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Una de las causas del incremento se debe a la fuerza que ha tomado el dólar frente a otras monedas, por lo que productores prefieren recibir más divisas en otros países
Como una de las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania, los combustibles, y en general todos los generadores de energía, se encuentran batiendo récords respecto a sus precios históricos.
Este es el caso de, por ejemplo, la gasolina en Estados Unidos. El país norteamericano, al no tener un fondo de estabilización de precios para el combustible, como Colombia, deja que este dependa del precio internacional del petróleo.
Bajo este modelo, en los peores momentos de la pandemia, es decir, entre marzo y junio de 2020, cuando los contratos a futuro del petróleo llegaron a tocar terreno negativo, el galón de gasolina en el país norteamericano llegó a estar por debajo de los US$2.
Con corte a 8 de junio, según la Asociación Americana de Automóviles (AAA), el precio del galón en algunos estados como California, Nevada e Illinois, superaron los US$5,23. Un monto hasta 150% superior de los que se presentaron a mediados de 2020.
En contraste con estos territorios, pero también con precios de hace dos años, estados como Texas, Georgia y Alabama registraron precios cercanos a US$4,63. Todo esto sucede en el marco de la celebración del día de la Memoria en Estados Unidos, cuando los estadounidenses acostumbran a viajar por carretera a ciudades como Miami o Nueva York para darle la bienvenida al verano.
Una de las razones a las que se debió esta escalada en el precio, además de la cotización del crudo, es el ‘poder del dólar’ en el mercado del ‘commoditie’. Según la teoría y, por lo general, un dólar fuerte significa precios de materias primas más débiles, y viceversa.
La última vez, antes de la guerra en Ucrania, que el precio del petróleo tocó máximos históricos fue en 2008, cuando el precio de Brent alcanzó a llegar a los US$147,5 por barril.
Pero ese mismo año, el dólar cayó a un mínimo histórico frente a las monedas de los principales socios comerciales de EE. UU., lo que alivió de forma sobresaliente la carga. Para muchas naciones importadoras, el petróleo se volvió caro, pero no extremadamente costoso en moneda local.
En esa ocasión, en Colombia, país productor de petróleo y aliado fuerte de Estados Unidos, cotizaba el dólar entre los $1.900 y $2.100, lo que se tradujo en una debilidad de la moneda norteamericana frente a la nacional.
Esa relación al parecer está rota. En el último año el petróleo ha subido 70% durante las últimas semanas se ha cotizado sobre los US$120 por barril. Sin embargo, a pesar de ese crecimiento, el dólar también ha hecho lo propio y desde mediados de 2021, ha ganado 10%.
Este panorama está creando crisis en la balanza de pagos en varias naciones que importan el crudo. Malawi, una de los países más pobres de África, devaluó recientemente su moneda 25% en un solo día.
En dólares, el Brent ha estado bajando respecto a su máximo histórico. Sin embargo, cuando este se denomina en otras monedas, se encuentra en un precio mucho más alto.
En otras palabras, vender petróleo en países dónde está mucho mejor cotizado que en Estados Unidos, resulta más atractivo y viable para los productores. India, el tercer consumidor mayor de petróleo en el mundo, por ejemplo, está pagando 45% más que en 2008 debido a la depreciación considerable de la rupia frente al dólar.
Europa, también está pagando cerca de US$119 por barril, una cifra mucho mayor a los US$98,3 que pagaba en julio de 2008. Lo mismo sucede con Reino Unido, que pasó de pagar US$92 a US$117 y Japón, que tiene a su moneda frente al dólar en su nivel más bajo en los últimos 20 años.
Por ahora, el crecimiento de la demanda de petróleo no ha perdido su impulso debido al consumo acumulado por cuenta de la pandemia. Sin embargo, debido a los precios récord que ya se enfrentan en algunas partes del mundo, se espera que en pocos meses, la demanda comience a mostrar los signos de afectación.
Con la Reserva Federal (FED) a punto de aumentar en mayor medida las tasas de interés que los otros bancos centrales alrededor del mundo, se prevé que el dólar siga subiendo y fortaleciéndose frente a otras monedas de la región. Esta, es otra razón, según Bloomberg, para que la Opep “trabaje más duro para poner un límite a los precios del crudo”.
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