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La expectativa por la decisión de la Reserva Federal y la caída en los precios del petróleo se sumaron a la volatilidad generada por los cambios en el gobierno Petro
La fortaleza que caracterizó al peso colombiano el mes pasado se perdió en la última semana, en medio de la incertidumbre generada por los cambios en el gabinete de Gustavo Petro, la caída en los precios del petróleo y por la cercanía de la reunión de la Reserva Federal, en donde habría un nuevo incremento en la tasa de interés en EE.UU.
El cambio de tendencia ha sido tal que el dólar volvió a romper la barrera de los $4.700, un techo que no superaba desde hace más de un mes. En tan solo una semana, la divisa ha ganado $229 y a partir de hoy cotizará sobre los $4.721.
El peso colombiano se había visto beneficiado por una menor aversión al riesgo, luego de que disminuyera la incertidumbre por un posible impacto global de la crisis bancaria en Estados Unidos; la estacionalidad del flujo de divisas para el pago de impuestos; y el incremento en los precios del petróleo tras los recortes anunciados por la Opep y sus aliados, entre otras razones.
Sin embargo, desde que el presidente Petro decidió cambiar parte de su gabinete, incluyendo al entonces ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, el peso volvió a perder fuerza. En la última semana, es la moneda más depreciada en América Latina, en un periodo en el que junto con el peso argentino han sido las únicas divisas que han perdido valor frente al dólar.
Desde el 25 de abril, el peso colombiano ha caído 4,74%, triplicando el retroceso de la divisa argentina que en la última semana perdió 1,67%, según los datos de Bloomberg. Juan Pablo Vieira, CEO de JP Tactical Trading, dijo que las declaraciones del presidente Petro “radicalizando su discurso y polarizando el país” pesaron en el desempeño de la moneda.
“Los inversionistas están muy atentos a comprar cualquier corrección del dólar ante la incertidumbre que están generando los anuncios del gobierno”.
“La clave estará en la posibilidad de una pausa en el ciclo de subidas. La Reserva Federal ha insistido mucho en la necesidad de depender de los datos”.
Para el analista, luego de que se respetara el nivel clave de $4.400, que se observaba en sesiones anteriores, ahora el dólar tiene un nivel muy fuerte en los $4.800. “Mucha gente que había comprado en ese nivel, va a salir a vender apenas lo toque, ese va a ser un techo importante. Sobre los $4.820 queda el dólar con vía libre con el objetivo de los $5.000”, agregó.
Más allá de la volatilidad local, los inversionistas también están atentos a la decisión que tome la Reserva Federal esta semana, que si bien se acerca al fin de su ciclo alcista, aún hay dudas de qué tan rápido comenzará a reducir los tipos de referencia.
El dato de inflación subyacente, que excluye los componentes volátiles de los alimentos y la energía, subió más de lo esperado y aún no da señales de una clara desaceleración. Esto justificaría un nuevo ajuste de 25 puntos básicos en la tasa de interés de los fondos en la reunión de la Fed y propiciaría un fortalecimiento del dólar a nivel global, según el informe cambiario del Grupo Bancolombia.
Para Jack Janasiewicz, portfolio manager de Natixis Investment Managers, a pesar de que hay muchas razones para que la Reserva Federal incremente una vez más la tasa y luego haga una pausa, esto no significa que habrá un giro en la política monetaria.
“Es de esperar que la Reserva Federal mantenga las tasas elevadas durante algún tiempo, ya que la política de ‘más alto por más tiempo’ seguirá siendo su elección para volver a situar la inflación en su objetivo declarado de 2%”, dijo el analista.
Los precios del petróleo cayeron en medio de volúmenes de negociación más reducidos, mientras que los datos de fabricación de China más débiles de lo esperado y los datos de empleo de EE.UU. también influyeron en el ánimo del mercado.
El barril Brent, referencia para la economía colombiana, cayó más de 4% y cotiza ahora sobre los US$75. Juan Pablo Vieira, CEO de JP Tactical Trading, dijo que esta corrección que se vio también “representa expectativas futuras de menores monetizaciones producto de las exportaciones del petróleo”.
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