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Una caída en los niveles de producción de EE.UU. seguirá fortaleciendo el rally del petróleo. Arabia Saudita defiende sus acciones
Los precios del petróleo no paran de crecer y los analistas locales ya prevén una cotización de US$90 para el cierre de año y de US$100 para el primer semestre de 2022. Este comportamiento se vería apoyado por una mayor demanda de crudo a raíz de los altos precios del gas natural en medio de una crisis energética que se ha visto apoyada por la reactivación económica, según dio a conocer la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Tras el anuncio de dicha institución, el barril de WTI creció 1,21% a US$81,42, para luego recortar levemente dichas ganancias, mientras que la carga de la referencia europea Brent evidenció un fortalecimiento de 1,33% a US$84,30. En lo que va del año, la materia prima se ha trepado 67,45% y 62%, respectivamente.
Según datos de la misma agencia, la necesidad de combustible crecerá medio millón de barriles por día (bpd), especialmente si el sector y las industrias pesadas deciden cambiar desde otras fuentes de energía más caras. Adicionalmente, advierte que la crisis podría acelerar la inflación y ralentizar la recuperación de la pandemia del covid-19.
Edward Moya, analista de mercados de Oanda, aseguró que “la demanda global de petróleo seguirá mejorando durante el resto del año a medida que las personas vacunadas comiencen a reservar planes de viaje para las vacaciones”.
El experto prevé que los precios del crudo alcancen su punto máximo en el primer trimestre del otro año y luego vuelvan rápidamente a US$70, cuando termine el mencionado déficit del mercado del petróleo. Para 2022, la referencia WTI promediará US$70, mientras que el Brent tocará US$75.
Dentro de los acontecimientos que destacan se encuentra la posición que ha adoptado Arabia Saudita, el mayor producto de la materia prima en el mundo. Esta nación ha rechazado los pedidos en favor de un alza adicional de bombeo por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (Opep+), afirmando que los esfuerzos que están haciendo “son suficientes y sirven para proteger al mercado petrolero de las salvajes oscilaciones de precio vistas en los mercados del gas natural y el carbón”.
Adicionalmente, el mercado se mantiene expectante ante una caída en la producción petrolera en EE.UU., la cual llevaría a nuevas y más solicitudes por parte de dicho país, teniendo en cuenta que se avecina una época invernal que requerirá mayor gasto de combustible.
Sin embargo, según la revista The Economist, la inversión anual de la industria ha caído de US$750.000 millones en 2014, cuando los precios del petróleo estaban por encima de $100 el barril, a un estimado de US$350.000 millones este año.
“La pandemia ha obligado a todas las grandes petroleras a abstenerse de invertir en nuevos pozos, lo que significa que podríamos vivir una grave escasez si la reapertura global del comercio llega mucho antes de lo esperado y se mantiene un mayor interés por otros sectores”, resaltó Moya.
Según cifras del Ministerio de Hacienda, por cada dólar que sube el Brent, al Estado ingresan US$130 millones, a lo cual se sumarían US$2.127 millones por el nivel de cotización.
El Msci Colcap, que refleja las variaciones de los precios de las acciones más líquidas de la BVC, inició la sesión con 1.354,91 unidades
El crudo cotizó en un estrecho margen el martes, antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, tras subir más de 2%
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