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Standard & Poor’s asignó una perspectiva estable, pues están vinculadas de manera directa o indirecta a la categorización del país
Tras el anuncio de Standard & Poor’s de rebajar la calificación crediticia de Colombia de BBB- a BB+ y quitarle el grado de inversión, empezaron a presentarse las rebajas de las notas de más de siete compañías.
La firma calificadora asignó, a su vez, una perspectiva estable a estas organizaciones, ya que están vinculadas de manera directa o indirecta a la categorización del país, por lo que aclaró que “la perspectiva de estas empresas refleja la de Colombia, porque esperamos que las calificaciones de estas entidades se muevan a la par con la del soberano”.
Entre las empresas que tuvieron rebajas en sus notas se encuentra Ecopetrol, la petrolera estatal a la cual la agencia calificadora S&P le disminuyó su categorización crediticia, pasando de BBB- (perspectiva negativa) a BB+ (perspectiva estable).
Como consecuencia, su subsidiaria Oleoducto Central S.A., conocida como Ocensa, recibió también una rebaja de BBB- a BB+, argumentando que no existen mecanismos regulatorios significativos u otras barreras estructurales que impidan que la matriz acceda a los flujos de efectivo de las subsidiarias en un escenario de estrés.
Isagen también vio caer su calificación crediticia a BB+, teniendo en cuenta que vende alrededor de 35% de su energía a las distribuidoras, cuyas tarifas las fija el regulador, por lo que los pagos de la compañía podrían verse afectados si el Estado decide interferir al respecto.
La calificación del Grupo Sura también cayó a BB+, basándose en que no pasaría un escenario de prueba de estrés de incumplimiento soberano de Colombia, debido a la alta correlación entre los activos y dividendos de la empresa y la economía local, ya que alrededor de 40% de estos operan en el país.
Munir Jalil, economista en jefe para la Región Andina de BTG Pactual, destacó que “las compañías están atadas a cómo está el crédito país. Una vez S&P toma la decisión de bajar esa nota, todas las compañías son rebajadas de manera automática, por lo cual no hay sorpresa al respecto”.
Además, destacó que “una baja en su calificación representa lo mismo que para el país, por lo cual va a incrementarse el costo de financiamiento. Hacer emisiones en bonos, especialmente para las empresas que lo hacen en dólares, va a representar mayores gastos”.
Otras empresas que se vieron afectadas fueron Enel, que vio caer su calificación a BBB-, al igual que su filial Emgesa, quedando ambas en una escala por encima de la calificación de Colombia. Por su parte, Davivienda, Findeter y Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) pasaron de BBB- a BB+.
Andrés Langebaek, director ejecutivo de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, aseguró que “las consecuencias son a largo plazo en la medida en que se dificulta el acceso a recursos del exterior. Las empresas van a tener que concentrarse en gestionar mejor sus activos para financiar la inversión, sumado a un costo de crédito más alto, lo cual va a llevar a acabar con proyectos que seguramente no son rentables a las nuevas tasas”.
“En el corto plazo, no va a darse un impacto significativo ya que, tanto emisores como países y empresas, están calificados por varias firmas, por lo que se tiene la norma de que dos de las tres estén en grado de inversión. Hasta el momento se mantiene esa condición”, concluyó.
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