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Según una encuesta de BanRep, 75% de los colombianos afirma que el dinero es el medio preferido para las transacciones de bajo monto
El efectivo sigue siendo protagonista dentro de las formas de pago preferidas por los colombianos, pues 75% de ellos afirma que paga por este medio. Así lo destacó la encuesta de percepción sobre el uso de los instrumentos para los pagos habituales en Colombia, realizada por el Banco de la República.
Aunque durante la pandemia el uso del efectivo bajó casi 10% su participación, sigue liderando frente a formas de pago como transferencias electrónicas, tarjetas débito y tarjetas de crédito.
El hecho de que algunos establecimientos o comercios solo reciban efectivo aumenta la demanda de esta forma de pago. Dentro de ellos están 85% de los buses, 67% de los peajes, 64% de las tiendas de barrio y 57% de los taxis, que solo reciben efectivo como medio de pago, dificultando el hecho de migrar a pagos digitales o solo con tarjeta.
Según los comerciantes, sus clientes pagan la mayor parte de sus compras con efectivo y en menor proporción con otros medios de pago. Dentro de las razones principales por las que los compradores argumentan estos pagos están la facilidad y rapidez para pagar (15,3%), la posibilidad de reutilizar el cambio de manera inmediata (15,1%), la costumbre de usarlo (14,0%) y para realizar compras de bajo monto (10,6 %) o en la calle (9,4 %).
En cuanto a las razones por las que los comercios reciben más efectivo está la facilidad y rapidez, resultado que se observa sobre todo en estaciones de servicio (26,0 %), taxis (21,2 %), droguerías (18,4 %) y administradoras de peajes (18,0 %).
Sumado a ello, la posibilidad de usar el efectivo rápidamente y de dar cambio a las personas son otras de las razones principales por las que lo usan en gran proporción los comercios.
“En la medida en que sigan creciendo herramientas de pago sencillas como Nequi o Daviplata, el nivel de cobertura y utilización de instrumentos financieros debería seguir en aumento”
Con esto, se establece que más de 95% de tiendas de barrio, panaderías, cafeterías, papelerías, buses y taxis, perciben que la mayoría de sus ventas se las pagan en efectivo.
Estos comportamientos son analizados por los expertos debido a la informalidad existente en Colombia y a los costos financieros de ciertos productos.
“Creo que hay varios temas, el primero es la alta informalidad en Colombia y el segundo es el prejuicio asociado a los altos costos de los productos financieros y en algunos casos desconfianza en los mismos”, afirma Catalina Tobón, gerente de estrategia de inversión en Skandia.
Sin embargo, asegura que esto puede mejorar, “en la medida en que se fortalezcan las políticas que promuevan la formalización laboral, y sigan creciendo herramientas de pago sencillas como Nequi o Daviplata. El nivel de cobertura y utilización de instrumentos financieros debería seguir en aumento”, completa Tobón.
En cuanto al uso del efectivo por ciudades, la encuesta destaca que Barranquilla es la ciudad en la que más se usa , con 85,4%, mientras que Bogotá es de las que tiene menor porcentaje, con 67,5%. La capital es también la ciudad con mayor uso de transferencias electrónicas, con 17,5%.
Además, se evidenció que este es el medio de pago más usado por personas de bajos ingresos (90,6%), pues “a medida que el nivel de ingresos aumenta, el uso de efectivo va disminuyendo y al mismo tiempo se incrementa el uso de otros instrumentos de pago”, destaca la encuesta.
Dificultades en el acceso a pagos digitales
Aunque uno de los objetivos dentro del sector financiero es que cada vez sean más las personas que migren a los pagos digitales y confíen en este tipo de productos, algunos expertos lo ven difícil, debido a varias razones como el acceso a internet y fallos en plataformas. “Acceder a medios digitales no es tan fácil si no hay internet, además, en algunas regiones estaban tomando impulso plataformas como Nequi, pero las fallas y algunos rumores de que han robado dinero por ahí, han hecho que las personas sigan confiando en lo que tienen debajo del colchón”, asegura Ana Vera Nieto, economista jefe de In On Capital.
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