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En el último año, la región produjo más de 530 millones de litros de vino lo que corresponde a ventas de US$6.600 millones
La popularidad de los vinos norteamericanos se ha asociado principalmente a Napa Valley en California. Sin embargo, la cultura vinícola en esta parte del mundo cuenta con un jugador que viene ganando terreno en los últimos años: Canadá. Según datos de la Asociación de Viticultores de este país, entre 2006 y 2018 se crearon más de 400 viñedos, lo que equivale a que, durante este lapso, mensualmente tres productores de vino entraron en operación.
Dicha tendencia se ve reflejada en el consumo per cápita de este país, que al año llega a los 15 litros, situándolo por encima de Estados Unidos, que está en 12 litros por habitante. En el último año Canadá produjo más de 530 millones de litros de vino y sumó ventas por más de US$6.600 millones. Aunque la gran mayoría se vendió en el mercado nacional, dos millones de litros fueron exportados principalmente al mercado asiático, donde China, Corea del sur y Japón fueron los principales compradores.
La industria genera más de 9.000 empleos directos y otros 37.000 indirectos. Lo que hace del sector un actor importante para la economía, no solo por su impacto en el agro, sino también para el turismo. Las dos principales provincias productoras de vino, Ontario y British Columbia, con 482 y 369 viñedos respectivamente, reciben miles de turistas cada año.
Una de las rutas más populares es la de la península de Niágara. En tan solo 20 minutos en automóvil, los amantes del vino pueden ir desde las emblemáticas cataratas hasta el histórico pueblo de Niagara On The Lake, conocido por su estilo victoriano. Solo en dicho recorrido hay más de 40 viñedos, muchos con raíces europeas, pues la alta migración permite concentrar en un mismo espacio una oferta de vinos producidos por familias francesas, italianas, portuguesas y alemanas. De ahí que en esta zona sea fácil encontrar viñedos que emulan la arquitectura de la Toscana italiana y de los castillos franceses.
Pero si bien la industria del vino ha tenido una amplia influencia europea en este país, Canadá le ha otorgado su propia identidad. El Icewine, o vino helado, es hoy un emblema de este país. La particularidad de este vino dulce, creado originalmente en Alemania, y conocido como Eiswien, está en su proceso de elaboración, ya que las uvas deben ser recogidas a una temperatura que oscile entre los -10 °C y los -12 °C. “Los inmigrantes alemanes a Canadá continuaron la tradición del Eiswein en su nuevo país. Así, el Icewine comenzó a hacerse en British Columbia y Ontario en 1970, con condiciones climáticas casi ideales para su producción”, explica la autoridad en vinos de Ontario VQA.
Aunque el Icewine continúa produciéndose en Alemania y Austria, Canadá es el productor principal, ya que los inviernos europeos suelen ser más moderados y no siempre proporcionan el clima necesario para congelar las uvas. Las cepas más usadas para producir Icewine son Riesling, Vidal Blanc, y Cabernet Franc, y en promedio una botella de Icewine cuesta entre US$30 y US$40.
Por cuenta del covid-19 los salones de cata y el canal de restaurantes se vieron afectados por el distanciamiento social, sin embargo, las ventas por internet han aumentado considerablemente, lo que hace prever que las operaciones de buena parte de los viñedos serán positivas pese a la pandemia. Por otra parte, el verano, tanto en Ontario como en British Columbia, tuvo varias alertas de calor, lo cual, según los enólogos, hará que la calidad de las uvas sea excepcional. “Los vinos expresan el clima y la estacionalidad en la que se cultivan. 2020 se ve realmente fuerte, ya que ha sido cálido y seco, con muy pocas malezas o plagas”, aseguró Gavin Robertson, enólogo de la región de Niágara.
Así las cosas, el vino canadiense que será embotellado en la primavera de 2021 se perfila como una de las mejores cosechas, por lo que esta industria, que ya tiene una experiencia de más de 50 años en Canadá, busca posicionarse en un lugar similar al que ya han alcanzado otros productores con una historia relativamente corta, como los californianos y los australianos.
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