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Colombia enfrenta una mayor probabilidad de un crecimiento lento, debido a que la industria y la agricultura no pueden convertirse en motores de la actividad económica. Su incapacidad radica en que su competitividad se deterioró en el mediano plazo por la apreciación de la tasa de cambio real, sin que haya sido posible mejorarla mediante una disminución eficaz de los costos de la producción nacional o un aumento de la productividad.Por eso se requiere frenar la revaluación y bajar los costos.
Una desalineación persistente de la tasa de cambio respecto de sus determinantes fundamentales conduce a desequilibrios macroeconómicos y financieros que desestabilizan la economía, y arriesgan su estabilidad financiera si sobreviene un choque externo fuerte.
Las autoridades deben incorporar más la situación cambiaria dentro de sus objetivos, y reaccionar más atentamente a la coyuntura actual. En los últimos días han dado pasos, pero habrá que ver si ellos son suficientes, y si van en la dirección correcta. Mediante un mayor monto de compras de divisas el Banco de la República busca disminuir la volatilidad de la tasa de cambio, al tiempo que el Gobierno reducirá su flujo neto de financiación externa y Ecopetrol hará algo similar.
De otra parte, se anunciaron medidas comerciales para aumentar la protección de dos sectores la economía. Con ello y con el anuncio implícito de metas cambiarias, el Gobierno busca disminuir las expectativas de apreciación. Estas medidas no parecen suficientes para un periodo extenso. Resulta sobre todo difícil sostener una compra de divisas al mismo ritmo al cual ingresan los capitales del exterior, por los costos para el Emisor y los riesgos que implica para la estabilidad macroeconómica y financiera una expansión monetaria persistente.
El Gobierno está demorado en adoptar una estrategia adecuada para enfrentar la apreciación en el largo plazo. Un reto difícil que enfrentan las autoridades es una calibración fina de las estrategias para combatir la revaluación con las que se requiere para evitar que se pronuncie la desaceleración de la actividad económica. La economía debe generar ahorro en el largo plazo, pero no puede hacerlo en el corto plazo por el riesgo de entrar en una etapa de lento crecimiento.
El Gobierno no pude esforzarse ahora en generar ahorro público, cuando se ralentizan la inversión privada y el gasto doméstico. Debe, por el contrario, concentrarse en ejecutar de manera eficiente y ágil el gasto público. También debe quebrar los cuellos de botella que creó la puesta en marcha del nuevo esquema institucional para la planeación y ejecución de la inversión pública y privada, en los sectores de minas e hidrocarburos y en el de obras de infraestructura. De ello depende el repunte de la inversión, la demanda interna y el crecimiento.
Las compras de divisas y la relajación de la política monetaria no son, sin embargo, una estrategia adecuada para luchar contra la apreciación en el largo plazo. Las primeras porque implican cada vez un mayor costo para el Banco de la República, le quitan grados de libertad a la estrategia monetaria y dificultan la coordinación de los instrumentos disponibles entre sí y con las metas. La relajación tampoco puede ser muy prolongada porque entraña el peligro de desalinear las expectativas de inflación, inflar los mercados domésticos, estimular la toma de riesgo, patrocinar el sobre endeudamiento y presionar desbordes del crédito.
Después de retornar al crecimiento potencial, la estrategia de largo plazo debe buscar la generación de ahorro doméstico, para disminuir el recurso a los flujos externos.
También debe procurar aumentar la tasa de crecimiento potencial de la economía, con el propósito de que ésta puede expandirse de manera sostenida a un paso más dinámico, sin generar presiones desestabilizadoras en los mercados de bienes ni en los de factores, que tengan que ser contrarrestadas por un excesivo activismo de la política económica y sobre todo de la monetaria.
Las autoridades deben esforzarse en recuperar pronto la flexibilidad de la política fiscal, para disminuir la responsabilidad de las estrategias de estabilización en la política monetaria.
Los precios del crudo declinaban el jueves, después de que la Fed indicó que ralentizará el ritmo de recortes de las tasas en 2025
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Algunas de las recomendaciones de los analistas son invertir en CDT, ETF o acciones locales e internacionales, con el fin de diversificar ingresos