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Entre los objetivos de la Supersolidaria, en cabeza de María Navarro, está fortalecer las cooperativas para combatir el gota a gota
El reto de las cooperativas es ser reconocidas cada vez por más personas y entornos que no los frecuentan y prefieren recurrir al gota a gota. Este es uno de los objetivos de la Superintendencia de Economía Solidaria, encabezada por María José Navarro, quien se refirió a su labor en este ecosistema de la economía popular.
Cuando iniciamos con el Plan Nacional de Desarrollo, en materia de economía popular creímos que el vehículo era la economía solidaria, es decir, las cooperativas, porque son las que están en las regiones.
Estuvimos hace poco en el Catatumbo, visitando una cooperativa que hace lo que el Gobierno quiere masificar, que es el crédito popular.Las cooperativas de ahorro y crédito, que están en regiones tan apartadas y complejas, deben se la base para el desarrollo de la economía popular y la paz territorial.
Nuestro papel es fortalecer estas cooperativas para que el impacto sea más amplio. Ese crédito popular, sí o sí, tiene que verse impulsado a través de la economía solidaria.
El gota a gota le resuelve el día a día a la gente. Es rápido y ágil. Las cooperativas de ahorro y crédito, que no son bancos, tienen otra naturaleza, están haciendo créditos pequeños. Tienen una cartera chica, que da créditos desde $500.000, $1 millón o $2 millones, pero el asunto es cómo hacer que la regulación sea efectiva, pero que también podamos hacer que el crédito sea ágil. Si hay agilidad, el crédito de las cooperativas pueden ayudar a combatir el gota a gota.
Nosotros, como entidad, podemos ser una superintendencia que ponga obstáculos o que dé herramientas para que podamos supervisar bien, ver que la plata de los que ahorran esté salvaguardada, pero también dar los mecanismos para que el crédito sea ágil.
La tasa de intermediación está disminuyendo. La brecha entre la tasa de colocación y la de captación es cada vez menor. Eso es un inconveniente para el sector.
En términos de cartera, las cooperativas tenían en 2018 $11 billones y, a corte de junio de este año, vamos en $16 billones. Siempre ha sido continua, nunca hubo una disminución de la cartera, ni siquiera, en tiempos de pandemia.
Sin embargo, una de las preocupaciones que tenemos en la superintendencia es que, aunque estamos en $16 billones, el crecimiento es de 2,3% frente a junio del año pasado, cuando en 2022 fue de alrededor de 6%.
Estamos en un contexto complejo de tasas altas, inflación y desempleo del que no podemos ser ajenos, por lo que estamos preparando una serie de alivios, tanto para los ahorradores y asociados como para las cooperativas, para disminuir un poco el impacto de la coyuntura macroeconómica.
La próxima semana vamos a sacar una modificación a la circular básica contable, donde proponemos que, de acuerdo al contexto económico, la cooperativa y el deudor puedan hacer modificaciones a lo inicialmente pactado, es decir, modificación de tasa y de plazo. La modificación debe ser transitoria hasta diciembre de 2024.
Tenemos en procesos de intervención a alrededor de 20 cooperativas. No todas están en proceso de liquidación, solo cuatro o cinco están en esa etapa, pero cuando llegamos a la superintendencia nos dimos cuenta de que el índice de recuperación de las cooperativas, después de la intervención de la Supersolidaria, era casi nulo. En 25 años, de todas las que fueron intervenidas, solo una volvía a manos de los asociados.
Tenemos 3.440 cooperativas, fondos de empleados y asociaciones mutuales. Son las entidades que reportan a la superintendencia.
Estamos en 8,3% en cartera de riesgo y 3,6% en cartera vencida. La cartera de riesgo revela otros indicadores más allá del plazo de la cartera vencida. Esto indica que los deudores están teniendo más dificultades para pagar. Estamos teniendo un porcentaje por encima de los tiempos de pandemia, cuando fue de 6%.
Esperamos que, con estos alivios, más otros que estamos evaluando, se reduzca este margen. Ya anunciamos alivios para los deudores y estamos preparando unos para las cooperativas para que, en términos de provisiones, puedan disminuir los porcentajes y no se afecte el estado final.
Desde el Gobierno estamos trabajando en la actualización de esta ley. Tenemos que reformar un poco la capacidad de la Supersolidaria. Estamos en una entidad que responde a la realidad de 1998, ahora tenemos otras realidades.
Hoy ya hay uno en curso que presentaron algunos congresistas de la bancada cooperativa.El Gobierno Nacional está trabajando en otro proyecto de ley que se radicará el próximo año.
La superintendente de Economía Solidaria, María José Navarro, es profesional en Negocios Internacionales de la Universidad del Magdalena, Magister en desarrollo social de la Universidad del Norte y cofundadora de la casa de la memoria y de la plataforma de mujeres rurales de la Sierra Nevada de Santa Marta. Tiene una amplia experiencia en el sector público y en organismos como la Organización Internacional del Trabajo, OIT, y la Organización Internacional para las Migraciones.
También ha trabajado en Applied Biodiversity Foundation, la Asociación de Víctimas del Cesar y la Agencia de Renovación del Territorio.
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