Las acusaciones de que Wal-Mart Stores obstaculizó una investigación interna sobre corrupción en su filial mexicana es probable que conduzca a años de escrutinio de los reguladores y, eventualmente, podría costar el puesto de trabajo a algunos altos ejecutivos, dijeron analistas.
The New York Times publicó que en septiembre de 2005, un abogado de Wal-Mart recibió un correo electrónico de Sergio Cicero Zapata, un ex ejecutivo de la mayor unidad extranjera de la compañía, Wal-Mart de México, describiendo cómo la filial había pagado sobornos para obtener permisos para construir tiendas en el país.
Wal-Mart envió investigadores a la Ciudad de México y encontraron pruebas de cientos de pagos sospechosos por un total de más de 24 millones de dólares, pero los líderes de la compañía cerraron la investigación y no notificaron a los funcionarios de seguridad de Estados Unidos o México, reportó el Times.
Según el periódico, el actual presidente ejecutivo de Wal-Mart, Mike Duke, y su predecesor, Lee Scott -quien aún es parte del directorio de la compañía-, están entre los altos ejecutivos que al parecer estaban al tanto de la situación. "En última instancia, cae bajo su supervisión", dijo Brian Sozzi, analista jefe de renta variable de BNG, una firma que realiza investigaciones de inversión, al referirse a Scott. "También bajo la de Mike Duke", agregó. Otros analistas dijeron que bajo la estructura de Wal-Mart cualquier acción drástica, como el despido de altos ejecutivos, no puede ocurrir rápidamente.
"En muchas empresas a la gente se le pediría que renuncie", dijo el analista de Consumer Edge Research Faye Landes. "Hay dos factores aquí que complican la situación, como son la naturaleza de la investigación y la composición de la junta directiva y la base de accionistas", consideró.
La base de accionistas incluye a la familia del fundador Sam Walton, que posee casi el 50% de las acciones de Wal-Mart, por lo que es difícil presionar por cambios inmediatos. El hijo mayor de Walton, S. Robson Walton -conocido como Rob-, es el presidente de la junta directiva, y su hermano menor, Jim, también la integra.
Wal-Mart dijo en un comunicado el sábado que estaba "profundamente preocupado" por las acusaciones hechas en el reporte del Times y comenzó una investigación sobre el cumplimiento de las leyes anti-soborno el pasado otoño. Se negó a que alguno de sus ejecutivos hiciera comentarios y dijo que la investigación estaba en proceso.
"Esto es complicado"
Incluso si no hay cambios inmediatos en la gerencia, expertos en leyes de soborno dijeron que Wal-Mart se verá obligada a dedicar millones de dólares y enormes cantidades de mano de obra a la investigación.
"El artículo del New York Times pinta un panorama preocupante para Wal-Mart que probablemente tendrá ocupada a la compañía en los próximos años", dijo Michael Koehler, profesor de la Universidad de Butler y un experto en la ley estadounidense sobre Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA por su sigla en inglés), una legislación de la década de 1970 que prohíbe los sobornos a funcionarios de gobiernos extranjeros.
Wal-Mart dijo que había dado a conocer su investigación al Departamento de Justicia de Estados Unidos y a la Comisión de Valores. La compañía informó que había tomado medidas en México para impulsar los controles internos para el cumplimiento de la FCPA.
Richard Cassin, un abogado de la FCPA, dijo que Wal-Mart enfrenta una batalla cuesta arriba para convencer a los reguladores de Estados Unidos de que sus problemas se limitan a México.
"Antes de que cualquier resolución con las autoridades de Estados Unidos sea posible, la empresa tiene que mirar debajo de cada piedra por cualquier posible corrupción. ¿Hay problemas similares en China u otros países? Eso es lo que las autoridades de Estados Unidos van a querer saber. Los accionistas de Wal-Mart se harán la misma pregunta", explicó.
Cicero identificó a Eduardo Castro-Wright como la fuerza impulsora detrás de años de corrupción, según el Times, añadiendo que ningún representante de Walmex ha sido sancionado.
Castro-Wright se convirtió en presidente ejecutivo de Walmex en el 2003 y fue nombrado presidente ejecutivo de Wal-Mart de Estados Unidos en el 2005.
El pasó a ser vicepresidente en el 2008 y lideró el comercio electrónico a partir del 2010 hasta enero de este año, y tiene previsto jubilarse el 1 de julio. No pudo ser contactado para hacer comentarios.
Todo sobre la imagen
La compañía ha estado trabajando en su imagen durante años.
En el 2006, Leslie Dach se incorporó como vicepresidente ejecutivo de asuntos corporativos. Antes de unirse a Wal-Mart, Dach se desempeñó como vicepresidente de la firma de relaciones públicas Edelman, donde dirigió la oficina en Washington, entre otras áreas. También fue previamente un estratega en la política demócrata, trabajó en una serie de campañas presidenciales y sirvió en el Gobierno de Bill Clinton.
Wal-Mart, que emplea a 2,2 millones de personas y tiene más de 10.000 tiendas en todo el mundo, es a menudo blanco de activistas que argumentan que paga mal a sus trabajadores y que sus tiendas en expansión sacan del negocio a las más pequeñas, entre otros temas.
Las acusaciones de soborno han dado a los críticos carne fresca.
"Esto va a tener enormes implicaciones para el liderazgo actual. Francamente, es difícil imaginar cómo Mike Duke puede seguir siendo un CEO (presidente ejecutivo) creíble dado el reporte del Times", dijo John Marshall, analista de mercados para el programa United Food and Commercial Workers (UFCW), que posee acciones de Wal-Mart.
"Parece que en los momentos claves él estaba consciente de lo que estaba pasando y aparentemente pudo haber participado en el encubrimiento", agregó.
Duke entró a Wal-Mart en 1995, ha estado en su directiva desde el 2008 y ha sido su presidente ejecutivo desde el 2009. Sustituyó a Scott, quien se desempeñó como CEO desde el 2000 hasta el 2009 y ha estado en la junta desde 1999.