MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
A pesar de que el panorama económico todavía luce retador, hemos logrado controlar el embrollo inflacionario. Desde aquel máximo de marzo de 2023, la inflación ha caído más 600 puntos básicos
En medio de un proceso marcado de desaceleración económica, en donde la inversión hoy se encuentra por debajo de niveles prepandemia, convivimos con recesión en varios sectores claves para el país y a diario se dan álgidas discusiones entorno a la sostenibilidad fiscal, uno de los temas cruciales para el correcto funcionamiento de la economía ha dejado de ser un problema: la inflación.
Hace un poco más de un año veíamos con preocupación cómo la variación de precios al consumidor alcanzaba un máximo no observado desde 1999, y superaba una tasa de 13%.
También observábamos que el rubro de alimentos sobrepasaba la tasa de 20%, lo cual era una muy mala noticia para los colombianos de menores recursos que proporcionalmente gastan más de su ingreso disponible en el consumo de alimentos.
Este escenario ya coincidía con flojos datos de actividad económica, una percepción de riesgo país más elevada y una tasa de cambio que se operaba cerca de los $4.700.
Así, la palabra estanflación se empezó a utilizar mucho más y la estabilidad de precios, una condición clave para que la macroeconomía opere correctamente estaba en duda tras 25 meses de incrementos continuos en la inflación anual.
Hoy, a pesar de que el panorama económico todavía luce retador, hemos logrado controlar el embrollo inflacionario. Desde aquel máximo de marzo de 2023, la inflación ha caído más 600 puntos básicos y hoy se ubica cerca de 7,2%.
Solo este año hemos logrado reducir la inflación un poco más de 200 puntos básicos y es probable que siga cayendo en lo que resta de 2024.
La velocidad de la caída ha sido muy fuerte hasta ahora y estimamos que durante los próximos tres meses el retroceso inflacionario se modere, y solo sea hasta el último trimestre del año que rompamos a la baja la tasa 6% para terminar cerca de 5,6%.
Esta expectativa de caída va más allá de 2024 y la comparte el consenso de analistas, que al igual que nosotros en Alianza esperamos que en 2025 volvamos al rango meta establecido por el Banco de la República (que está entre 2% y 4%, tras cuatro años de incumplir la meta).
Por supuesto, en buena medida, el proceso de desaceleración de la economía está detrás de la desinflación que estamos viviendo, pero también ha contribuido a esta dinámica la apreciación del peso colombiano y la política monetaria que ha adoptado el Emisor.
En cualquier caso, la buena noticia es que el problema de registrar la mayor inflación del siglo se ha disipado y hacia adelante es probable que sigamos caminando por una senda descendente.
Esto seguirá abriendo espacio para que el Banco de la República recorte sus tasas de interés y la economía registre tasas de crecimiento un poco más elevadas de cara al 2025.
En síntesis, aunque el panorama económico luce desafiante, al menos tenemos un problema menos dequé preocuparnos.