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BOLSAS

Dr. Yellen y Mr. Hyde

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Mr. Hyde ganó y el incremento en tasas hasta 1,25% debería ser suficiente para detonar una desaceleración.

Felipe Campos

Durante los últimos nueve años hemos observado los trastornos disociativos de la Reserva Federal (Fed). En psiquiatría esto se da cuando una persona tiene dos o más identidades opuestas.

De día, la Dra. Yellen es la respetada presidente de la Reserva Federal quien mantuvo las tasas de intervención cerca a 0% en un tiempo record entre diciembre de 2008 y 2015, y desde entonces ha retirado las ayudas de forma moderada consciente de que se encuentra al mando de la recuperación más débil de la postguerra en los Estados Unidos.

De noche es muy diferente. Una economista brillante al mando de una fuerza inigualable de expertos que continúan convencidos de que la inflación debió acelerarse hace tiempo. Con esto en mente se le puso fin a la compra de bonos en octubre 2014 y se aumentó tasas en diciembre 2015 y tres veces más en la primera mitad del 2017. Y son ellos mismos los que planean la venta de bonos en octubre y un incremento más en tasa antes de finalizar el año.

Como en la novela “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde” (en inglés Dr. Jekyll and Mr. Hyde), Mr Hyde es el alter ego del buen doctor Jekyll, el primero un hombre con muchas más cualidades pero entregado a sus debilidades.

En las minutas de la última reunión de la Reserva Federal se dio a conocer una revelación histórica: varios de sus miembros ya no tienen confianza en sus modelos. La Fed es un Mr. Hyde moderno, modelos brillantes y complejos que brindaron un gran reconocimiento en tiempos ordinarios, poco útiles para momentos extraordinarios.

Acá es donde la simplicidad toma relevancia.

De un top 5 de burbujas a nivel mundial, en donde se encuentran los tulipanes holandeses de 1636 y la compañía de los mares del sur en 1711, solo dos crisis son comparables con la actual: la de 1930 en EE.UU. y la de 1990 en Japón, ambas en economías desarrolladas y relevantes en el mundo, que necesitaron políticas de rescate de tasas cercanas a 0% y compras masivas de bonos y donde la inflación también demoró décadas en despegar.

Las similitudes son totales. En la primera, a EE.UU. le tomó 20 años y cuatro recesiones para generar inflación y 40 años para reducir su balance. En la segunda, una versión supuestamente más moderna, Japón ya completó 27 años con tasas de 0% y balance creciente sin poder aún generar inflación sostenida. Y lo más importante, en ambos casos pequeños incrementos en tasa inferiores al 1% detonó recesiones económicas.

Con esto terminamos. Casi nueve años después de la gran crisis, la Fed está intentando normalizar sus políticas de tasas y balance. Y mientras el mundo se debate entre lo que EE.UU. y otros países podrían hacer los próximos 12 meses, la historia nos dice que esto ya no es importante.

Mr. Hyde ganó y el incremento en tasas hasta el 1,25% debería ser suficiente para detonar una desaceleración el próximo año, terminar con el ciclo económico actual y preparar a los agentes para nuevas políticas de liquidez por varios años o inciso décadas por venir.

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