el beta de las compañías de baja capitalización tiende a ser bajo, debido en parte a su propia naturaleza de iliquidez, por lo que resulta apropiado para un portafolio estructural. Desde el punto de vista de ingresos, estas compañías están mucho más expuestas a la economía local y por esto están menos afectadas por choques a nivel global.
Otra característica de las acciones de menor tamaño -que puede ser considerada por muchos como defecto- es su incapacidad para formar precios de manera eficiente en el corto plazo. El principal efecto es el desfase frente a su valor fundamental, que deja valor atrapado incluso por periodos prolongados de tiempo. Sin embargo, este es solo un lado de la moneda, que por el otro lado abre oportunidades de rentabilidad para inversionistas pacientes.
En la historia reciente de la bolsa colombiana, los eventos corporativos de tipo OPA y Emisiones Dirigidas, que han facilitado la materialización de valor fundamental, han ofrecido atractivas primas de rentabilidad frente a la cotización de mercado y lo más importante: han ocurrido en mayor proporción en Small Caps.
En cuanto al desempeño relativo de pequeñas y grandes compañías se encontró que, en lo corrido de este siglo, a nivel global el balance resulta favorable en 50 puntos básicos de rentabilidad anual para las primeras. Así mismo, en Colombia se encontró que el retorno promedio de los títulos de baja capitalización ha superado al del Colcap en cuatro de los últimos 10 años, mientras que lo contrario solo ha ocurrido en dos periodos; en el resto de veces el desempeño ha sido muy parecido.
Para concluir, resulta pertinente ampliar el horizonte de análisis cuando las oportunidades tradicionales de inversión escasean. Propender por un portafolio diversificado en activos y balanceado por nivel de riesgo debe ser el objetivo principal de un inversionista disciplinado.
Para esto, las Small Caps y cualquier otra inversión alternativa, deberían ser consideradas. Aunque sea retador encontrar este tipo de activos en el mercado, la opción no es descartarlos, máxime cuando hoy es mucho más fácil participar con inversiones pasivas a través de fondos de inversión colectiva o ETFs, que optimizan los costos de transacción y de gestión de portafolio.
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