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Como en la plaza de mercado, donde entran en una negociación el campesino y la ama de casa, el precio justo es ese valor en el que la transacción es aceptada por las dos partes. Quien vende los productos y quien compra.
Así, también, se establece el interés bancario corriente, que no es más que la tasa que los bancos le otorgan a los créditos y que la Superfinanciera certifica, buscando establecer el estándar de lo que en un mercado financiero sería “justo y razonable”.
Como la usura es ese cobro “a más de la cuenta”, pues la tasa de usura es ese interés bancario corriente multiplicado por 1,5; es decir, un 50% más de esa tasa base. Recuerde: todo cobro de interés que supere esta tasa es considerado ilegal y usted deberá denunciarlo ante las Superfinanciera.
Los bancos, por lo general, ajustan las tasas de las tarjetas de crédito a la máxima tasa permitida por ley. Sin control, hacen lo que se les viene en gana con los usuarios y clientes que, por necesidad, acuden a las entidades financieras a solicitar tarjetas de crédito. Según este medio, a junio de 2016 en Colombia había más de 14,3 millones de plásticos vigentes, a través de las cuelas se hicieron transacciones por $4,1 billones.
Como consejo, revise el próximo extracto bancario que reciba por su o sus tarjetas de crédito, haga un presupuesto de sus ingresos y egresos mensuales, y determine cuál es el monto máximo que puede pagar para saldar ese hueco que se forma en su billetera cuando asume los altos costos de interés que le cobran los bancos por las compras que hace.
No se trata de satanizar el crédito, podría considerarse como un aliado que puede ayudar a mejorar las condiciones de vida de las familias o superar algún imprevisto que se presente, pero que mal manejado puede convertirse en un dolor de cabeza. Tampoco se recomienda devolver las tarjetas al banco y darse golpes de pecho prometiendo no volver a utilizarlas, sino aprender a darles un manejo responsable.
Por ejemplo, ¿cuántas personas se acostumbraron a pagar la rumba, el trago o el paseo con la tarjeta de crédito a costa de sobrevivir el resto del mes o incluso del año cubriendo los costos de los intereses, cuotas de manejo y comisiones por avances?, ¿no sería mejor que esos gustazos se cubrieran con el dinero que realmente se tiene?
Pero, ¿qué pasa si no se tiene ni para un helado? Para que no le suceda esto, presupueste bien sus egresos, haga un listado de sus gastos semanales y no deje por fuera ni el más mínimo centavo. Luego de hacer este ejercicio, seguro tapará el hueco que lo deja siempre sin plata al finalizar el mes.
Si aún haciendo este presupuesto, siente que se queda sin un peso y que tampoco le alcanza el dinero, entonces échele la culpa al banco que le cobra lo que quiere en intereses por las compras que hace con la tarjeta (s) de crédito. Y si definitivamente necesita usar estos plásticos, hágalo, pero haciendo compras a una sola cuota; la mayoría de bancos no cobran intereses por un solo mes.
Consejo: priorice necesidades y gastos para que se pueda vivir mejor, aprovechando los recursos que tiene disponibles sin necesidad de endeudarse.
((Lea:Tasa de usura del primer trimestre de 2017 será de 33,51%))
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